separa el interior de la célula de su entorno. Presente en todas las bacterias excepto micoplasmas. Es una envoltura rígida, exterior a la membrana, que da forma a la bacteria y sobre todo soporta las fuertes presiones osmóticas de su interior. Los micoplasmas, que viven como parásitos intracelulares en un ambiente isotónico, carecen por completo de pared.