Partido Constitucional de la monarquía de Amadeo: unionistas de izquierda (Serrano) y por los progresistas de Sagasta. Tuvo gran influencia entre profesionales liberales, comerciantes, banqueros, militares y funcionarios. Líder: Sagasta. El caciquismo: el caciquismo era un sistema de relaciones de coacción, organizado por las clases dominantes durante la Restauración para dejar fuera del sistema a las clases populares y evitar los peligros revolucionarios que se han producido en el sexenio. El ministro de la Gobernación era el que elaboraba, de hecho, la lista de diputados que habían de ser elegidos en cada distrito electoral (encasillado), independientemente de su relación con sus electores (cuneros). Los gobernadores civiles transmitían la lista de los candidatos "ministeriales" a los alcaldes y caciques, y todo el aparato administrativo y de orden público se ponía a su servicio para elegirles (confección del censo, compra de votos, manipulación de actas). El caciquismo no fue tan sólo un falseamiento de las elecciones, sino que era una realidad cotidiana en la España rural: fuerte dependencia de los campesinos respecto a los grandes propietarios. Los caciques gracias al control de los ayuntamientos hacían informes, controlaban el sorteo de quintas, repartían las contribuciones, hacían ofertas de trabajo, y concedían el arrendamiento de tierras comunales. Al final el sistema descansó en el voto de las zonas rurales, donde votaba el 80% de la población (20% en las urbanas). 3. Evolución política Reinado de Alfonso XII (1875-1885) Durante el reinado de Alfonso XII se establecieron los principios fundamentales del nuevo sistema político, obra esencialmente de Antonio Cánovas del Castillo. Además de los aspectos ya tratados, un objetivo importante de Cánovas fue asignar un nuevo papel al ejército, alejado de la actividad política que había sido habitual a lo largo del siglo XIX y del intervencionismo a través de los pronunciamientos. Aunque el nuevo régimen llegó gracias a uno de esos típicos pronunciamientos habituales de la etapa anterior, el ejército quedó relegado a las funciones normales de un ejército y fue utilizado para la pacificación de los conflictos que el nuevo régimen heredaba del Sexenio: Guerra Carlista y Guerra de Cuba. La Guerra Carlista no terminó hasta 1876 con la derrota definitiva de los partidarios del pretendiente Carlos VII que huye cruzando la frontera francesa seguido de algunos fieles. Por otra 3