año, el mundo fue testigo de un hecho sin precedentes, una gesta que cambiaría la Historia: el mundo árabe se alzaba unido contra los regímenes dictatoriales establecidos desde hacía algún tiempo – en algunos casos más de 30 años – en pos de la democracia y los Derechos del Hombre y del Ciudadano. “Hartos del faraón”, Antes de comenzar, conviene tener en cuenta que vivimos en un mundo en el que expresiones como “revolución Facebook” o “mundo árabe” se emplean a menudo de manera eufemística, pues designan vagamente ideas muy heterogéneas y complejas. La gota que colmó el vaso fue la brutal muerte de Khaled Said, cuyas fotos fueron, como afirma Hombre y del Ciudadano. “Hartos del faraón”, quedará para siempre escrito en los libros de Historia. Lo verdaderamente singular y sin parangón fue la rapidez con la que las protestas se propagaron de un país a otro, de un ciudadano a otro. Esto no hubiera sido posible – aseguran los expertos – sin la ayuda de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente sin las redes sociales y los microblogs. Según The New York Times, “los manifestantes “disparaban tweets” frente a las balas”. Ello, no obstante, no es lo único que No hay duda de que las nuevas tecnologías fueron un elemento clave en el éxito de lo que algunos llaman “primavera árabe” o “renacimiento árabe”; buena muestra de ello es la elección del directivo egipcio de Google Wael Ghonim como hombre del año por parte de Time, por delante, incluso, de Assange y Obama. En efecto, el año 2010 vio la consagración de las redes sociales y de Internet como un verdadero instrumento de movilización. Este trabajo busca analizar y comprender el papel que jugaron las redes sociales en la transmisión de un mensaje alborotador, transgresor y alentador. Khaled Said, cuyas fotos fueron, como afirma Alberto Priego Moreno, publicadas y propagadas “a través de las redes sociales”, lo que provocó “que la población se rebelara usando una herramienta que el régimen de Mubarak no podía controlar, las redes sociales e Internet. Gracias a estos nuevos medios, que bien podían denominarse “sociedad civil virtual”, los egipcios lograron organizarse para ocupar la Plaza de Tahir hasta la salida de Hosni Mubarak” . Muchos medios de comunicación mostraron al mundo, como dice Priego, “la importancia de las nuevas tecnologías resultó crucial para el desarrollo de las protestas. Como decía Amnistía Internacional el 31 de enero de 2011 en su página oficial de Internet, “los teléfonos móviles y las redes sociales han contribuido de manera significativa a que la población se decidiera a salir a la calle y a la organización de las protestas, en las que la población ha utilizado la cámara de sus teléfonos móviles para poner al descubierto la realidad de los actos de violencia y tortura cometidos por la policía. Es por este motivo que las autoridades egipcias se muestran tan decididas a dirigir sus actuaciones contra móviles y redes sociales.” Lo que las autoridades no podían evitar era el apoyo incondicional de la diáspora y de gentes de todo el mundo, que no dejaron de “ttwiter” a lo largo de toda la revolución.