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Altas Capacidades

Altas Capacidades

Jacinto Saavedra

March 19, 2012
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  1. Y es que el cambio no se puede interpretar como

    un mero eufemismo. “Altas capacid La LOE y la identificación de alumnos con altas capacidades Juan Carlos López Garzón -Licenciado en Ciencias de la Educación Miembro del Grupo de Altas Capacidades de la A.A.Ps.Pd. Presidente de la Asociación Aragonesa de Altas Capacidades “Sin Límites”. “Las Administraciones educativas establecerán los procedimientos y recursos precisos para identificar tempranamente las necesidades educativas específicas de los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria por sus altas capacidades intelectuales.” El párrafo anterior está construido refundiendo los apartados 2 y 3 del artículo 71 de la nueva Ley Orgánica de Educación. Ahora bien: ¿están preparados los profesionales correspondientes para identificar estas necesidades educativas? ¿Tienen claro y delimitado el fenómeno de las altas capacidades? ¿Saben diferenciar claramente los distintos perfiles de excepcionalidad intelectual? ¿Están actualizados en cuanto a los conceptos de superdotación o talento específico? Más aún: ¿están concienciados de que lo importante no es identificar a los niños, sino identificar exclusivamente sus necesidades educativas específicas? Si las respuestas del lector de este artículo son mayoritariamente que sí, algo está fallando. O hay un exceso de confianza, o las cifras oficiales no reflejan la realidad. Un dos por diez mil de la población escolar tiene dictamen de escolarización por sobredotación intelectual en Aragón. Una cifra ridícula que refleja claramente la situación previa a la publicación de la LOE: por un lado, la ausencia de voluntad para realizar una identificación temprana de las necesidades educativas de los más dotados; por otro lado, la exigencia legal de rendimiento excepcional en niños que todavía están formando su cuerpo y su mente, que son proyectos de personas, confundiendo alto potencial con alto rendimiento; por otro, la confusión de alto rendimiento con el hecho de presentar trabajos académicos artesanales pulcros, finos y estéticamente brillantes; y finalmente, una concepción de la sobredotación intelectual obsoleta, basada en el criterio del coeficiente intelectual, ampliamente superado por las nuevas teorías de la inteligencia; o también basada en la deformación, a mi juicio irreverente y fruto de traducciones inexactas y desfasadas en el tiempo, del modelo de los tres anillos del profesor Joseph Renzulli, que nada tiene que ver con la identificación de las altas capacidades, pero que ha calado muy hondo en este ámbito de nuestro entorno educativo. Si la respuesta es mayoritariamente que no, estamos practicando un ejercicio saludable de humildad. Es precisa una actualización. Como lo ha hecho la nueva Ley Orgánica de Educación. Por fin un texto legal recoge la expresión “altas capacidades intelectuales”, en lugar de otras que generaban más confusión como “sobredotación intelectual” o la poco afortunada “superdotación intelectual” que hizo suya la derogada LOCE. ades” es un término más general que el de superdotación. Este último es un caso especial de aquél. Pero existen otros tipos de perfiles que, dentro del ámbito escolar, no sólo son más interesantes sino también más numerosos: los alumnos académicamente talentosos,
  2. Por el contrario, si el perfil de altas capacidades es

    más rico y completo, menor riesgo de bajo esde este nuevo marco de referencia, Pero se puede ser más ambicioso. Si acabo de decir “estimación mínima” es por algo. Joseph potencialmente bien dotados para trabajar tanto en la escuela como en nichos laborales de tradición académica, son tal vez el grupo más “prolífico”. No tienen por qué ser especialmente creativos, y esto hace que en más de una ocasión hayan cosechado un rechazo a ser reconocidos como sobredotados. Craso error. Incluso en ocasiones han planteado problemas de relación con sus profesores o con sus compañeros, por presentar una pobre madurez emocional y escasas habilidades sociales. Como ellos, pero con el riesgo de agravamiento de los problemas de adaptación escolar o familiar, podemos tener un rosario de casos muy típicos: el talento matemático, el lógico, el lingüístico, el creativo... Cuanto más simple aparece este alto potencial intelectual, más riesgo de que aparezca la inadaptación escolar, y más retos se plantean a sus profesores. Pero también mayor rendimiento pueden obtener en su área específica si se trabaja adecuadamente con estos alumnos. Y no nos engañemos: una atención adecuada, rebaja sustancialmente el riesgo de problemas de aquella índole. rendimiento existe. Sobre todo si las aptitudes que Howard Gardner ha denominado como inteligencias interpersonal e intrapersonal están también a un nivel elevado. El perfil más completo correspondería, evidentemente al caso de la superdotación. Pero mucho cuidado con las interpretaciones que se hacen. Disponer de un alto potencial en las capacidades más importantes, incluida la creatividad, no implica necesariamente un rendimiento previo excepcional en todas las áreas; además, el alto potencial en todas las capacidades supone que es suficiente un nivel por encima de la media en estas aptitudes. No es preciso que se cumplan a la vez criterios propios de un talentoso. En otras palabras, algunos superdotados NO tienen por qué obtener en pruebas psicométricas específicas un cociente intelectual superior a 130. Lo que importa es el perfil en conjunto, puesto que cuanto más rico es, más posibilidades tiene el alumno de abordar tareas complejas y problemas relacionados con el mundo real. D refrendado por el propio Ministerio de Educación español en la publicación “Alumnos Precoces, Superdotados y con Altas Capacidades”, se apuesta por la superación del límite teórico de alumnos con excepcionalidad intelectual que quedaba fijado en un 2% de la población escolar, por la mera interpretación matemática del coeficiente intelectual CI=130. Si desde el nuevo punto de vista de las “Altas Capa los principales expertos nacionales e internacionales, este límite se eleva como mínimo al 5% sobre el total de alumnos escolarizados. Es decir, teóricamente algo más de un alumno por aula. Esto no es ninguna novedad. Experiencias de identificación en la Comunidad Valenciana y en Madrid, confirman estas estimaciones. En varios departamentos de educación de Estados Unidos también se han llegado a estos niveles. cidades” hacemos caso a las estimaciones de Renzulli, ya citado en este artículo, defiende con su modelo de tres anillos una postura mucho más inclusiva: los centros educativos deberían contar con un programa de enriquecimiento escolar, que pueda favorecer al mayor número posible de alumnos, empezando por supuesto por aquellos con altas capacidades; o como él dice, que favorezca a los alumnos con habilidades por encima de la media. Considera que estos alumnos constituyen del 15 al 20% de la población escolar. Ya estamos hablando de 3 a 4 alumnos por aula. Pero aunque el Programa de Enriquecimiento de una determinada escuela o instituto pueda diseñarse pensando en este colectivo, algunas de sus experiencias pueden beneficiarse a prácticamente la totalidad de los alumnos del centro. Esta es la filosofía del autor. Y esta es la filosofía que también está
  3. impregnando, por ejemplo, el Plan de atención a alumnos con

    altas capacidades en Castilla y León, o la legislación de la Junta de Extremadura. Fíjense, amigos lectores, que curioso. El modelo de tres anillos de Renzulli, que es un modelo de intervención, plantea la atención de un colectivo importante de alumnos, identificados por varias vías, tanto por pruebas psicopedagógicas, como por los profesores, o por los especialistas en altas capacidades. No es un modelo de identificación. Incluye un proceso amplio de selección de candidatos entre los que se encuentran alumnos con resultados altos en tests psicométricos (incluso con bajo rendimiento escolar), alumnos con alto rendimiento escolar a juicio de sus profesores, y también alumnos especialmente motivados con las actividades del programa. El inicio del programa es, pues, seleccionar a alumnos con habilidades por encima de la media; la meta final del programa es conseguir del mayor número posible de alumnos conductas propias de un sobredotado intelectual, que en definitiva son para el autor respuestas óptimas a la solución de problemas reales, y a la creación de nuevos productos. Este modelo evita así uno de los mayores problemas de la identificación: como bien señala el profesor Tourón (1998) las altas capacidades no son una cuestión de ser o no ser, sino una cuestión de grado. No podemos poner puntos de corte rígidos, sino minimizar al máximo el riesgo de dejar a algún alumno bien dotado fuera de una intervención específica que le pudiese beneficiar. Sin embargo una deficiente interpretación del modelo, ha llevado a utilizarlo en nuestro país de forma mayoritaria como un modelo de identificación. Así, la teoría de los tres anillos pasa a ser el punto de inicio del proceso de identificación, en lugar de ser el punto final del proceso de intervención, tal y como estaba diseñada por su autor. El resultado de esta utilización sin sentido del modelo de Renzulli lo tenemos a la vista: el dos por diez mil de la población escolar identificados, frente al 20% sugerido por este experto. La LOE ha puesto en claro por fin lo que los especialistas llevan años pidiendo: atención a los alumnos con altas capacidades intelectuales. No sólo a los superdotados. También a los talentosos, a los niños precoces, y por qué no, a todo aquel alumno que está demostrando diariamente que puede manifestar conductas propias de los alumnos bien dotados. La autonomía de los centros y una motivación adecuada por parte de los administradores educativos pueden ser el caldo de cultivo para que se vayan promoviendo programas de enriquecimiento en las escuelas e institutos de nuestra Comunidad. No hagamos oídos sordos a esta propuesta. La atención a los niños con potencial intelectual por encima de la media puede ser un excelente motor que aporte calidad a este vilipendiado sistema educativo nuestro. Subestimar este tipo de atención es ir en contra de uno de los principios básicos que recogen todas las leyes orgánicas promulgadas en nuestra etapa democrática: que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional; incluidos los alumnos con alto potencial. BIBLIOGRAFÍA. CASTELLÓ, A., MARTÍNEZ, M. (1999): Alumnat excepcionalment dotat intel.lectualment. Generalitat de Catalunya. GARDNER, H. (1999): Inteligencias Múltiples, en Investigación y Ciencia: Temas 17 Inteligencia viva (p.14 y ss.) Prensa Científica. Barcelona. LOPEZ, B. y otros (2000): Alumnos precoces, superdotados y de altas capacidades. MEC. SÁNCHEZ MANZANO, E. (1999): Identificación de niños superdotados en la Comunidad de Madrid. Madrid, Ministerio de Educación y Cultura, Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, Fundación Rich, Fundación CEIM. RENZULLI, J.S., REIS, S.M. (1997): The Schoolwide Enrichment Model. Mansfield, CT. Creative Learning Press. TOURON, J. PERALTA, F. Y REPARAZ, Ch. (1998): La superdotación intelectual: modelos, identificación y estrategias educativas. Pamplona, Eunsa.