Standish, un 64% de las funciones de software son “poco o nunca usadas”. Remover u omitir elementos generalmente lleva a proyectos exitosos: 1. El servicio Tumblr tiene una fracción de las funcionalidades de WordPress o Blogger, pero tres años después del lanzamiento de este último, Tumblr fue un boom con 2 millones de publicaciones cada día 2. En su lanzamiento, el iPhone tenía menos funcionalidades que los teléfonos de la competencia de Nokia o RIM, pero fue un hit. 3. Basecamp, un ERP de 37signals, posee una fracción de la funcionalidad de SharePoint de Microsoft, pero la revista BusinessWeek lo considera “adictivamente fácil de usar” y es app obligada de millones de personas.
dice que a más funcionalidad, más puede ofrecer un programa u herramienta. Eso es una falacia: generalmente se refiere a la profundidad de la funcionalidad más que a la cantidad. Calidad vs cantidad. Remover ‘lo sucio’ ayuda a quienes diseñan interfaces a enfocarse en problemas reales del ciclo de vida del desarrollo y no en ‘tonterías’ que nunca tendrán tanta importancia. Por otra parte, ayuda al usuario a que enfoque sus objetivos sólo en una cosa que es lo que realmente quiere, es decir, podemos ‘cambiar’ el objetivo del usuario. Para resolver cómo entender qué es ‘lo sucio’ de lo común, se debe hacer la pregunta: “¿Cuáles son las cosas importantes de esto?”
una solución de bajo costo – cambiar el botón de un programa de un lado a otro es más ‘barato’ a nivel de desarrollo que tomar una decisión de reestructurar dicha pantalla – por lo que la gente lo prefiere más. Hay miles de opciones abiertas cuando se trata de organizar una interfaz, por ejemplo, tamaño, color, posición, jerarquía, formas, etcétera. Si se quiere organizar para simplificar, es importante enfatizar que una organización simple no llama la atención por sí sola, sino que hace que el usuario se enfoque más fácilmente en ello.
no sólo en diseño, sino también en el desarrollo de software: dividir para conquistar. Un ejemplo claro es Microsoft Word, que para hacerlo manejable, dividen una serie de menús en unas 9 opciones. Cada uno de ellos tiene unos 12 comandos. Cada comando alberga un asistente o una serie extra de opciones. ¿Por qué? Porque el cerebro sólo puede recordar fragmentos cortos de memoria, y no por mucho tiempo, por lo que las personas que recién llegan, encontrarán dificultad al usar.
que se vayan, que estén ahí, pero que en el orden de prioridades no es tan esencial como las importantes. Lo positivo de ocultar es que los usuarios de una interfaz no son distraídos por detalles innecesarios. Funciones que los usuarios principales raramente usan, pero que probablemente tendrán su momento de gloria son buenas opciones para ser ocultadas. Esas historias son las que no quieres que aparezcan visiblemente cuando te hagan una entrevista para la TV, pero sí quieres que estén ahí para que los usuarios sientan el efecto placebo de ‘control’.
que mueve los elementos a lugares de más fácil acceso. Es más, ya se han definido paradigmas comunes, como los menús de navegación superior o los pie de página, que contienen generalmente acceso a contacto o a paneles de administración. Desplazar no sólo se refiere a desplazo físico, sino también como concepto. Es posible desplazar las funciones “avanzadas” de la app de Facebook para Android en la versión Web. Es decir, a priori, la aplicación móvil está hecha de manera “limitada”, para no provocar sobrecarga de elementos (o ‘cluttering’).