me puedo regis- trar, puedo participar, qué es lo que puedo hacer, con quién pue- do hacerlo, y cuales son las condiciones para hacerlo. Así que es como el comunismo, tienes que pedir permiso de la autoridad central antes de hacer nada. Una vez que nos hemos puesto de acuerdo con la plataforma para que nosotros dos hagamos ne- gocios, entonces llega el colonialismo y la plataforma dice: ahora que vosotros dos estáis trabajando quiero el 20 por ciento de los beneficios, como una especie de impuesto. Es el colonialismo, donde todo sigue como antes pero el 20 por ciento me lo quedo yo. Así es como funciona Amazon en realidad, si lo observamos con cuidado. Si quieres comprar un libro, una bolsa, lo buscas en Amazon, lo buscas en ebay, eliges el precio más barato y lo com- pras. Cuando buscas en estos sitios los haces mayores, porque la mayoría de las empresas queremos situar nuestros productos en estas plataformas porque tienen más consumidores, enton- ces cada vez las hacemos más grandes. Hay un efecto de bola de nieve, esto sube, esto otro sube, y luego tenemos una sola compañía que se lleva todo el beneficio. Imaginaos, si todas las librerías abren su inventario al exterior, todas las pequeñas libre- rías lo abren, y tienes una pequeña aplicación en el móvil, y esta aplicación puede preguntar directamente a mi librería, y a qué precio tienes el libro en este momento, se acabó Amazon. Haces el negocio directamente. Por eso desde Amazon van a asegurarse de que esto no va a pasar nunca. Por eso nadie os ha hablado de interoperabilidad y de estandarización. La cuestión es ¿esto se ha hecho antes? ¿Es algo imposible? No, se ha hecho antes, sí. En dos casos, hay dos ejemplos. Uno de ellos es el teléfono con GSM. Íbamos a Estados Unidos antes cuando se estaban buscando los móviles y Motorola dijo nosotros vamos a construir una red, vamos a enviaros las cosas, vamos a poder hacer todo con una mano, pero qué pasa si se rompe, bueno entonces puedes volver y por otros 3000 euros puedes comprar otro. Esto era en los años noventa, más o menos. Pero luego otra empresa decidía hacerlo por su cuenta, IBM empezó la estandarización. Llamaron a Gran Bretaña, a Finlandia, a Sue- cia, y varios países se pusieron de acuerdo y dijeron: sí, vamos a