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Programa Semana Santa Alguazas 2012

Programa Semana Santa Alguazas 2012

Programa de la Semana Santa de Alguazas (Murcia) del año 2012.

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berpife

March 20, 2012
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  1. unca olvidaré el encuentro con mi hijo en la calle

    de la amargura. El anciano Simeón, en medio de mi alegría me lo advirtió: “Una espada te traspasará el alma”. Así es, hoy compruebo la certeza de aquella premonición, mi hijo, Jesús, avanza con una cruz camino del Calvario. ¡Nunca pensé que, el peso de esos dos maderos, lo iba a sentir en mis entrañas de madre! Es interminable la subida la subida al Calvario, y hoy la sangre de mi sangre, corre a ríos por las calles de Jerusalem, y hoy, la carne de mi carne, se desgarra por el pecado de los hombres, bajo el peso de la cruz. Mi hijo siempre tuvo una palabra para cada hombre, un aliento para cada alma, una respuesta distinta para quien se acercaba a Él. Él que tuvo compasión, con su mirada, nos dice que no tengamos compasión de Él, que nos miremos a nosotros mismos. ¿Era necesario tanto dolor?, ¿por qué tantas caídas?, ¿moverá los corazones de los hombres, este cuerpo dolorido? Despojado de todo, lo contemplo en la tarde del Viernes Santo. Jesús mi hijo, humillado, solo. ¡Desnudo vino Dios a la Tierra! ¡Desnudo sube mi hijo, Cristo a la Cruz! Yo miraba a todos lados, buscaba a mi hijo en la Cruz y encima de ella un letrero: INRI (Jesús Nazareno Rey de los Judíos), ¡Rey de los Judíos! Para mí sí que lo fue, desde el primer momento, ¡Ahora hijo mío, más que nunca eres rey, das el todo por tu pueblo! Al pie de la Cruz María debía recordar las palabras que, Jesús, su hijo, había proclamado en Galilea: “Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios”. Y ahora lo veía allí tan pobre, tan débil, tan abandonado… Y con toda su Fe, reafirmaba de nuevo aquellas palabras: el amor de Dios es para siempre, el amor de Dios se derrama sobre los pobres, sobre todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. El amor de Dios es resurrección y vida para todos los que creen en Él y para todos los que quieran amar como Él… Un Dios que descendió sin ruido a la Tierra, yo como madre no lo entendía, no comprendía el por qué, en ti, Jesús se clavan nuestras penas y sacrificios, en ti hijo mío, desaparecen las discordias y las enemistades. En ti, en tu muerte Jesús los hombres se hacen más hermanos. La Cruz se alza para alcanzar la eternidad, no hay vida sin Cruz. ¡Bajadlo de la Cruz!, no lo tengáis más tiempo, “Todo se ha cumplido”. Lo tuve en mis brazos ¡duerme, mi hijo, duerme mi Señor, descansa! Has cumplido la voluntad de tu Padre, tu Palabra será fecunda, tú reino se extenderá por años sin término ¡duerme mi Señor! Tan sólo en los días de Pascua, comprendí que la forma de Dios era de tal magnitud, que mi hijo se había convertido en el precio del rescate por el hombre. Cuanta alegría sentí en la mañana de la Resurrección, himnos de gloria y de triunfo, que no olvidaremos nunca, que Dios cumple lo que promete y que, a pesar de la Cruz, nos espera una inmensa ciudad llena de luz y de felicidad: el cielo. Nosotros como cristianos hemos de gloriarnos en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo: En Él está nuestra Salvación, Vida y Resurrección, Él nos ha salvado y libertado. Vivamos con María la Pascua de Resurrección y un año más la Virgen de la Alegría, el Domingo de Resurrección nos dé su bendición, para vivir el amor de su hijo Resucitado. ¡VIVE LA SEMANA SANTA, Y LA PASCUA DE RESURRECCIÓN! Vuestro Párroco Carlos Vicente Molina López
  2. Fernando Pinar Bermúdez Presidente Junta de Hermandades y Cofradías Pasionarias

    de Alguazas omo cada año, la Semana Santa vuelve a convertirse en la expresión más fervorosa del culto popular. Volvemos a conmemorar aquella historia, todavía viva, de quien entregó su vida por nosotros, de Aquel que nos dejó el mensaje de fraternidad eterna. Por ello, Alguazas se viste con túnica y capuz y por sus calles desfilarán sus ancestrales procesiones. Es tiempo de silencio, de recogimiento y también de alegría, de aunar esfuerzos para hacer de nuestra Semana Santa un ejemplo de convivencia y unidad, compartiendo con quienes se acercan hasta nuestro municipio el buen hacer de todos los alguaceños. Desde Viernes de Dolores hasta Domingo de Resurrección, nuestra calles se pueblan de nazarenos, costaleros y penitentes que viven activamente el sentimiento pasional y artístico trasmitido por nuestras bellas tallas escultóricas, acompañadas por las emblemáticas bandas de cornetas y tambores. Veremos los pies descalzos de quienes con fe cumplen la promesa de dar gracias a Dios, oiremos cantos de saeta al paso de la Muerte y celebraremos la Resurrección con nuestra peculiar manera, sello propio de Alguazas. No quiero olvidar a aquellos Hermanos difuntos que han dejado para siempre de ser procesionistas, ni a aquellos que empiezan a serlo. Así mismo, mi gratitud para el Ayuntamiento que, una vez más, ha demostrado su creciente interés en este multitudinario evento y el agradecimiento al patrocinio de numerosas empresas y comercios colaboradores, sin los cuales no podría hacerse realidad nuestra Semana Santa. Desde estas líneas, y con la ilusión renovada, como Presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías Pasionarias, y junto a todos los miembros que la constituyen, quiero haceros llegar mi ánimo para estos días, que no desfallezca, pese a las circunstancias sociales y económicas que a muchos afectan, y mi apoyo incondicional a todos los que, de una forma u otra, apuestan porque nuestra Semana Santa pueda llegar a convertirse en una Fiesta de Interés Turístico Regional.
  3. Vuestro Alcalde José Antonio Fernández Lladó ueridos vecinos y vecinas:

    Como Alcalde de Alguazas quiero agradecer, en nombre de la Corporación que presido y en el mío propio, la magnífica oportunidad que se me brinda por parte de la Junta de Hermandades y Cofradías Pasionarias para dar a conocer, desde estas páginas, la realidad de la Semana Santa de nuestro pueblo. Quiero y deseo trasladar mi más profunda satisfacción al poder dirigirme a todos los que lean mi mensaje y hacerles llegar, en pocas palabras, el gran espíritu cofrade que se vive en nuestro municipio. Así pues, he de decir que es para mí un honor expresar desde estas líneas lo que siento por la Semana Santa de Alguazas. Son muchos los embajadores de nuestro pueblo y de nuestra Semana Santa por todos los lugares de España y para todos ellos va mi agradecimiento y reconocimiento por la gran labor que realizan en la difusión de la misma. Hablar de Alguazas y su Semana Santa es hablar de sus calles, de sus Hermandades y Cofradías, de sus bellas imágenes y tronos, de sus desfiles procesionales, de su esplendor y colorido, de sus bandas (pocos pueblos pueden presumir de tener unas Bandas que pasean, desfilan y participan en Certámenes de distintos puntos de la geografía murciana y nacional), de su Tercio Romano, de sus anderos, de sus penitentes, acompañantes y devotos. Hablar de Alguazas y su Semana Santa es hablar de la expresión más pura de un pueblo, de su cultura, historia, patrimonio, gastronomía, tradición y religiosidad. Hablar, pues, de Alguazas y su Semana Santa es hablar de personas comprometidas. Nuestro Ayuntamiento tiene claro que la Semana Santa alguaceña, para la que todos estamos trabajando en aras a conseguir su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional, es una de las más importantes señas de identidad de nuestra localidad. El movimiento que generan las Hermandades y Cofradías sirve de vínculo que cohesiona a una población, aún con distintas convicciones y creencias, pero es una auténtica realidad que todos asumimos, compartimos y queremos perpetuar. Son muchísimas las actividades que se celebran en torno a nuestra Semana Santa: los cultos de las distintas Hermandades a sus imágenes, los Certámenes de Marchas Procesionales, el siempre esperado Pregón Anunciador,… para tener como colofón los majestuosos y coloridos desfiles procesionales que acompañan a los Sagrados Titulares de las distintas Hermandades por las calles de la localidad, cautivando, de algún modo, a todos cuantos nos asomamos y nos acercamos a su paso. Desde nuestro Ayuntamiento somos conscientes de la enorme dificultad económica así como del gran esfuerzo y trabajo ímprobo, incansable y desinteresado, codo con codo, sin cesar, que, a lo largo de todo un año, aportan mujeres y hombres, jóvenes y adultos, unidos por el amor a esa devoción que envuelve a la Semana Santa, con el único y claro objetivo de que los actos programados sean bien acogidas por todos y tengan el éxito deseado y esperado. Por ello, dentro de nuestras posibilidades y a pesar de estos tiempos de crisis, desde este Ayuntamiento siempre estamos prestos a la colaboración, organización y participación institucional y económica. Estoy convencido de que con la suma de todos cuantos trabajamos por ella y ponemos a su disposición lo mejor de nosotros mismos, conseguiremos que la categoría y esplendor de nuestra Semana Santa sea reconocida y motivo de mención en todos los lugares. Desde aquí quiero hacer un homenaje y reconocimiento a todas las personas que con su tesón, trabajo, entrega, ilusión y empeño están presentes a lo largo de todo el año, para el engrandecimiento de nuestra Semana Santa, una de las tradiciones mejor conservadas de nuestro acervo cultural. Y deseo, por último, como Alcalde de Alguazas, invitar a amigos y visitantes a venir a un pueblo amigo, hospitalario y cofrade, a disfrutar de su ambiente y de su gente, en cualquier día del año, y a conocer, especialmente, su Semana Santa, acontecimiento emotivo de tradición y arte capaz de hacer vivir la fe en plenitud.
  4. Esta primavera de clavos hirientes, de burlas y de enojos,

    trae a mis ojos lágrimas clementes, y se desbordan de pena las fuentes, y mis rosas tronchadas de amor, a tus pies se rinden Señor. Esta primavera de cirios y nazarenos; de promesas y plegarias, de oscuras noches de luto y dolor, de resplandores de auroras, de penitentes descalzos, es diferente, Señor… Esta primavera tu dolor y mi dolor van de la mano, Señor; por las estaciones de tu Vía Dolorosa; con mi voz quebrada y silenciosa, mi corazón acelerado y mi alma rota, por tu cuerpo llagado de amor. Cati Cano Sarabia Semana Santa 2012 Foto Carrillo
  5. 24 de marzo, Sábado 30 de marzo, Viernes de Dolores

    1 de abril, Domingo de Ramos 4 de abril, Miércoles Santo 24 de marzo, Sábado 7 de la tarde, en la Iglesia Parroquial, Santa Misa por los hermanos difuntos de todas las Hermandades y Cofradías de Alguazas. Durante la misa actuación de la Banda de Cornetas y Tambores Samaritana de Alguazas. Al término, Pregón de Semana Santa a cargo de Dña. Rosalía Alfonso Sánchez, Profesora de la Universidad de Murcia. 30 de marzo, Viernes de Dolores 7 de la tarde, Santa Misa en la Iglesia Parroquial de San Onofre. Al término, Vía Crucis. 9 de la noche, Procesión de la Dolorosa. 1 de abril, Domingo de Ramos 11 de la mañana Procesión de las palmas desde la ermita de Ntra. Sra. del Carmen a la Iglesia Parroquial de San Onofre. 12 de la mañana, Santa Misa. 4 de abril, Miércoles Santo 9:30 de la noche Vía Crucis desde la ermita de Ntra. Sra. del Carmen a la Iglesia Parroquial.
  6. 6 de abril, Viernes Santo 7 de abril, Sábado Santo

    8 de abril, Domingo de Resurrección 5 de abril, Jueves Santo 6 de abril, Viernes Santo 8:30 de la mañana, Procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno. 6 de la tarde, Celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. Al término, bajada de “la Cama” desde la ermita de la Purísima. 9 de la noche, Procesión del Santo Entierro. 7 de abril, Sábado Santo 11 de la noche, Vigilia Pascual en la Iglesia Parroquial de San Onofre. 8 de abril, Domingo de Resurrección 7:30 de la mañana, Procesión del Encuentro. 9 de la mañana, Procesión del Resucitado. 7 de la tarde, Santa Misa en la Iglesia Parroquial de San Onofre. 5 de abril, Jueves Santo 7 de la tarde, Cena del Señor en la Iglesia Parroquial de San Onofre. 10 de la noche, Procesión del Silencio. Foto Carrillo
  7. eñor Cura Párroco D. Carlos Vicente Molina López. Sr. Presidente

    de la Junta de Cofradías y Hermandades Pasionarias de Alguazas, D. Fernando Pinar Bermúdez y demás Hermanos de las distintas cofradías. Excmo. Sr. Alcalde, D. José Antonio Fernández Lladó y demás miembros de la corporación municipal. Vecinos y amigos todos: Volver, ¡que palabra más agradable por lo que significa! Y sin embargo el regreso lleva consigo un poso de tristeza, disimulada y oculta al principio por la alegría del reencuentro, pero poco a poco va aflorando cuando comprobamos que el lugar al que volvemos no es ya el que habíamos dejado porque comenzamos a percibir las ausencias de los seres queridos, familiares, amigos y compañeros en el ilusionado y gratificante trabajo de la Semana Santa. Vaya para ellos en primer lugar nuestro recuerdo. Siento ahora que mi madre no esté aquí para oírme, se hubiera sentido orgullosa. Pero seguro que lo hace desde el cielo. No tengo aquí a D. Joaquín Chazarra, el más entusiasta de cuantos presidentes he conocido, sin menoscabo de los demás, pero nos congratulamos de tener entre nosotros a su viuda Doña Josefina Pastor, que continua incansable la labor. No tengo aquí Facundo, el más ilusionado, entendido y abnegado colaborador que tuve y que precisamente el Señor se lo llevo una Semana Santa, siendo yo Presidente, por lo que no tuve más remedio que guardar la pena y presidir la procesión, estando él de cuerpo presente. Ni tengo a López, que murió entregado en cuerpo y alma por la labor de la Semana Santa alguaceña. Y tantos y tantos otros que hicieron posible que nuestras procesiones fueran un ejemplo de religiosidad, de orden y de buen gusto, conocidas, apreciadas y visitadas multitudinariamente. A todos ellos nuestro agradecimiento perpetuo. La última vez que os dirigí la palabra desde este mismo lugar fue para hablaros del Glorioso San Onofre. Ahora vuelvo para hablaros de nuestra querida Semana Santa, para pregonar ante vosotros y a los cuatro vientos que está próximo el tiempo en que tendremos que disponer las sandalias de nazareno, las túnicas y capirotes, los guantes, los cetros, las mantillas, los estandartes, los tronos y las propias imágenes, porque Alguazas se dispone a celebrar la Semana de la Pasión, con cultos en el templo y desfiles procesionales en la calle, desfiles tan antiguos y al mismo tiempo tan renovados y no por ello menos entrañables. Foto Carrillo Fui comisionado no hace mucho por la Junta de Cofradías para actuar como Pregonero este año de 2011, pienso yo, mas por la amistad que me une a todos ellos que por los méritos que pudiera reunir mi humilde persona, por lo que fervientemente agradezco a todos mi elección, pero de todas formas es para mí un honor poder hacer este pregón. A decir verdad, antes que yo, otros vienen ya pregonando nuestra Semana Santa desde hace meses. Son nuestras bandas, que tan dignamente nos representan, que contra viento y marea, ensayo tras ensayo, ponen a punto su futura actuación que causará, seguro, la admiración de propios y extraños y de las que es una muestra magnifica la que esta noche aquí nos acompaña: la Banda de Tambores y Cornetas Virgen del Carmen. Precisamente mi primer recuerdo de Semana Santa, con 5 o 6 años es el sonido de los tambores que se escuchaban en mi casa en el silencio de esas noches de invierno junto al calor de la lumbre, donde la familia, huérfana entonces de la influencia de la tele, practicaba cotidianamente el sano ejercicio de la conversación, donde los mayores en animada tertulia daban un repaso a la actualidad local, opinaban sobre si el frío afectaría más o menos a las flores del melocotón, que por San José, ya abiertas, cubrían la huerta de un delicado color, como si presintieran la cercanía de la Pasión, se pasaba luego a las batallas del abuelo en la Guerra de África y
  8. se terminaba, como no, con el tema no solo de

    las procesiones sino incluso con algunos pasajes del Prendimiento. Y así iba acercándose la Semana Santa. Y una de esas noches, mientras escuchaba el eco lejano de los tambores, amodorrado con la vista perdida entre las brasas alguien llamó a la puerta, y a la pregunta obligada ¿Quién es? Vino rauda la respuesta: los de la Semana Santa. Eran los encargados de recoger el donativo de los vecinos que sufragaría los gastos de las procesiones. Esta escena la he revivido después miles de veces con mis compañeros de la Junta y puedo asegurar que los alguaceños siempre han sido generosos cuando se trataba de la Semana Santa. Por eso en los buenos años crecieron nuestras procesiones en brillantez, imágenes y nazarenos como nunca antes se había visto, y pudieron mantenerse en aquellos malos años en los que llegaron a desaparecer en varios pueblos vecinos. Mi primera actuación en las procesiones fue de monaguillo, integrando aquellas largas filas que escoltaban a nuestro querido y siempre recordado cura D. Antonio Meseguer, claro que a los veinte metros de la salida ya había yo recibido el primer tirón de orejas, bueno, yo y muchos más, lo cierto es que no era sencillo mantener mucho tiempo la disciplina en tan nervioso batallón. Estoy seguro que al igual que yo, la mayoría de los alguaceños guarda con cariño en un rincón de su memoria los felices recuerdos de aquellos años infantiles, entre los cuales se encuentran los de la Semana Santa: Aquellos días en los que la chiquillería no salíamos de la iglesia ni para comer, embobados como estábamos, siguiendo las labores de los floristas, las que vestían las imágenes, los que movían los tronos o colocaban las andas o los banquillos. De esa escuela salieron con el paso de los años buenos nazarenos y futuros miembros de la Junta de Cofradías. Aquellas soleadas mañanas de procesión, deslumbrantes por la luz que resaltaba el dorado de los tronos, las vestimentas de las imágenes, las capas de los nazarenos y el rico cromatismo de las flores. Aquellos caramelos rellenos que sabían a gloria, y aquellos otros que iban envueltos en poesía, unos pocos versos, profanos o religiosos. Todavía en mi casa conservo alguno de aquellos envoltorios rimados, y es sorprendente su actualidad. El poeta debió ser también profeta. Al menos así lo parece a juzgar por estos ripios referidos a los fumadores: Te perjudica el tabaco, te lo han prohibido. ¡Chúpate un caramelo y deja el pitillo. O estos otros que parecen adecuados a la crisis económica: Apriétate el cinturón y deja de respirar, pues si tienes algún bien lo tienes que declarar. Y el último, que mezcla procesión, caramelos y cortejo a la dama. Ya sabemos la multitud de noviazgos que han surgido en Semana Santa. Ahí va: Si el roñoso de tu novio no te compra caramelos, búscame en la procesión que llevaré el buche lleno. Ha pasado mucho tiempo pero el desarrollo y crecimiento de nuestra Semana Santa, desde los años 50 hasta aquí, ha sido siempre continuo, y a pesar de los años difíciles, años de escasez, de incomprensión, y hasta de trabas, de todos ha tenido éste que os habla, el entusiasmo de los alguaceños ha superado todas las dificultades. La más antigua cofradía de cuantas desfilan hoy día es la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, organizada ya en el siglo XIX, en 1883, donde los Hermanos de Jesús, entre los que se encontraba mi bisabuelo Lázaro Martínez, acompañaban en la procesión al Nazareno con una sencilla túnica morada, que luego andando los años les serviría de mortaja.
  9. Pero las procesiones de Alguazas cuentan ya con siglos de

    antigüedad, pues el primer dato referido a ellas aparece en el libro de fábrica de 1673, donde se hace constar el pago de 450 reales a los maestros carpinteros Pablo Marín y Francisco Crespo, por las andas del Santo Sepulcro y varales para las colgaduras. Esto quiere decir que la procesión del Santo Entierro ya estaba organizada en Alguazas en el siglo XVII. Y aún antes debieron haber procesiones de Semana Santa, pues siendo como fue Alguazas señorío de la Iglesia de Cartagena durante el Medievo y en la época de la refundación del pueblo y la construcción del templo mudéjar, hacia 1530, debió gozar de la atención de obispos y cabildo. De nuevo en 1716 aparece en el libro de fábrica el pago de 120 reales al maestro carpintero de Murcia, D. Juan García Barbueno, “por hacer una cama teñida para sacar en procesión a Jesucristo Nuestro Señor, el Viernes Santo”. Ese mismo año de 1716, el 2 de febrero concretamente, el Obispo Belluga envía como Visitador a la parroquia a D. Mateo de León y Arellano, que en dicha visita anota que en esta iglesia de Alguazas existían algunas cofradías, entre ellas la del Señor del Mundo, que era la encargada de sacar en procesión el paso de la Cama o Santo Sepulcro. Pero a finales de este siglo XVIII la primera desamortización de Godoy, comenzada a partir de 1795, provocó en Alguazas la desaparición de la cofradía del Señor del Mundo, al perder sus bienes propios, y el paso de la Cama quedó a cargo de la cofradía de Nuestro Padre Jesús, que desde entonces ha venido sacándolo a la calle todos los Viernes Santos. Así lleva haciéndolo más de dos siglos. La otra agrupación de Semana Santa, tan antigua como la cofradía de Jesús, son los Armaos. El origen de los Armaos hunde sus raíces en el siglo XVI, por los años en que Alguazas alcanza su independencia y a decir de nuestro cronista, nuestro querido Luis Lisón, proceden de las antiguas milicias concejiles mandadas formar en tiempos de Felipe II, una especie de somatén, presto siempre a intervenir, como así lo hicieron en la Guerra de las Alpujarras y en la defensa de la costa murciana ante el ataque de piratas berberiscos. Estamos pues hablando de una institución con tantos siglos de antigüedad como tiene este pueblo o esta iglesia que nos acoge, y el nombre de sus capitanes, como Diego Peñalver Moya o Martín López Saorín, han quedado en documentos que muestran la importancia de estos personajes que fueron también miembros del Concejo y algunos familiares del Santo Oficio de la Inquisición, como Ginés López Peñalver, que era Alcalde Ordinario en 1665. Con el paso del tiempo y al constituirse en España un ejército regular, las milicias concejiles perdieron su razón de ser y en unos lugares desaparecieron y en otros pervivieron, como en Alguazas, pero también en otros muchos sitios de Murcia y del resto de España, como Almagro o Calzada de Calatrava. Conservaron su obsoleto armamento, consistente en picas o alabardas, y su tradicional indumentaria durante siglos, y es la que nosotros hemos llegado a conocer en pleno siglo XX hasta que fue cambiada por el uniforme de Romanos que nuestro cura, D. Antonio Meseguer les proporciono a principios de los años 60. Durante tantos años, ya desmilitarizados, vinieron participando como tropa de honor en actos cívicos y religiosos, fiestas y procesiones de Semana Santa y del Corpus Christi. Se les conocía por aquellos siglos como la soldadesca, y como tal aparecen en la crónica que detalla la llegada a Alguazas de la nueva imagen de San Onofre, de Roque López, el 11 de Junio de 1793, donde se relata que al amanecer el día la soldadesca formaba junto a las autoridades y el resto del pueblo que esperaban en el Paraje la llegada del barco que desde Molina y atravesando el Segura les traía la nueva talla del santo patrón. Hasta el año 36 los Armaos custodiaban el Sepulcro durante toda la noche del Viernes Santo, y participaron siempre, hasta la última representación de los años 90, en el drama sacro del Prendimiento, otra de las joyas de nuestra Semana Santa. Foto Carrillo
  10. Mi encuentro con los Romanos debió ocurrir aquella Semana Santa

    de 1960, entre el respeto y la admiración por unos personajes que parecían salidos de las películas y que hacían las delicias de la chiquillería, y que desde el momento en que hacían su aparición en la plaza de la iglesia ya no nos separábamos de ellos en toda la procesión. ¡Qué porte! ¡Qué destreza con las armas! ¡Qué redoble de tambor! Seguíamos a nuestros ídolos embobados cuando entraban a la taberna del Mangón o al bar del Rincón, y quedábamos admirados de lo que podían hacer con una copa de coñac de un solo trago. Claro, que ellos eran veteranos, y tenían agallas. Por eso eran romanos. De pronto un revuelo: ¡A formar!, un trajín de tambores y palillos, picas y escudos, y en un momento ¡listos! Entonces en medio del silencio general la vista del capitán, espada al hombro, recorría las filas de la formación y en un segundo las palabras mágicas que todos esperábamos: ¡De frente manejo de armas! Y empezaba la procesión. Recuerdo como si fuera ahora mismo una de esas maravillosas tardes de Viernes Santo en la que varios monaguillos nos arremolinábamos frente al magnífico estandarte del Tercio Romano en la Sacristía, tratando de descifrar el sentido de las misteriosas letras, y ya dábamos por buena la explicación del sabiondo de turno: “lo que aquí dice es “San Pedro come rosquillas”, cuando de pronto se acercó uno de los romanos y con una media sonrisa burlona nos espetó: ¡ Pero qué burros sois, tanta escuela y no sabéis que comer es con Ce y aquí lo que hay es una Qu! Lo que pone es “San Pedro ¡quiere! Rosquillas” ¡Válgame Dios! Claro, como no habíamos caído. Y además tratándose de la Iglesia algo tendría que ver San Pedro. Así lo dimos por bueno, hasta que por mis estudios pude descubrir el error. Ahora pienso que si D. Antonio Garre, el cura viejo, hubiera estado allí le hubiera soltado al letrado romano aquella frase del Eclesiastés: “el numero de los necios es infinito” y que él tomaba a su manera diciendo: “siempre hay un tonto mas de los que uno se imagina” Después de guerra, a partir de los 40, comenzaron a llegar año tras año las nuevas imágenes que venían a reemplazar aquellas que la barbarie había destruido. Y fue Nuestro Padre Jesús, el titular de la más antigua cofradía el primero. Obra excepcional del molinense Bernabé Gil, que el 27 de marzo de 1941 llegaba al pueblo en procesión desde Molina, donde el artista tenía su taller. Todo un acierto. Ya con anterioridad la cofradía se había refundado el primer domingo de cuaresma de 1940, eligiéndose como Presidente-Hermano Mayor a Joaquín Martínez Martínez, mi vecino, el tío Joaquín de Feliciano, Secretario Diego Fenollar y camarera Josefa Egea López, que estuvo desde entonces vistiendo al Señor todos los años, hasta que las fuerzas le faltaron, pero nos dejó una familia profundamente devota y amante de nuestra Semana Santa. Gracias. Foto Carrillo
  11. A nuestro Padre Jesús seguirían la Soledad, el Cristo, el

    Señor de la Cama y la Dolorosa, otro gran valor de nuestra Semana Santa, obra de juventud de Manuel Hurtado Garre, sobrino de D. Antonio Garre, “el cura viejo” Seguía incrementándose el número de imágenes y la categoría de nuestras procesiones. Pero lo mejor estaba por llegar, pues fue a principios de los años 50 cuando la providencia nos trae un cura, D. Antonio Meseguer Montoya, que ayudado por la devoción popular del momento y el apego y entusiasmo de los alguaceños por su Semana Santa, fue el verdadero creador e impulsor de las procesiones que ahora conocemos. En el año 56 Alguazas se hacía con un grupo escultórico de primerísima fila: Nuestro Señor del Pozo y La Samaritana, obra de Sánchez Lozano, el más ilustre y fiel seguidor del arte de Salzillo en el siglo XX. Quien no ha visto el paso de la Samaritana recortado sobre la portada de la iglesia una de esas limpias mañanas de Viernes Santo que brillan más que el sol, se ha perdido la mitad de la procesión. Me vais a permitir que me detenga con la Samaritana, ya que a ella le cabe este año el honor de embellecer el cartel anunciador. Me contó el Dr. Chazarra, siendo Presidente de la Junta, que habiéndose convertido en médico personal de Sánchez Lozano, en los últimos años de su vida, tuvo la curiosidad de preguntarle a cuál de las varias Samaritanas que había hecho en su dilatada carrera prefería, a lo que el artista contestó que por su belleza, por la riqueza y elegancia del vestuario, por su arreglo floral y por la forma en la que andaba meciéndose suavemente al ritmo del tambor, como la de Alguazas no había ninguna. La Samaritana pone una nota de frescura al principio de la procesión de la Carrera. Es el contrapunto al dolor, a la pasión, a la tragedia del resto de las imágenes. La escena representa el momento tan conocido y famoso de nuestro Prendimiento, el diálogo que cientos de veces me contaron las viejas vecinas de mi calle: Isabel la Mangona, la Nena de Paco, la Roja Santos o Josefina la Casillera, que ya no salen a la esquina para verla pasar. ¡Detened el trono anderos! ¿No oís? La mujer Samaritana, segura de su belleza, de su juventud y de sus razones señala el cántaro: ¿Agua a mí? ¡Clamas en vano! De tus locuras me río. ¿Cuándo la sed de un judío aplacó un samaritano? Antes que imprima tu boca en mi cántaro su sello, en fe de quien soy lo estrello contra el pico de esa roca. Ay hermana, si supieras y a ver quién soy alcanzaras, agua a mi sed no negaras, antes bien me la pidieras. Foto Navarro
  12. Y el trono se va alejando con el suave balanceo

    de la olivera que presta su sombra por igual a la belleza de la Samaritana y a la majestad del Cristo. En el año 57 vino la segunda obra del molinense Bernabé Gil: un monumental y maravilloso San Juan, encargado por Juan Sánchez Martínez, Juan “Tobalo” para todos, por cuenta de su madre “la Tía Dolores”. Obra de arte a la que sumó el arte de su estandarte, donado por Eduardo Alfonso García y confeccionado por Ángel Pinar “Peneque” en la Ribera de Molina. ¡Qué magnifica cofradía y que buen arranque! Buenos y abnegados trabajadores los hay en todas las cofradías, y podría referir una lista interminable de cuantos han puesto su granito de arena en tan encomiable labor, pero en aquel momento una gran parte de la juventud entusiasta y emprendedora se apunto a San Juan, en torno a Facundo y a Eduardo. Han pasado muchos años. Unos viven y otros ya nos dejaron, pero de todos quedará un recuerdo imborrable. Ellos fueron los primeros. Permitidme que recuerde. Es mi cofradía: Mariano, Modesto, Juan Antonio Pinar, Onofre Segura, Pepito Vicente, los hermanos Verdú, Juanito de Marta, Pepito de Diego, Onofre “Comino”,... Paco el de Anica y el que os habla desembarcamos en San Juan un lejano año ya de 1969 por encargo de D. Antonio Meseguer, porque la cofradía había ido decayendo con el paso del tiempo y era preciso renovarla para evitar su desaparición. ¿Te acuerdas Paco, que tres a cuatro años más malos pasamos? Y menos mal que casi siempre acompañaba al trono aquella banda de la OJE de feliz recuerdo que yo dirigía: ¡Que buenos bandidos: José Dólera Barquero, mi mano derecha en las cornetas, Miguel Ángel Alfonso, sin el que no hubiera podido montar nada, Joaquín Asís Arnaldos, los primos molineros Antonio y Miguel, Lorenzo, Carlos, Martín, mi primo José Ángel, José Ignacio, Tomás, el del guardia del motor…. ¿Y qué decir de los infantiles gastadores que superaban en disciplina a los mayores?: Antonio Eduardo Alfonso, Manolo Segura, Eduardo Pinar y sus primos Mariano y Eduardo, Javier Corbalán, Pineda,….. Pues todo ha pasado. La cofradía sigue, solo que ahora os pregono que está en manos de las mujeres, tan dispuestas a evitar los fallos que desde que tomaron los cetros creo que el futuro está asegurado. Y después de los 60 seguimos creciendo. Vino la Verónica. Otra obra de Sánchez Lozano. Luego el Resucitado, otra vez Manuel Hurtado, ahora obra de madurez. Y el Cristo de la Columna, orgullo de D. Joaquín y Doña Fina que hoy podemos admirar y cuya cofradía tanto ha contribuido a la brillantez de nuestra Semana Santa. Pero no era solo entusiasmo por las procesiones, latía también en D. Joaquín una profunda fe. Muchas veces comentó lo orgulloso que se sentía de haber adquirido la imagen y muchas otras le observé esperar emocionado la salida del Cristo para incorporarse a la procesión. Y a cada salida nunca le faltó un ruego y una alabanza por parte del doctor. la Piedad, gracias a Francisco Pérez Campillo. Y la Virgen de la Alegría, obra de José H e r n á n d e z Navarro. Otra Foto Carrillo
  13. cofradía mayoritaria de mujeres que funciona a las mil maravillas

    y prueba de ello es el nuevo vestuario de la Virgen que estrena este año. Y la magnífica Magdalena, propiedad de Tomás Fernández, que junto con el Cristo Resucitado, propiedad de Juanito García Sandoval, ambos obra de Jesús Dimas desfilan conjuntamente en el paso de la Aparición de Jesús a la Magdalena. Quisiera, pero no puedo abarcarlo todo porque el tiempo no me pertenece. No hay tiempo suficiente para glosar en un humilde pregón tanta devoción, tanto esfuerzo, tanta ilusión, tanto arte y tantos colaboradores. A todos os pido que vengáis. Traed a vuestros pequeños, como otro día os trajeron a vosotros. Enseñadles a amar la procesión. No hay buen nazareno que sea mala persona. Venid y admirar la sonrisa incrédula de la Samaritana y la majestad del Señor, no encontrareis estampa más bella en toda la imaginería del Sureste. Contemplad la prestancia, la elegancia y la grandeza de líneas de San Juan, y cuando pase Nuestro Padre Jesús no rehuyáis su mirada que va directa al corazón. Ese instante en que se cruzan las miradas es el más sublime de toda la procesión. Delante de ti pasa el Nazareno, cargado con los pecados de toda la Humanidad, no lo desaproveches es el momento de dirigirle un ruego que es al mismo tiempo una oración y un acto de fe: “Señor, al año que viene que nos veamos en este mismo sitio”, y acordaros que los cristianos somos hoy día la única religión del mundo que sigue perseguida produciendo mártires, porque en lugares como Egipto, el Líbano, Irak, Nigeria y otros, en pleno siglo XXI siguen muriendo cristiano por el solo hecho de serlo, y nuestra oración y nuestro apoyo debe estar al lado de los que nos están dando un grandioso ejemplo de fe, rodeados durante tantos siglos de un ambiente hostil, y acordaros también en vuestra oración al Nazareno que sigue repitiéndose la matanza de los inocentes en cada aborto que se produce. Foto Carrillo ¡Cofrades!, está llegando el momento en que viviremos en el templo y en la calle la Semana de Pasión, el momento en que vais a realizar la labor que otros realizaron con devoción, ilusión y trabajo, y yo os digo que cada trono que portáis, cada vela que lleváis, cada paso que dais, lo hacéis por los vuestros, pues a poco que la memoria despierte sentiréis el peso de la historia y el orgullo de ser cofrades de Alguazas. ¡Viva Alguazas!
  14. a Hermandad de la Virgen de la Alegría, la más

    joven de las hermandades de la Junta de Hermandades y Cofradías Pasionarias de Alguazas, se encuentra especialmente contenta porque este año le corresponde a nuestra imagen titular aparecer en el cartel anunciador de la Semana Santa de Alguazas Todos conocéis sobradamente la imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Alegría que podemos venerar en el presbiterio de la Parroquia de San Onofre. Es una imagen de vestir obra del imaginero murciano José ntonio Hernández Navarro, al que le fue encargada en el año 1993 y que procesionó por primera vez por las calles de nuestro pueblo en la Semana Santa de 1994. El año pasado la pudimos ver estrenando un manto blanco y el próximo Domingo de Resurrección, si Dios quiere, la veremos desfilar con el manto de terciopelo azul bordado en oro, que el pasado año fue reparado. Esta imagen de María nos anuncia la alegría de la Pascua que nos espera tras el camino de la Cruz. Fue la misma María que acompañó a su hijo Jesús en su camino hacia el Calvario. Siempre discreta, casi desapercibida, su vida fue la de la discípula perfecta, atenta a la Palabra de Dios, Palabra que meditaba, guardaba en su corazón y cumplía. Acordaos, cada vez que la veáis estos días, que para los cristianos es el mejor modelo a seguir, su ejemplo nos ayudará a transitar por esas sendas hoy tan difíciles y llenas de incertidumbre, que nos toca atravesar. Desde nuestra Hermandad os deseamos un camino cuaresmal provechoso en todos los sentidos. Esperamos que a lo largo de esta Cuaresma María sea para nosotros una guía segura en nuestra preparación para vivir y celebrar la Pascua de Resurrección. Ella siempre a nuestro lado nos puede conducir hasta la meta de todo cristiano, Jesús Resucitado vencedor de la muerte.