La toma de decisiones es el motor que impulsa el éxito organizacional. Desde la filosofía clásica hasta la neurociencia moderna, su estudio ha evolucionado para revelar que decidir no es solo razonar, sino también sentir.
Hoy se sabe que el cerebro, con sus redes emocionales y racionales, guía las elecciones estratégicas. Este tema explora cómo comprender esos procesos cerebrales puede transformar el liderazgo y la gestión en entornos globales.