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Análisis psicosocial de las adicciones

andreaagrelo
January 17, 2012

Análisis psicosocial de las adicciones

En las últimas tres décadas, los espacios y sus relaciones sociales, han debido soportar crisis en la cotidianeidad.
La dificultad para establecer pautas y normas claras y pertinentes a cada edad, tiene sus orígenes en la diferencia entre los procesos de socialización de la modernidad con los de la posmodernidad.

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January 17, 2012
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  1. 1 ANÁLISIS PSICOSOCIAL DE LA ANÁLISIS PSICOSOCIAL DE LA PROBLEMÁTICA

    ADICTIVA PROBLEMÁTICA ADICTIVA AUTOR: Mgter Andrea Agrelo AUTOR: Mgter Andrea Agrelo Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  2. 2 “Las cosas vivas tienden a unirse, a establecer vínculos,

    a vivir unas dentro de otras, a regresar a ordenamientos anteriores, a coexistir cuando es posible. Es el curso del mundo” Lewis Thomas 1 • 1- RESUMEN La desacralización del “matrimonio – institución” es sólo una de las manifestaciones de la búsqueda de ampliación de la libertad individual. Ella no implica que se acabó el amor romántico como ideología fundante de la elección del cónyuge. Ahora es la libertad individual y no el control social lo que asegura la existencia de parejas basadas en el amor. En la actualidad, las relaciones sociales se han modificado, adoptando configuraciones muy diferentes a la época moderna. Las Familias monoparentales (en el pasado eran mayoritarias las personas viudas, hoy lo son las divorciadas / separadas), la disminución de las familias completas (aumentando las parejas consensuales, en detrimento de las casadas legalmente), y las Familias ensambladas (es uno de los nuevos tipos de familia emergente de la nueva dinámica de la nupcialidad) entre otras manifestaciones; han modificado también el entorno hogareño en el que crecen y se socializan los niños. Las mutaciones en la nupcialidad, afectan varias dimensiones del contexto de socialización de los hijos. En las últimas tres décadas, los espacios y sus relaciones sociales, han debido soportar crisis en la cotidianeidad. La dificultad para establecer pautas y normas claras y pertinentes a cada edad, tiene sus orígenes en la diferencia entre los procesos de socialización de la modernidad con los de la posmodernidad. Los nuevos aspectos psicosociales de la familia actual, se exacerban en las familias con un miembro adicto (o más) apareciendo (en el “recorte” de una entrevista familiar) una “caricatura” de la familia actual. Exagerando interacciones hasta el absurdo, o minimizando arbitrariamente aspectos fundamentales de la organización familiar. “Actuando” de manera bizarra, escenas casi grotescas ante las que el espectador no sabe de qué manera intervenir (si es que lo dejan). Es desde esta nueva realidad en la familia del adolescente adicto, vivenciada desde la experiencia clínica, la que se intentará sintetizar, a partir de la descripción de casos reales, con transcripciones textuales; que grafiquen la situación altamente disfuncional de familias en donde la problemática adictiva está presente hace más de 5 años. La idea del presente trabajo es entonces, poder analizar los aspectos generales de la familia posmoderna, estableciendo modalidades específicas de funcionamiento en la familia del adicto. Partiendo de la observación clínica y el rastreo bibliográfico. 1 El epígrafe en: Lewis Thomas: The Lives of a Cell: Notes of a Biology Watcher, Nueva York, Bantam Books, 1974, pág. 147. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  3. 4 • 2- ÍNDICE o 1- Resumen Pág. 2 o

    2- Índice Pág. 3 o 3- Objetivos Pág. 4 o 4- Desarrollo Pág. 5 o 5- Conclusión Pág. 19 o 6- Bibliografía Pág. 20 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  4. 5 • 3- OBJETIVOS  Describir y Analizar los cambios

    socioculturales en el funcionamiento del sistema familiar; a través de un rastreo bibliográfico.  Describir el funcionamiento de sistemas familiares en los que está presente la problemática adictiva de un hijo adolescente, por un período mayor a los 5 años; a través de la ejemplificación de recortes clínicos de entrevistas.  Establecer relaciones entre los cambios de la familia actual, y la exacerbación de esas modificaciones, con una tendencia “patologizante” en la familia del adolescente adicto. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  5. 6 • 4- DESARROLLO 4- a) Algunas ideas fundamentales:2 Familia:

    “Sistema organizado cuyos miembros, unidos en relación de alianza o consanguinidad, sustentan un modo peculiar y compartido de organizar la realidad. Para lo cual utilizan información intra e intersistema” Ciclo vital de la familia. El síntoma desde una perspectiva sistémica: Son las diferentes etapas por las que transcurre el sistema familiar a lo largo de su conformación como tal. Cada etapa supone cambios, y por ende, crisis. Se requiere un nivel óptimo de flexibilidad en el sistema para lograr atravesar con éxito cada una de las etapas. Se considera que un síntoma aparece cuando el ciclo vital en curso de una familia, o de otro grupo natural, se interrumpe y no puede resolverse. De modo que el síntoma implica una “denuncia” de que la familia enfrenta dificultades para superar una etapa de su ciclo vital. Cuando la etapa se supera sin problemas, siempre existe un cambio de normas o reglas que hacen a la relación de los miembros de la familia. Todo crecimiento implica cambio, el crecimiento familiar lleva necesariamente al concepto de cambio en los acuerdos de una nueva relación. El síntoma impide el cambio, mantiene a la familia en el estadio anterior del que debería cambiar. La crisis implica una resistencia de la familia al cambio, los mecanismos que rigen la homeostasis del sistema familiar, se ponen en juego con el objeto de mantener el equilibrio conocido. La no aparición de nuevas reglas efectivas, crea confusión y pone de manifiesto la efectividad del síntoma para el no cambio, lo que significa la retroalimentación entre el síntoma y el no cambio. La familia disfuncional: La familia es un sistema organizado que tiene funciones claras que son: alimentación, adaptación al medio, protección, socialización de sus miembros. La familia que no logra cumplir con sus objetivos básicos es una familia disfuncional, su funcionamiento no le permite el desarrollo y consecución de sus fines. En las familias disfuncionales se observa: 2 Lic. Andrea Agrelo. “Análisis de las pautas interaccionales que mantienen el síntoma adictivo” Tesis de Licenciatura. Universidad del Aconcagua. Mendoza, Setiembre 1992. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  6. 7 - Desdibujamiento de las fronteras generacionales - Suspensión de

    la organización jerárquica - Promoción y sostén de una alteración comunicacional entre sus miembros - Triangularización patológica - Dificultad en el manejo del eje proximidad – distancia entre sus miembros Los síntomas estabilizan a la familia y denuncian su disfunción. El síntoma puede ayudar, por ejemplo, a rotular a un miembro como incompetente, y por ello incapaz de dejar el hogar. La familia del adicto: En familias de adictos, es común no haber manejado bien ciertas etapas del ciclo familiar. En el caso de la adolescencia, los problemas del desarrollo afectan e influyen considerablemente. La adolescencia está cargada de cambios físicos, emocionales y sexuales que por sí mismos provocan tensiones nuevas y difíciles en cualquier familia. Sin embargo, algunas familias no han transcurrido eficazmente el advenimiento de la adolescencia en previas generaciones y, de esta forma han transmitido una tradición de disturbio excesivo cuando algún miembro alcanza esta fase.3 Duncan Stanton y Thomas Todd (1982) enumeran ciertas características encontradas en las familias de adictos: - Hay evidencias de una alta frecuencia química multigeneracional, particularmente al alcohol. Se encuentra también una propensión a los juegos de azar y a ver televisión. Tales prácticas producen modelos para los niños y pueden desarrollarse también como “tradiciones” familiares. - Los adictos tienen más posibilidades de establecer lazos sólidos fuera de su ambiente familiar y refugiarse en ellos a pesar de que pueda ser por un periodo breve. Esto les produce una ilusión de independencia, puesto que sienten que son miembros de una subcultura, la de la droga, dentro de la cual se pueden relacionar. Las madres de los adictos muestran una tendencia mayor a prácticas de crianza “simbióticas” que las madres de chicos normales. Estas madres quedan como “trabadas” en un estadio temprano de la crianza de sus niños y tienden a mantenerlos y tratarlos como si fueran de menor edad de lo que realmente son. - El síntoma de la adicción produce la sensación de pseudo individuación en varios niveles Así la droga, involucra a toda la familia, y, en este sentido, trasciende sus efectos farmacológicos. Sirve como un símbolo de la 3 Duncan Stanton, M “La drogadicción y la familia” Paidós. Buenos Aires. 1980 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  7. 8 incompetencia del adicto y su consecuente incapacidad de dejar

    la familia, y, al mismo tiempo, de la incapacidad de la familia de “librarse” de él. En suma: El adicto une. Desde las perspectivas de la dinámica de la familia y de la función del síntoma, el surgimiento del adicto como miembro – síntoma, hace que la familia ponga el foco de atención sobre él. Ello evita que se confronten otras disfunciones familiares como podrían ser separaciones afectivas de los padres, una insatisfacción familiar generalizada o reglas y jerarquías incongruentes. El adicto equilibra a la familia. La familia promueve. Como la familia se une (o re une) alrededor del adicto, éste es un elemento regulador que mantiene el equilibrio familiar y al unión. La familia lo mantiene en esta posición. En general, las familias que tienen un miembro adicto de cinco años o más, consultan cuando surge un acontecimiento que rompe y desestructura violentamente la homeostasis del sistema: una sobredosis, un intento de suicidio, el hijo que ha “caído” preso, o una orden directa del juez. Eso es lo que diferencia a las familias funcionales con un miembro que consume sustancias: responden rápidamente a la señal de alarma del sistema y consultan a la brevedad sobre lo que les está sucediendo. El síntoma de la toxicodependencia parece claramente referirse a las dificultades ligadas a la búsqueda de autonomía y de independencia del joven adulto con respecto a los padres y de los padres con respecto al joven adulto. La dependencia de sustancias, bloquea de forma clara, un proceso de diferenciación. La dependencia permite al núcleo familiar el no modificar excesivamente su funcionamiento: la madre continuará siendo y sintiéndose la más sacrificada y afectada, el padre se sentirá cada vez más periférico y extraño, el hijo toxicómano continuará viviendo como “desafío” a la familia una dependencia efectiva. Una eventual hermana o hermano, podrán continuar siendo el “ejemplo bueno” y también su salida de casa será difícil pues tendría que “abandonar” a los padres en su sufrimiento (función del síntoma). Desde este punto de vista, la drogadependencia, viene a jugar un papel de bloqueo y de obstáculo en la evolución de la familia y de sus miembros hacia un desarrollo centrado en la formación de una individualidad autónoma que siempre debe surgir de procesos complementarios de diferenciación / unión. La trama de la interacción familiar está conformada por fenómenos verbales y no verbales. Como resultado de un “pacto” de supervivencia familiar, surge como emisario, “el elegido”, es decir, el hijo – droga, modelo que una vez introyectado y asimilado, el futuro adicto adoptará como propio en sus conductas adictivas.4 4 Kalina, Eduardo, “Adicciones. Aportes para la clínica y la terapéutica”Ed. Paidós. Bs. As. 2000 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  8. 9 La familia del adicto se caracteriza por la “ceguera”,

    como ya lo han descrito muchos autores. Es decir, “no ven”, niegan las conductas auto y heterodestructivas de su hijo, que sí son visibles para otras personas. Si alguien les informa lo que está sucediendo, suelen sorprenderse, molestarse ante lo que consideran una intromisión. Asiste un matrimonio a una primera entrevista, y manifiestan: “No estamos seguros, creemos que nuestro hijo está metido en algo raro” Ante la pregunta del entrevistador, acerca de qué es lo que han visto, que les ha sugerido que puede haber un problema, responden: “Felipe dejó de estudiar, dice que va a trabajar, pero no lo ha hecho. Se levanta a las tres de la tarde, sale y no vuelve hasta la madrugada. Lo hemos visto como borracho, pero sin olor a alcohol. Han faltado cosas de la casa. Cada vez tiene menos ropa, y se junta con un grupo de muchachos que parece que andan robando…” Cuando se les pregunta cuánto hace que han notado estas conductas, se miran entre ellos y responden: “Hace unos tres o cuatro años. ¿Es normal licenciada?” 4- b) Desarrollo del tema: La familia, como sistema, está determinada por la realidad sociocultural en la que está inmersa. Si relacionamos lo visto hasta aquí, con el momento cultural contemporáneo, esta función del síntoma en el sistema familiar, es “coherente” con el planteo de “adolescentización”, que muchos autores realizan en relación a lo que se vive en esta sociedad de consumo. Refiriéndose a la dificultad que se vive hoy en las familias, de lograr la autonomía de los hijos, por un lado, sumado a la imagen adolescente como la culminación “perfecta y sublime” de todo el desarrollo, por el otro. De este modo, desde la visión social más amplia, no hay un incentivo cultural para crecer, más bien, la imagen del eterno adolescente se ve reflejada en los padres adultos que cada vez encuentran nuevas formas de ocultar el paso del tiempo. Todo ello promocionado y reforzado por un sistema laboral que sólo permite “caras jóvenes“ entre sus integrantes. Y una sociedad de consumo que descalifica la experiencia de vida de sus miembros, y sólo apunta al mercado joven. El adicto está entrampado, insatisfecho, es dependiente, está pseudo individualizado, muestra contradicciones entre sus comunicaciones verbales y no verbales. En otras palabras, el adicto es la caricatura de la familia, es la personificación de las dificultades de la familia de la cual él mismo es co – creador. Es el símbolo, es la metáfora del grupo, tanto familiar como sociocultural. “La modernidad es el movimiento más la incertidumbre” 5 5 Balandier, Georges “El Desorden” ED. Amorrortu. Argentina, 1998 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  9. 10 Considerar la era actual (para algunos, posmodernidad) como el

    “chivo emisario” de todos los males contemporáneos, limita y condiciona su análisis y comprensión integral. En este trabajo intentaré describir procesos y fenómenos resultantes de los cambios por los que ha ido atravesando la familia como institución. Trataré de no comparar continuamente “Lo que fue” con “lo que no es hoy”. Sino analizar los fenómenos actuales, en relación a la complejidad de variables intervinientes, incluso la historia; pero desde una perspectiva crítica y reflexiva, y no desde una postura nostálgica del “todo tiempo pasado fue mejor” Hay una viñeta de “Mafalda”, que representa esta postura: Dos ancianos sentados en una plaza. Al ver pasar un “hippie”, uno le dice al otro: - “Esto es el acabose” A lo cual Mafalda le contesta: - “No, esto es el empezose del terminose de ustedes” Una visión de conjunto: 6 A modo de apretada síntesis, diríamos que los cambios en las tendencias de la mortalidad, la nupcialidad y la fecundidad producidos en las últimas décadas, se han traducido en modificaciones sustanciales de la organización familiar, entre las cuales enumeramos las principales: o El progreso en la salud y en la esperanza de vida determina un rápido crecimiento de los hogares unipersonales a través del mayor volumen de ancianas viudas. o La cohabitación como forma de entrada o permanencia en unión, el incremento de los divorcios y las separaciones de uniones consensuales, la secuencia “unión/separación/reincidencia”, son todos factores que inciden sobre varios aspectos de la composición de las familias: en el aumento del volumen de adultos que viven solos (sobre todo hombres); en el incremento de las familias monoparentales (sobre todo encabezadas por una mujer); en la emergencia de las familias ensambladas (con predominio de hijos anteriores a la unión actual aportados por la mujer); en la difusión de las familias consensuales en detrimento de las legales. o La disminución de la fecundidad final de las mujeres se traduce en un menor tamaño final de las familias, lo que comporta la reducción del número de hermanos por niño. El hecho de que la misma se concrete por dos o más uniones, conduce al incremento de los niños que tienen medio – hermanos. o La progresiva desaparición de las familias extensas también disminuye el tamaño de los hogares y el tipo de parientes presentes en el hogar. 6 Susana Torrado “Historia de la familia en la Argentina moderna” (1870 – 2000) Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  10. 11 Y todos esos factores en conjunto tienden a cambiar

    significativamente el contexto familiar en el que se socializan los niños de las nuevas generaciones. Para Anthony Giddens (“consecuencias de la modernidad”), la modernidad, a diferencia de la era premoderna, ha proporcionado, a través de los sistemas abstractos, una gran seguridad al vivir cotidiano. La fiabilidad en los sistemas abstractos, es la condición del distanciamiento espacio – temporal, y de las enormes áreas de seguridad que proporcionan las instituciones modernas en la vida cotidiana en comparación con el mundo tradicional. En las condiciones de la modernidad, las rutinas integradas en los sistemas abstractos son cruciales para la seguridad ontológica. Sin embargo, esa misma situación crea también nuevas formas de vulnerabilidad psicológica y la fiabilidad en los sistemas abstractos no recompensa psicológicamente de la misma manera que la fiabilidad en las personas. El autor, plantea que la fiabilidad en los sistemas abstractos proporciona la seguridad de la confianza cotidiana pero, por su misma naturaleza, jamás puede ofrecer la reciprocidad ni la intimidad que ofrecen las relaciones personales de confianza. Por tanto, la confianza personal ha de ser establecida a través de un proceso de auto – indagación: el descubrimiento de uno mismo se convierte en un proyecto directamente relacionado con la reflexividad de la modernidad. Esto implica que la plena realización no es solo la defensa narcisista frente a un mundo externo y amenazante sobre el que los individuos tienen muy poco control, sino también, en parte, de una apropiación positiva de las circunstancias en las que influencias globalizadas inciden en la vida cotidiana. “El riesgo en la modernidad, se puede esbozar de la siguiente manera: 1 la globalización del riesgo, en el sentido de intensidad; por ejemplo, la guerra nuclear puede amenazar la supervivencia de la humanidad. 1. la globalización del riesgo en el sentido del creciente número de sucesos contingentes que afectan a todos, o al menos, a gran número de personas en el planeta: por ejemplo, los cambios en la división mundial del trabajo. 2. el riesgo que origina el entorno creado, o la naturaleza socializada: la incorporación de conocimiento humano al entorno material. 3. el desarrollo de los medios de riesgo institucionalizado que afecta a las oportunidades de vida de millones de seres humanos: por ejemplo, los mercados de inversión. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  11. 12 4. la conciencia del riesgo como riesgo: las “lagunas

    de conocimiento” del riesgo ya no pueden ser transformados en “certidumbres” por el conocimiento religioso o mágico. 5. la conciencia de riesgo es ampliamente distribuida: mucho de los peligros a los cuales nos enfrentamos colectivamente, son conocidos por amplios sectores del público en general. 6. la conciencia de las limitaciones de la experiencia: ningún sistema experto puede serlo totalmente respecto a las consecuencias de la adopción de principios expertos.7 Alguno de los riesgos que son potencialmente amenazantes para la vida de las personas, o que puedan afectarlas de alguna manera significativa, irrumpen dentro del núcleo de las actividades cotidianas. La mezcla de riesgo y oportunidad es tan compleja en tantas de las circunstancias implicadas, que es extremadamente difícil que la gente sepa cuánta confianza puede depositar en sistemas o particulares prescripciones, y hasta cuándo suspenderla. Confianza y riesgo, oportunidad y peligro, son rasgos polares y paradójicos de la modernidad, pernean todos los aspectos de la vida cotidiana, reflejando una vez más, la extraordinaria interpolación de lo local y lo global.8 A través del planteo de Giddens, es posible preguntarse acerca de cuáles son las posibilidades de la familia actual, de contenerse a sí mismas, y, con mayor razón, a un hijo adolescente. Los modelos internalizados de los adultos del sistema, no son funcionales para transmitirlos directamente a los menores. Esta mezcla de incertidumbre, invadida por los riesgos de un mundo globalizado, parecen ser una mezcla letal en las familias de la posmodernidad: el resultado es un desamparo de la familia, y por ende de cada uno de sus miembros. La familia es el agente de socialización más importante, tanto en el caso de las sociedades modernas y complejas como en el caso de otras sociedades menos avanzadas tecnológicamente. La familia es importante como agente de socialización porque los primeros años de vida de una persona giran alrededor del núcleo familiar. Los niños dependen enteramente de otras personas para su supervivencia y desarrollo. En la mayoría de los casos, suelen ser los padres u otros parientes los que garantizan la supervivencia del niño. Al menos hasta la edad escolar, la familia es la única institución que transmite al niño una serie de valores, normas o prejuicios culturales. 7 GIDDENS ANTHONY, “Consecuencias perversas de la modernidad” Antrhopos. España 1996. 8 Ibíd. 11 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  12. 13 La socialización que tiene lugar en la familia se

    desarrolla de forma continua y difusa, y no siguiendo un programa o esquema preestablecido. Los niños absorben todo lo que observan en el entorno familiar y allí empiezan a formar su personalidad. La imagen que se forma de sí mismo un niño como alguien fuerte o débil, listo o tonto, querido o simplemente tolerado, o la imagen del mundo, como un lugar hostil o un espacio acogedor, depende mucho de lo que le está transmitiendo su familia. Independientemente de la forma de educar que tienen los padres (más severa o más tolerante), muchas investigaciones han subrayado la importancia que tiene la atención que recibe el niño. El contacto físico, la estimulación verbal y el interés que muestran los padres a las necesidades físicas y emocionales del niño son factores fundamentales para el desarrollo intelectual y el equilibrio emocional del niño (Belsky, Lerner y Spanier, 1984). La familia también transmite al niño un estatus social. Esto es, al mundo no vienen niños en general, sino niños de tal o cual otra raza, religión o clase social, que es la raza, religión y clase de la familia de origen. Al cabo de poco tiempo, estos elementos van conformando la imagen que de sí mismo tiene el niño. Por supuesto, algunos elementos que definen el estatus social de una persona (la clase social, por ejemplo) pueden cambiar a lo largo de su vida, pero el estatus social de la familia de origen siempre va a tener alguna influencia en su vida. Este proceso de socialización descrito, no se define en sí mismo, sino que está en relación directa con el momento sociocultural donde se desarrolla. En la era actual, la única regla, es el movimiento por el movimiento mismo. Vivir en un mundo donde lo real está continuamente modificándose, agitándose. Para las personas, esto se vive como la pérdida del sentido por el efecto del desmoronamiento de los grandes sistemas simbólicos y explicativos; también es la pérdida de las orientaciones que guían al individuo. Los adultos, supuestos “guías” dentro del núcleo familiar, están completamente desorientados. Han internalizado, en su socialización primaria, herramientas, estrategias y mecanismos, que no son pertinentes para el momento sociocultural actual. Entra en crisis lo aprendido con lo que se vive, generando “tanteos” en busca de respuestas adecuadas. A nivel de la familia, esto se pone de manifiesto en la arbitrariedad de criterios y parámetros al momento de plantear normas, pautas y valores. A una adolescente, de doce años, sus padres no le permiten viajar en colectivo sola; ni la dejan ir a hacer las compras cerca de su casa. Y, sin embargo, sale todos los sábados a bailar a la matinée y vuelve a las dos de la mañana… “La época se presenta cada vez menos propicia a una representación unilineal del transcurso de la vida (…) Es un tiempo en el que nada es adquirido con seguridad, ni el saber ni la competencia, ni el empleo o el Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  13. 14 período de actividad, ni el respaldo social y afectivo

    que da su base a la existencia privada.”9 El cambio, lo inestable, la precariedad, se vuelven más familiares; la novedad, lo efímero, la sucesión rápida de informaciones, la necesidad continua de adaptarse a lo que viene; dan la impresión de vivir solamente en el presente. ¿Hay algo más parecido que los efectos de la droga? En la clínica con familias en las que hay un miembro adicto, se observa notablemente la dificultad que tienen los padres de sentirse protagonistas en el desarrollo de la personalidad de sus hijos. Es como si no se sintieran incluidos en el proceso o peor aun, no creen poder intervenir en la construcción de su propia realidad. Permanecen disociados de la vida misma. Al no haber una linealidad sucesiva y coherente, sino que lo incierto asalta y sorprende, la persona tiende a sentirse extranjero ante lo que no es la temporalidad inmediata. Una adolescente de 17 años, comienza a asistir a tratamiento por su adicción a la marihuana a raíz de un suceso judicial, que hizo posible que los padres pudiesen llevarla a tratamiento. Luego de varias entrevistas, comenzó a sentirse cómoda en el proceso terapéutico, y logró concurrir por sí misma, comenzando a ser muy productiva en el proceso. Al cabo de dos ausencias continuas, el terapeuta telefonea a su casa para ver por qué no había concurrido. Atiende la madre y argumenta: “Silvana no ha asistido a su tratamiento, ya que anduvo muy mal en la escuela, y con el padre decidimos castigarla, sacándole lo que más le gusta, que es ir a “Cable a Tierra”. “10 En este testimonio, más allá de los aspectos que hacen al mantenimiento de la homeostasis del sistema familiar, se puede observar la falta de criterios adecuados y pertinentes al momento de poner límites. Desde la dialéctica planteada por Berger y Luckmann en la construcción social de la realidad, esto sería equivalente al proceso de reificación; a través del cual, los sujetos que crean su propia realidad, luego la viven como impuesta e imposible de modificar. Se escuchan comentarios como: “…tuvimos la mala suerte de que este hijo nos saliera así, por suerte el otro nos salió estudioso y responsable…” “…desde chiquita fue testaruda, cuando iba a primer grado si se le ocurría faltar a la escuela no había forma, no iba. Y yo siempre le dejaba claro que si no iba era por ella, no porque yo se lo permitiera…” “…desde que tiene seis años que está todo el día en la calle, no hay forma de que entienda que tiene que hacer sus tareas…” “Enrique Pichón Rivière parte de la concepción de un sujeto social que se constituye en el interior de las tramas vinculares humanas que él 9 Balandier, Georges. Art. cit. 10 “Cable a Tierra” Centro Terapéutico de prevención y rehabilitación de las adicciones. Mendoza. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  14. 15 diferencia en ámbitos. Así el ser humano que nace

    prematuro, en un grado extremo de indefensión es albergado primero en un vínculo estrecho con la madre (un “útero“social) luego por la familia (socialización primaria11) y por las sucesivas instituciones por las que transitará toda su vida: instituciones educativas y formativas varias, laborales, de esparcimiento e instituciones de producción simbólica como lo son los medios masivos de comunicación por ejemplo. (Socialización secundaria12) (…) Como producto de un complejo proceso de socialización, cada ser humano desarrollará una estructura subjetiva que E. Pichón Rivière llama esquema referencial que contendrá: 1- modelos con los que este sujeto percibe, organiza, jerarquiza, valora y piensa la realidad, 2- modelos desde los cuales organizará sus sentimientos y reaccionará afectivamente a los estímulos del medio y 3- una modalidad de operar con el mundo, una forma de solucionar los conflictos que su cultura le presenta. Podemos decir, metafóricamente, que desarrollará un cristal con el cual mirará al mundo. Dicho cristal, por tratarse de una cultura moderna, deberá ajustarse frecuentemente por la condición de “precariedad de sentido” de nuestro momento histórico actual. (…) por ejemplo, alguien que acaba de perder su empleo siente que su cotidianeidad se ha fracturado. Por lo tanto sus escenarios habituales de sostén vincular, de organización del tiempo, de proyección a futuro, se han quebrado y con ello su esquema referencial, sus modelos de pensar sentir y hacer en los diferentes ámbitos, han entrado en crisis”.13 Según Berger y Luckmann en “Construcción Social de la Realidad”, la sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización. Esta cristalización se corresponde con la internalización del lenguaje. El planteo de estos autores, sugiere la idea de que, los seres humanos contamos con mecanismos para el mantenimiento de esa realidad construida: mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis. o Mantenimiento de rutina: El establecimiento de rutinas, es la esencia de la institucionalización. La mayoría de los otros que el individuo encuentra en la vida diaria, le sirven para reafirmar su realidad subjetiva. “A fin de seguir confiando en que es realmente quien cree ser, el individuo requiere no sólo la confirmación implícita de esta identidad que le proporcionarán aun los contactos cotidianos accidentales, sino también 11 El comentario entre paréntesis es de la autora. 12 El comentario entre paréntesis es de la autora. 13 Lic. Gladys Adamson “Psicología Social y globalización” conferencia, mayo 2000. Colombia. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  15. 16 la confirmación explícita y emotivamente cargada que le brindan

    los otros significantes”.14 Noelia, 17 años, consume marihuana. En el último año, se ha hecho “piercing” en la lengua, en la ceja y en el ombligo. Está de novia, y habla de que quiere tener un bebé “porque son como muñequitos, me encantaría, eso o un perrito”. Su mamá, habla continuamente delante de ella de su “mala conducta” y de su incapacidad para “dominarla”. En una entrevista, Noelia plantea “hace como tres días que no me baño” A lo cual la madre responde: “Yo ya la protegí mucho, ahora la he desprotegido porque me insulta” Estos mecanismos muestran la incoherencia de la famita actual, la impredecibilidad de las conductas (falta de claridad en los roles, como modelos de comportamiento esperados), la dificultad para priorizar y categorizar lo importante de lo prescindible, la incapacidad de sentirse protagonistas en el proceso educativo de los hijos “me salió terrible…” la incapacidad de transmitir creencias claras y explícitas con la posibilidad de ser cuestionadas “no le voy a hablar de ninguna religión, que después decida solo” Los otros significantes son, para el sujeto, los agentes principales para el mantenimiento de la identidad, los otros menos significantes, funcionan como una especie de “coro”. Ahora bien, si esos otros, le devuelven una imagen de sí, que no concuerda con su subjetividad, o es incoherente en relación a lo que otras personas le devuelven; se encuentra en un problema, que puede resolver, o bien aceptando ser lo que le muestran que es, o bien, “degradando” a alguna de esas personas de su condición de otros significantes, y en su lugar recurrir a otros para que le confirmen su realidad significativa. Por ejemplo: la importancia que adquiere el grupo de pares durante la crisis adolescente. El mantenimiento y la confirmación de la identidad, involucran la totalidad de la situación social del individuo. La forma en que esta realidad subjetiva del mundo adquiere solidez, es a través del intercambio social, el diálogo tanto explícita como implícitamente. Pero ese intercambio debe ser continuo y coherente, ya que si no es así, se instala una amenaza en dicha realidad. En la familia actual, el discurso no es sólido, es amorfo, ya que carece de bases y fundamentos que guíen su accionar. Esto es así debido a la velocidad de los cambios, que ha dificultado que la familia pueda internalizarlos progresivamente y adoptar posturas al respecto. Eso sumado a la superficialidad de los vínculos; genera un sistema familiar laxo (que no es lo mismo que flexible) sin marcos conceptuales claros, (para, por lo menos, disentir con ellos). . . o Mantenimiento en situaciones de crisis: Se utilizan esencialmente los mismos procedimientos que para el mantenimiento de rutinas, excepto que las confirmaciones de la realidad tienen que ser explícitas e intensivas. 14 PETER L. BERGER, THOMAS LUCKMANN; “La construcción social de la realidad”. Cap. III Pág. 189. Amorrortu editores. Argentina 1999. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  16. 17 Para las crisis vitales previsibles, se tienden a institucionalizar

    los mecanismos específicos para mantener la realidad. Para Berger y Luckmann, una de las causas de una socialización deficiente, tiene que ver con un alto nivel de discrepancia entre la socialización primaria y la socialización secundaria. En el entorno socio – histórico actual, la familia como sistema transmisor de valores, está continuamente siendo redefinido. Los jóvenes de hoy, recibieron información intrafamiliar, respecto a roles, creencias, pautas y normas, que están siendo severamente cuestionados por los espacios a los que acceden durante la socialización secundaria. Por ejemplo, a través de los medios masivos de comunicación. En este marco, los medios de comunicación audiovisual son las nuevas megaestrellas, en matrimonio con la publicidad, el estímulo al consumo, a las marcas, a los emblemas. Pensemos en las horas de TV que consumen los niños y los adolescentes y advertiremos que esta se ha convertido en una principal fuente de experiencias e información para organizar su mundo. Según García Canclini15, más allá de la modalidad de incorporación a la globalización de cada Estado-Nación, se obliga a una revisión de la escena sociocultural que, entre otras, incluye: I) la reelaboración de lo “propio”, “debido al predominio de los bienes y mensajes procedentes de una economía y una cultura globalizadas sobre los generados en la ciudad y la nación a las que se pertenece”; II) la redefinición del sentido de pertenencia e identidad, “organizado cada vez menos por lealtades locales o nacionales y más por la participación en comunidades transnacionales o desterritorializadas de consumidores” (los jóvenes en torno del rock, la MTV, etc.); En otras palabras, y según el mismo autor, si las identidades modernas eran territoriales y monolingüísticas, las identidades posmodernas son transterritoriales y multilingüísticas. En consecuencia, la identidad como acto de apropiación simbólica, abandona el dominio territorial para situarse en la dimensión del consumo. No puede faltar en el análisis de época, la clave posmoderna, expresada en la caída de los grandes relatos, que organizaban la racionalidad histórica moderna alrededor de proyectos políticos generacionales que eran marcas de época y aportaban una visión de totalidad dadora de sentido a cada experiencia particular. Hoy, en todo caso, el único gran relato que permanece parece ser el del mercado -y si es global mejor- y este hecho alienta una gran insuficiencia, ya que, entre otras cosas, en el mercado no están todos, y, entre los que están, suele haber una fuerte desigualdad. Si somos iguales en tanto ciudadanos -un hombre, un voto-, no lo somos en tanto consumidores. El viejo reino de la libertad frente al reino de la necesidad. 15 García Canclini, 1995 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  17. 18 Se presenta de su mano, una crisis que muchos

    afirman de época, manifestada en la pérdida de peso de valores e ideales (el pensamiento débil, el relativismo cultural, más prosaicamente el doble discurso), signos de violencia crecientes, un descreimiento colectivo en la justicia de los hombres, un adelgazamiento de la perspectiva solidaria, un consumismo exacerbado como razón social hegemónica, el incentivo a la satisfacción inmediata y la cultura de vivir el momento junto a la escasez de oportunidades sociolaborales. Un sentimiento de escepticismo generalizado revela un clima de época para el que el estado de las cosas no puede ser transformado positivamente. En definitiva, un tiempo en el que se promueve incesantemente los valores del mercado, como competencia -en este caso individual-, productividad y pragmatismo, mientras se dejan de lado o minimizan otros, de perfil social o comunitario. Al mismo tiempo, se desdeña el compromiso personal con los otros, por modelos de vida más superficiales o “Light”. Esta situación, orienta hacia la instrumentalización de la vida, hacia un mundo de valores definido por la “utilidad” y “practicidad” de los bienes, ya sean materiales o simbólicos, culturales. Así, los “bienes culturales” pasan por un tamiz ideológico -la ideología mercadista- que los convierte en “bienes de mercado”, generándose una “industria cultural” que pierde autonomía respecto al orden de la producción o, en el mejor de los casos, se reconstruye bajo otro concepto. En este sentido, el “paradigma eficientista”, pasa a ser el valor dominante por el que se miden todas las cosas. Kornblit16, en un trabajo realizado con adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires en 1988, se encontró con que la mitad de los adolescentes de la muestra estudiada (300 casos) desechaban como modelo de identificación a los adultos pertenecientes a sus ámbitos cotidianos inmediatos, mostrando un nivel de escepticismo y de falta de credibilidad entonces alarmante. La diferencia, una al menos, entre los jóvenes y los adultos comprometidos en la vorágine consumista, es que, mientras los unos ya maduros articulan sus identidades deslizándose en el consumo, los otros, en pleno desarrollo de sus capacidades, parecieran destinados a constituir su identidad en torno a aquel. Consumir, incorporar, es un hecho egoísta por definición. Se nos estimula a la posesión, como valor, también como signo de éxito. Y se supone que tal consumo, nos hará exitosos, libres y felices, ¿acaso no nos lo dice a toda hora la publicidad? Un adolescente de 15 años, muestra en el grupo terapéutico los últimos tatuajes que se hizo, a sus compañeros. No se observa en su relato, un compromiso ideológico con ellos, sino el “último” que se hizo, uno más, como manifestando un afán de consumo, independientemente de los contenidos de los tatuajes. Lo que aparenta ser trasgresor, 16 Kornblit, Ana L., 1989 Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  18. 19 no es más que una cadena de consumo alternativo,

    pero que mantiene la lógica del consumo. El vacío de sentido, y la lógica del consumo, generan una distancia cada vez mayor entre los que tienen y los que no tienen. Cada vez son más las “faltantes” que denotan que no podemos “ser exitosos”. La exclusión social, el aumento de la pobreza y el deterioro de la calidad de vida impactan fuertemente sobre la situación de la niñez. La desnutrición, la falta de atención médica, el maltrato, los abusos sexuales, la explotación, la deserción escolar o las adopciones ilegales, nutren el catálogo dramático escrito por una sociedad que no protege a sus chicos y los condena a un presente de oprobiosa desigualdad y a un futuro sin horizontes. Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  19. 20 • 5- CONCLUSIÓN “El futuro como riesgo” A través

    de la clínica cotidiana con el adicto y su familia, es que surgió la motivación de escribir este trabajo. La angustia presente en cada uno de sus integrantes, y la silenciosa frustración de quien los escucha, genera la urgencia de intentar entenderlos para configurar un abordaje que construya la posibilidad de un cambio. De una vida no sólo libre de drogas, sino plena de comunicación, sentimientos y proyectos vitales. Focalizando en el sistema familiar, es posible advertir cada una de las características socioculturales más amplias. La familia del adicto, es una caricatura del momento sociocultural que estamos atravesando. Es un sistema invadido por el vacío, los dobles mensajes, el consumismo, el individualismo y la incertidumbre que no moviliza, sino que paraliza, detiene, niega e impide el desarrollo saludable de sus miembros. Si el pasado ya no sirve como punto de referencia para construir el presente, y el futuro se presenta ante nosotros como desalentador y plagado de riesgos, la respuesta patológica del sistema familiar tenderá a generalizarse. La familia del adicto responde, aunque desasertivamente, ante el quiebre de paradigma de la modernidad. Y lo hace de tal manera, que la adicción se constituye en una respuesta “coherente” y reforzada por el sistema social amplio. El papel de cada uno de los actores sociales, será el de no permitir que la sensación de pesimismo y de imposibilidad de cambio, se apodere de nosotros. Es tiempo de convertir el desaliento en desafío. “El futuro como posibilidad” Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]
  20. 21 6- BIBLIOGRAFÍA  ADAMSON GLADYS, “Psicología social y globalización.

    El papel de la Psicología social en Latinoamérica en los albores del tercer milenio” Conferencia abierta dictada en la Universidad Luis Amigo, Medellín, Colombia, 12 de mayo de 2000.  AGRELO, ANDREA. “Análisis de las pautas interaccionales que mantienen el síntoma adictivo” Tesis de licenciatura. Universidad del Aconcagua. Mendoza. 1992.  BALANDIER, GEORGES. “El Desorden” Ed. Amorrortu. Argentina. 1998  BALARDINI, SERGIO A. “Adolescencia y modelos de identificación en la globalización y el fin de siglo” II Congreso Iberoamericano de Psicología Social VII Congreso Argentino de Psicología Social y Política. Bs. As. Mayo 1997.  BERGER, P Y LUCKMANN, T. “La Construcción Social de la Realidad” Amorrortu. Argentina 1999.  FERNÁNDEZ MOYA, JORGE. “La familia” Apuntes de cátedra “Tratamientos psicológicos”. Universidad del Aconcagua. Mendoza 1990.  GIDDENS ANTHONY, “Consecuencias perversas de la modernidad” Antrhopos. España 1996.  KALINA, EDUARDO. “Adicciones. Aportes para la clínica y la terapéutica” Ed. Paidós. Buenos Aires. Año 2000.  MACIONIS, J y PLUMMER, K “Sociología” Prentice may Madrid 1999.  TORRADO SUSANA, “Historia de la familia en la Argentina moderna” (1870 – 2000) Ediciones De la Flor. Buenos Aires. Argentina. . Mgter en drogadependencia Andrea Agrelo Contacto: [email protected]