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James Metcalf, 1925, 2012

aficiomaquinas
February 20, 2012
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James Metcalf, 1925, 2012

Sobre la vida de James Metcalf, por Jorge Pellicer

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February 20, 2012
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  1. Nace en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos en

    1925. Es- tudia escultura en el “Dayton Art Institute”, en Ohio, de 1939 a 1942. Estudia artes plásticas en la “Academia de Bellas Artes “, en Filadelfia, EUA, de 1944 a 1946. Viaja a Londres para estudiar en “The Central School of Arts and Crafts”, de 1950 a 1952. En 1953 se convierte en profesor de orfebrería en la misma escuela. Vive en Deyà , Mallorca en donde trabaja con el poeta Robert Graves. Hace las ilustraciones para el libro de Graves titulado “Adam´s Rib” y se convierte en su asesor del libro “Los Mitos Griegos” de Graves. En 1957 recibe el premio de la” Fundación William and Noma Copley”. De 1959 a 1966. Vive en París y tiene su taller de escultura en el Impass Ronsin, en donde también tenían sus talleres Brancusi, Jean Tinguely, Niki de Saint Phalle y Claude y Francois Lalanne. Durante estos años tiene exposiciones individuales en París, en las galerías” Fustemberg”, “Dragón”, galería “J” y la galería “Europa”. En Nueva York en la galería “Alexander Iolas” y la galeria Albert Loeb. Tiene exposiciones en Museo de Bellas Artes en Bruselas, Bélgica y en el Museo Rodin, en París, Participa en “Documenta III”, en Kessel, Alemania, en la “Feria Mundial”, en Canadá y en la Bienal de Sao Paolo, en Brazil. En 1966 viaja a México y visita por primera el pueblo de Santa Clara del Cobre, en el estado de Michoacán. En 1967 exposición retrospectiva en el “Palacio de Bellas Artes”, en la ciudad de México. En 1968 instala su taller en Santa Clara del Cobre y empieza su labor de potenciamiento del trabajo de los artesa- nos cobreros. Realiza con un grupo de artesanos el Pebetero Cultural Olímpico y un gran mural para el “Centro de Conven- ciones” en Acapulco, Guerrero. En 1973 inicia su colaboración con la Secretaría de Educación Pública, como maestro de los artesanos de Santa Clara del Cobre. En 1976 junto con la escul- tora Ana Pellicer, fundan el “Centro de Artes y Oficios Adolfo Best Maugard” en donde colabora hasta el 2002. Durante estos años ha tenido exposiciones colectivas e individuales en el Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México, en el Instituto Michoacano de Cultura, en el Museo Rufino Tamayo, así como en los Estados Unidos, en Nueva York, Houston, Arizona, Fil- adelfia y Chicago. Sus esculturas se encuentran en el” Museo de Escultura Contemporánea”, en Autria, Viena. En el “Gran Museo”, en Bruselas, Bélgica. En estados Unidos en el Museo de la Universidad de Yale, en el Museo de la Universidad de Arizona, en el “Museo Joseph H. Hirshon”, en Washington, D. C. EUA y en la Colección Televisa, ciudad de México. Colec- cionistas europeos, americanos y latinoamericanos tienen sus obras. Murió en Santa Clara de Cobre, Mexico, Enero 2012. JAMES METCALF (1925-2012)
  2. Jean Tinguely, Niki de Saint Phalle y James Metcalf James

    Metcalf enseñando a soldar a un artesano James Metcalf con la gran escultura
  3. El Soñador Todo artista digno de su nombre Se da

    cuenta que lleva dentro de Si las semillas de su negación Que su talento surgio de un Genio colectivo al cual un día Regresara James Metcalf (1925-2012) Si podemos imaginar alguien más ajeno a la idea de soñador ese sería seguramente James Metcalf, sin embargo, su decisión de abandonar su brillante carrera artística en la Europa de la década de los sesenta para vivir en un pueblo de artesanos del metal en el occidente de Méxi- co, no podía ser entendido por quienes lo con- ocían, sino como el acto de desprendimiento, de generosidad o de locura, que en nuestra cultura occidental asimilamos siempre a los soñadores. El avaro no sueña sino atesora y teme como a la peste los regalos. El antiguo lema del potlach “Dar para Recibir” es su enemigo conspicuo. El capitalismo galopante y la incipiente global- ización del mundo en aquella época tenían ya como uno de sus pilares la avaricia. Metcalf a su paso por Nueva York camino a México, percibió las consecuencias de esta filosofía tanto en el ambiente de mercaderes que predominaba en- tre las galerías de la ciudad como en el reinado del Pop Art. Vivió en Deya Mallorca, y trabajo con el poeta Robert Graves, creando para él - los grabados que ilustran - su libro “La Costilla de Adán” y aprendió de su gran saber enciclo- pédico. La creencia Purépecha de una deidad en metal, de la cual tuvo conocimiento, por su cercanía y curiosidad hacia la cultura de México, lo llevó en el año de 1966 a su primer encuentro con Santa Clara del Cobre, pueblo de la sierra de Micho- acán avocado a la metalurgia desde los tiempos prehispánicos. Su asombro ante lo que sus ojos veían al aden- trarse entre el fuego y el humo de las fraguas, la forja directa del metal, lo entusiasmo de tal manera, que decidió establecer su taller artístico entre esos artesanos poseedores de una técnica del metal la cual siempre lo había obsesionado. Muchos años después el estudio exhaustivo de la técnica de Santa Clara, lo ha llevado a la con- clusión anti difusionista de ser la representación viva de una técnica metalúrgica desparecida en Europa hace cinco mil años. En el año de 1967, poco antes de establecerse definitivamente en Santa Clara, buena parte de su obra pudo ser conocida en México, gracias a la exposición que tuvo lugar en el Palacio de Bellas Artes. Para entender la importancia de la talla directa en la escultura Metcalf afirma en el catalogo de dicha exposición: “Las piezas que se muestran en esta exposición han sido escogi- das, siempre que ha sido posible, para ilustrar la lucha de un artista…por reinstalar la escultura en metal en el lugar que le corresponde como medio creativo directo. Ninguna de estas obras debe su origen a un modelo hecho en otro material”. Sus afinidades con Gaudier Brzeska y Brancusi quienes la practicaron respectiva- mente, no son de extrañar. James un profundo conocedor del tratado me- dieval “Las Diversas Artes” de Teófilo promovió su primera edición en español y en su introduc- ción a la misma nos dice: “Llegue a Santa Clara del Cobre en 1966 con mi libro de Teófilo (la edición inglesa de 1847) y una camioneta llena de herramientas que traje desde mi taller en Paris. La experiencia de haber trabajado todos estos años con esta comunidad de artesanos, campesinos, mujeres y niños, utilizando como base este libro, me ha permitido comprobar la eficacia de sus recetas. Trabajar y experimentar con esta población rural ha servido para que el- los logren perfeccionar sus tradiciones innovan- do la creación cotidiana de nuevos objetos de cobre y plata….La enseñanza y la práctica de las recetas del libro de Teófilo han sido esen- ciales para mi trabajo en esta comunidad de artesanos” El acto soberano de la elección lo plantea en su ensayo sobre “Fidias y Duchamp” como algo esencial para entender el desarrollo de la conciencia individual, la apropiación de la creación y sus expresiones más importantes en el arte conceptual contemporáneo. De ahí que concluya diciéndonos: “Quizás al redescubrir la técnica primitiva de la escultura griega, haya- mos encontrado la instancia original del “ready made”…Así, tal vez también hayamos descubi- erto la fuente de donde el Renacimiento tomó la piedra angular con la que ha sido construida nuestra concepción del artista y de su arte; todo, menos popular, su apreciación es privilegio de unos cuantos iniciados, y es ahí donde la apropiación cobra primacía sobre la elaboración y donde la creación termina siendo un mero sinónimo de elección Fidias, como Duchamp, da el tono artístico a su época al imponer simplemente su elección” . Historiador y antropólogo autodidacta nunca es- catimo compartir su sabiduría con quien quiera que estuviera abierto al dialogo. La amistad y el amor fueron para él, un asunto entre más de uno, para no quedarse en la soledad inútil de amarse así mismo. Algo del soldado que lucho por la democracia pervivió en su actuar sino como explicar su tenacidad para educar a otros con una visión estratégica en la cual lo importante es ganar la guerra aunque en el camino se pierdan batallas. La creatividad es algo que nos pertenece a to- dos y el conocimiento es la llave del avance tec- nológico. Esa era su creencia y su lucha como combatiente de una guerra que Metcalf, gano en tierras mexicanas. Jorge Pellicer Enero del 2012