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CORRECCIONES PAU IMMANUEL KANT

CORRECCIONES PAU IMMANUEL KANT

Correcciones de algunos exámenes PAU correspondientes al filósofo KANT en el distrito universitario de Asturias

Juan Ramón Tuñil

March 06, 2012
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  1. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 1998

    Immanuel Kant La imposibilidad de fundamentar racionalmente la felicidad La fundamentación de la metafísica de las costumbres [Este examen, al igual que el otro que vamos a realizar sobre la ética kantiana, no es especialmente fácil, como todos los que provienen del antiguo COU; no obstante, hay que hacerlos, y así resultará más fácil cualquier modelo de los de la actual PAU] 1. De qué trata el texto, qué argumentos aduce para descartar la existencia de imperativos de la felicidad y contra quién se dirige la argumentación. (2 puntos) [Tema fundamental del texto] El tema fundamental que trata este texto es el siguiente: ¿es posible determinar en qué consiste la felicidad humana? Si lo consiguiéramos hacer, tendríamos solucionada en buena parte la tarea de la ética, pues las acciones éticamente buenas serían las que se guiaran por ese criterio. [Explicación de la postura kantiana; qué entiende Kant por “determinar”] Pero cuando Kant dice “determinar”, no quiere decir determinar a posteriori, de modo empírico, qué es lo que nos hace felices (por ejemplo: yo observo que a los niños pequeños les hace felices comer chocolate, así que se debe comerlo; o comer chocolate es algo virtuoso o un mandato ético); puesto que cualquier determinación a posteriori es contingente y no proporciona seguridad absoluta. Para estar absolutamente seguros del valor de un imperativo de este tipo, debería ser posible determinar a priori y de forma universal y necesaria, en qué consiste la felicidad, cosa esta imposible. [Ciertas aclaraciones sobre los conceptos kantianos y su uso] Llegados a este punto, hay que hacer una precisión: la comprensión de la explicación anterior exige explicar con cierto detalle una serie de conceptos (“principio a priori”, los tipos de “imperativo”, el papel de la “imaginación”); asunto que se llevará a cabo en la pregunta 2, y en parte en la 3. [Respuesta a la segunda parte de la pregunta] Dicho lo anterior, volvamos a la segunda parte de la pregunta. ¿Contra quién se dirige la argumentación? Obviamente, contra las que Kant denomina “éticas materiales”, las que fundamentan la moral a través del establecimiento de un bien absoluto (sea el placer, la obediencia a Dios, la indiferencia ante el destino; da igual) y una serie de mandatos o preceptos que nos encaminan hacia ellos. Tales bienes absolutos se establecen a posteriori, y el imperativo que nos lleve a ellos, no puede ser un verdadero imperativo absoluto, sino meramente contingente: “si quieres ser feliz y virtuoso…cultiva la indiferencia”. Ya, pero ¿y si no quiero? Ahí estará el problema. 2. ¿Qué significado tienen en este texto los términos “principio”, “imperativo”, “razón” e “imaginación”? (3 puntos) Por “principio”, Kant entiende “a priori”, es decir, de forma necesaria y absoluta, previa a cualquier observación empírica (y no a partir de la experienci, esto es, a posteriori). Este punto de vista, aplicado a la ética, coincide con la visión kantiana general del conocimiento. Éste debe estar fundado en juicios (enunciados o proposiciones) sintéticos y a priori; juicios que aumenten nuestro conocimiento y que posean las virtudes ya comentadas. Evidentemente, no es posible construir ningún juicio así sobre el contenido de la felicidad. Los imperativos, para Kant, son de tres tipos. En primer lugar, los llamados hipotéticos y asertóricos, o también imperativos técnicos, establecen un medio para un fin no directamente ético: “si quiero pagar primero la hipoteca, debo ahorrar”; “si quiero poner la estantería derecha, debo asegurarme con un nivel de su horizontalidad”. En segundo lugar, los llamados imperativos hipotéticos y apodícticos, o también pragmáticos de la prudencia (“phrónesis”), o de la sagacidad, como se les denomina en el texto, establecen un medio para un fin ético: “si quieres ser feliz, usa de los placeres con moderación”; “si quieres que tus amigos te aprecien, sé comprensivo con ellos”. No son verdaderas normas ni preceptos obligatorios, por lo que vimos en el apartado anterior, si no meros consejos empíricos, extraídos de la experiencia. Un verdadero mandato moral ha de ser incondicionado, ha de ser un imperativo que mande de forma absoluta y no hipotética, un imperativo categórico. Según Kant, debería responder a esta forma: “actúa de tal modo que puedas querer que la máxima subjetiva de tu acción se convierta en una ley universal”. [Distinción razón-imaginación: es un tema muy de detalle; sería extrañísimo que se preguntar con el actual modelo de examen; además Kant habla de dos tipos de ella: la que realiza “síntesis” y la “productiva”] La razón, en Kant, es la que nos permite encadenar los juicios del entendimiento e intentar avanzar hacia el conocimiento absoluto e incondicionado. Y así, establece ciertas ideas, que aunque no puedan ser conocidas, si pueden ser pensadas, o establecidas como postulados. Kant, por ejemplo, cree que la libertad es un postulado de la razón práctica, y una condición que regula nuestra moralidad (aunque no podamos saber con certeza si somos libres). La felicidad podría parecer una idea reguladora de este tipo (un “postulado de la razón práctica”). Sin embargo, esto no es cierto, porque no se trata de una idea puesta por la razón, sino por la imaginación. Y la imaginación, en Kant, es una faculta que se encarga de combinar ciertas representaciones para darles cierta unidad en los conceptos. El concepto de felicidad (que es empírico, y no a priori, como las categorías), se extraería por tanto de una serie de representaciones empíricas dispersas: la percepción de un estado de satisfacción, de conformidad, de placer, de éxtasis, de amor filial…; que la imaginación es capaz de sintetizar y unificar como “felicidad”.
  2. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 1998

    Immanuel Kant La imposibilidad de fundamentar racionalmente la felicidad La fundamentación de la metafísica de las costumbres 3. ¿Qué papel desempeñan, según Kant la imaginación y la razón en el proceso del conocimiento y paralelamente qué relaciones mantienen a propósito de la fundamentación de la moral? ¿Qué otros planteamientos modernos, actuales o antiguos conoces de esta misma relación, por ejemplo, en el cristianismo o en doctrinas morales como el hedonismo, el utilitarismo, Hume, etc.? (3 puntos) [La primera parte de esta pregunta no ofrece ya mayores problemas; pues ya se explicó en la última parte de la anterior] Como ya fue comentado (aunque sólo en parte) al final de la pregunta anterior, la razón, para Kant, posee varias facultades. La primera de ellas es la sensibilidad, que determina las condiciones a priori de la intuición sensible (el contenido viene de la experiencia); la segunda de ellas es el entendimiento, que determina las condiciones a priori de los juicios (aunque no los conceptos empíricos, construidos a partir de las intuiciones sensibles de la experiencia); y por último, la razón propiamente dicha, que tiende a unificar los juicios, y a suponer postulados o ideas trascendentales o reguladoras; indemostrables, pero que mueven a la razón, en su vertiente teórica o práctica, a alcanzar el conocimiento o la moralidad absolutas. La imaginación, por su parte, se situaría entre la sensibilidad y el entendimiento, como una capacidad de unificar los datos dispersos de la intuición sensible, y poder ajustarlos a las categorías puras del entendimiento. Aquí tiene su origen el concepto empírico de “felicidad”, como concepto producido por la imaginación. El problema es que se trata de un concepto empírico, y un juicio que establezca la siguiente afirmación “la felicidad es X” será contingente y no podrá fundamentar la obligación moral de forma absoluta. No es un postulado de la razón práctica, como la libertad, que aunque no pueda ser conocida, debe ser pensada como una condición necesaria de la propia moralidad. [La segunda parte es más problemática; yo me centraría en el epicureísmo, que es muy fácil y muy característico; no obstante la pregunta apenas tiene sentido, pues en esas escuelas no se habla de “razón” e “imaginación”; y muchas de ellas no fundamentan la moral, sino que se limitan a describirla] Las distintas escuelas de ética anteriores a Kant, defendían un punto de vista “material”. ¿Qué quiere decir eso? Que consideraban el contenido de la “felicidad” (o de la virtud”, o del “bien”) un contenido objetivo de la razón, y no una construcción subjetiva de la imaginación. A partir de ahí construían “objetivamente” una serie de normas que nos llevarían a dicha felicidad. Por ejemplo, los epicúreos observan que los seres humanos buscan el placer y evitan el dolor; por lo tanto, buscar el placer y evitar el dolor es el contenido empírico objetivo de la felicidad y de la vida buena y virtuosa. Como ya sabemos, Kant niega tajantemente esta forma de fundamentar la moralidad. 4. ¿A qué conclusión llega Kant en este texto y sobre qué argumentos fundamentales parece apoyarla? (2 puntos) [Otro ejemplo de una pregunta mal elaborada; en realidad, repite la 1, y en parte la 2 y la 3, de dónde sacaremos toda la información] Esta pregunta es muy sencilla de contestar si recapitulamos lo que ya dijimos en los apartados anteriores. La conclusión que obtiene Kant es la siguiente: cualquier mandato de la razón práctica, cualquier imperativo moral, que intente determinar a priori en qué consista la felicidad humana, no es un imperativo absoluto, un precepto obligatorio y normativo que pueda fundamentar la moralidad. Los motivos están muy claros: la felicidad se conoce de forma empírica y contingente (observando experimentalmente “qué nos hace felices”), y el mandato moral que se establece a partir de ello es meramente hipotético (“si quieres ser feliz, haz tal cosa”; ya pero ¿y si no quiero?; ¿y si la felicidad es otra cosa?). Pero un mandato moral que establezca un deber absoluto debe ser universal, necesario y a priori. Con respecto a la felicidad, no podemos obtener imperativos absolutos, sino meros consejos prácticos, como bien dice Kant. Evidentemente, sus críticas se basan en sus puntos de vista generales acerca del conocimiento humano y su validez.
  3. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2000

    Immanuel Kant El imperativo categórico Fundamentación de la Metafísica de las costumbres 1. ¿De qué trata el texto de Kant y qué diferencias establece entre los distintos tipos de imperativos que distingue? (2 puntos) [Este comentario es bastante sencillo; no obstante, va a resultar problemático no repetirse mucho en las preguntas 1 y 2; en la 3 no quedará otro remedio, aunque se coloque la información en forma de esquema. La estrategia que seguiremos será el de contextualizar mucho en la pregunta 1, y dar más información en la pregunta 2] El texto con el que nos encontramos pertenece a la Fundamentación de la Metafísica de las costumbres, la principal obra kantiana en torno al uso práctico de la razón, junto con la Crítica de la razón práctica. En estas obras, Kant se propone realizar con la razón práctica lo mismo que había realizado anteriormente con la razón teórica. La razón humana, en su uso teórico, establece juicios; la tarea por tanto, habría de ser el conocer qué juicios es posible realizar, y cómo podemos fundamentarlos. La razón, en su uso práctico, no establece juicios, sino normas o mandatos (“haz esto”, “debes hacer lo otro”). Por lo tanto, la nueva tarea crítica habrá de ser el determinar qué normas son posibles (posibles en el sentido de que determinen la voluntad a obrar; al igual que los juicios posibles de la razón teórica proporcionaban conocimiento), y cómo se podrían fundamentar. [Ahora explicamos brevemente la pregunta que se nos hace; brevemente, porque si no, no tenemos casi que contar en la pregunta 2, que además vale más] Este es el contexto en el que debemos situar el texto. El tema que trata es el siguiente: existen dos tipos de imperativos, los hipotéticos y los categóricos. Los primeros no nos sirven para la tarea de fundamentar la razón práctica, pues son empíricos y a posteriori; los categóricos sí que lo son, ya que establecen de manera necesaria y a priori un mandato moral absoluto y necesario. Lo que pasa que sólo nos dicen la forma de ese mandato que debe determinar nuestra voluntad a obrar, que consiste en su absoluta universalidad. No nos pueden decir su contenido, porque en ese caso caerían nuevamente en el defecto de los imperativos hipotéticos. Todo esto puede resultar un tanto abstracto; además, los imperativos, como tales, no han sido descritos. No hay problema; llevemos la explicación con orden y desarrollémoslo a continuación, en la pregunta 2. 2. ¿Qué significado tienen en este texto y en la filosofía kantiana en general las expresiones “imperativo hipotético”, “imperativo categórico” e “imperativo universal del deber”? (3 puntos) Para Kant, un imperativo hipotético es aquel imperativo que establece una relación condicional: “si deseas X, entonces realiza Y”. Un tipo de estos imperativos lo constituyen los llamados hipotético-asertóricos, o técnicos, que establecen una relación meramente instrumental entre un medio y un fin: “si quieres escribir con el lapicero, tájalo primero”; “si quieres ducharte con agua caliente, prende el calentador”. El otro tipo los formarían los llamados hipotético-apodícticos, o prácticos. Establecen esa misma relación de un medio a un fin, pero con relación a fines morales. Por ejemplo: “si quieres tener amigos, sé leal con ellos”; “si quieres que tus hijos sean responsables, edúcalos en la responsabilidad”. El problema de estos imperativos es que la condición que se desea (X) no es necesaria, sino que se obtiene empíricamente, de la experiencia de los deseos o necesidades humanas. Un imperativo categórico debe ser una norma o un mandato absoluto, y por lo tanto no ha de tener la forma de un condicional, ni establecer ningún tipo de hipótesis. Imperativos categóricos serían los siguientes: “haz tu cama”; “no copies”; “no digas mentiras”. Podrían convertirse con facilidad en hipotéticos, si preguntáramos: “¿por qué debo hacer mi cama?”. “Porque hay que ser ordenado y responsable”. “¿Y si no quiero ser ordenado y responsable?”. [En este sentido, recordemos el estudio de las falacias del año anterior, pues de allí podemos sacar un ejemplo que viene que ni pintado. La madre de Mafalda le pedía que se tomara la sopa “si de mayor quería ser grande y saludable”, a lo que Mafalda, para argumentar su nulo deseo de tomarla, le replicaba: “pero si ni siquiera quiero ser mayor”] Aquí es donde entrará a resolver el problema el imperativo universal del deber. Un imperativo universal del deber debe establecer un tipo de norma o mandato que establezca un deber absolutamente incondicionado, al que no se le pueda preguntar “¿y si no quiero?”; porque no querer actuar de la forma que establezca ese imperativo sea irracional. El imperativo sería el siguiente (en el texto nos da dos formulaciones, aunque Kant llegó a establecer cinco): “actúa de tal manera que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley universal”. No se puede no querer eso sin caer en contradicción: si yo mintiera, ¿cómo iba yo a querer, sin contradicción, que la mentira se convirtiera en ley absolutamente universal, y que todos, en todas las circunstancias y sin excepción siguieran la norma “¡mentirás!”? Por lo tanto, se trata de un imperativo universal del deber. Pero ojo, este imperativo sólo aspira a establecer la forma, el modo en que debemos actuar moralmente, por deber moral; pero no el contenido. El contenido es empírico, solo puede establecerse a posteriori; pero el deber, que en realidad es el respecto racional a la universalidad de cualquier norma, se puede establecer a priori, 3. Explica las doctrinas de la ética formal de Kant. ¿Por qué se empeña en fundamentar la moral sobre principios e sean al mismo tiempo objetivos y universales? ¿Qué consecuencias se siguen de esa estrategia de fundamentación? Compara esta doctrina con otras éticas materiales y señala la vigencia actual de la misma. (3 puntos) En esta pregunta (1) contaremos brevemente la teoría moral de Kant –procurando emplear la información de las preguntas anteriores, citándolas-.Después explicaremos (2) que si quiere fundar la moral sobre principios
  4. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2000

    Immanuel Kant El imperativo categórico Fundamentación de la Metafísica de las costumbres universales es con la finalidad de que la moral sea racional y necesaria, de realizar una crítica de la razón, para saber cuáles son sus límites, por ser fiel a su idealismo trascendental, etc. A continuación, (3) explicamos sus consecuencias, y la primera de ellas, la crítica a toda ética material. Otras consecuencias (4) serían las de establecer una moral rigorista, del deber, de las intenciones y no de los contenidos, de la voluntad, etc. Y con esto (5) nos situaríamos en la última pregunta: en general, por ese rigorismo, su ética está poco vigente, y seguro que preferiríamos una ética hedonista al estilo de los epicúreos. Para esto último podemos utilizar la información sobre las críticas a la ética de Kant; destacando también sus aspectos positivos. 4. Representa la estructura del texto mediante un esquema o diagrama. (2 puntos) Como no se nos pide un mapa conceptual, ensayemos otros formatos; lo importante es ver la estructura del texto con claridad. requieren de una condición empírica y por tanto a posteriori hipotéticos su contenido nos es desconocido a priori su contenido es conocido a priori los imperativos la necesidad de la máxima subjetiva de ajustarse a la ley pueden ser cuya única condición es su universalidad “obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal” categóricos podemos derivar de ellos todos los imperativos que establecen deberes pues el deber consiste en la universalidad de la ley universalidad que es la forma necesaria de toda ley de la naturaleza “obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza”
  5. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2001

    Immanuel Kant Los juicios sintéticos a priori Crítica de la razón pura 1. Explica el significado de los términos experiencia y causa en la teoría kantiana y/o en la teoría de Hume. (2 puntos) [Estrictamente, sólo nos piden una de las dos opciones, aunque, evidentemente, queda muchísimo mejor –y resulta más fácil- hacer las dos] La experiencia es para Hume, y la filosofía empirista en general, toda realidad exterior al sujeto y de dónde proviene igualmente todo su conocimiento (pues la mente, al nacer, es una tabula rasa), en forma de impresiones sensibles (que el sujeto elaborará mediante leyes de asociación de ideas). Kant coincide hasta cierto punto con él: la experiencia es la realidad externa al sujeto, y de donde procede toda la materia, todo el contenido de su conocimiento (pero ojo: no su forma), captado a través de las intuiciones sensibles, la herramienta de la sensibilidad. Una causa no es para Hume una realidad ontológica. Ni siquiera es una relación natural (si por natural se entiende la forma en que nuestro entendimiento construye las ideas); es una relación filosófica, obtenida de la percepción constante y sucesiva en el espacio y en el tiempo, de dos impresiones sensibles diferentes. Para Kant, por el contrario, la causa es algo real en el mundo fenoménico, en las intuiciones sensibles que recibimos determinadas en el espacio y en el tiempo. Pues en los conceptos y en los juicios que establecen algún tipo de causalidad, dichas intuiciones sensibles, de forma necesaria y a priori, aparecen encadenadas causalmente; de tal forma que sin causalidad (fenoménica) ni dichos conceptos podrían construirse, ni dichos juicios podrían realizarse. La causalidad es una condición que nuestro entendimiento determina de forma necesaria y a priori sobre los fenómenos para poder comprenderlos. Veámoslo con un ejemplo: si podemos decir “la luz se marchó porque el viento tiró los cables”, es porque los fenómenos con los que construimos los conceptos están internamente conectados por un concepto puro, a priori y trascendental, que es el concepto de causalidad. Todos estos términos, no obstante, se explicarán con más detalle en la pregunta 3. 2. Explica brevemente el contenido del texo, recogiendo las características de los distintos tipos de juicios que se mencionan y, en especial, de los juicios sintéticos a priori. (3 puntos) [Primer párrafo: distinción entre juicios analíticos y juicios sintéticos] Nos encontramos ante un texto de la que es, con total seguridad, la más importante de las obras de Kant: la Crítica de la razón pura. Esta obra intenta estudiar el uso teórico de la razón; en otras palabras: cómo conocemos los seres humanos y cuáles son los límites de dicho conocimiento. Y como el conocimiento se expresa mediante juicios (nosotros diríamos más bien “enunciados” o “proposiciones”), el primer paso que hay que dar es el de saber cuántos tipos de juicios existen. Kant, en las primeras líneas, siguiendo con ello distinciones ya clásicas, como las de Leibniz (verdades de hecho/verdades de razón) o Hume (cuestiones de hecho/relaciones de ideas), nos dice que existen dos tipos de juicios: juicios analíticos, en los que el predicado está incluido en el sujeto, y basta con analizar éste para obtenerlo (por lo que no aumentarían o extenderían mi conocimiento); y juicios sintéticos, en los que no basta con analizar el sujeto para obtener el predicado, y por lo tanto sí que extenderían mi conocimiento. El ejemplo que pone del primer tipo es “todos los cuerpos son extensos”; del segundo “todos los cuerpos son pesados”; en las próximas líneas volveremos sobre ellos y los comentaremos con más detalle. [Segundo párrafo: se afirma que todos los juicios de experiencia son sintéticos; y se explica comparando un juicio analítico (“todos los cuerpos son extensos”) con uno sintético (“todos los cuerpos son pesados”)] En el segundo párrafo del texto Kant va a indicarnos algunas de las características particulares de los tipos de juicios de los que acabamos de hablar. En concreto, le interesa destacar que todos los juicios de experiencia, sin excepción, son sintéticos (sin excepción añadimos nosotros, porque no dice que todos los sintéticos sean de experiencia, que es una cosa muy distinta, y se comentará igualmente líneas más abajo). Y para confirmar su hipótesis vuelve a los dos ejemplos anteriores. En un juicio analítico como el de “todos los cuerpos son extensos”, basta con analizar el concepto de “cuerpo” para obtener, inmediatamente, la “extensión”, como un predicado suyo. Basta, dice nuestro autor, con aplicar el principio de contradicción, puesto que sería absurdo y contradictorio afirmar que un cuerpo no posee extensión (este sería el criterio que impediría que el “alma” fuera corpórea). Hay otros de atributos que también se pueden obtener analíticamente de “cuerpo” siguiendo este principio de contradicción: impenetrabilidad o figura. Vayamos ahora al otro ejemplo: “todo cuerpo es pesado”. El peso, aunque aparece siempre unido a la corporeidad, figura o extensión, como un atributo suyo, no se obtiene analíticamente. En el concepto de cuerpo no se encuentra la “pesantez” (al igual que, siguiendo el famoso ejemplo de Leibniz, en el concepto de “Julio César” no se encuentra el “pasar el Rubicón”). Que la pesantez viene unida a todos los cuerpos es un conocimiento obtenido por experiencia y que aumenta nuestro conocimiento de lo que es un cuerpo. Hasta aquí, pues todo parece muy claro, y poco original con respecto a Leibniz o Hume. [Tercer párrafo (excepto las últimas cuatro líneas): se afirma que los juicios sintéticos a priori no pueden provenir de la experiencia; y se explica con el ejemplo del siguiente juicio “todo lo que sucede tiene una causa”] Pero en el tercer párrafo va más allá y nos menciona otro tipo de juicios (del que, por el contexto, se supone que ya nos dio información anteriormente). Se refiere a un tipo de juicios que por una parte aumentan nuestro conocimiento
  6. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2001

    Immanuel Kant Los juicios sintéticos a priori Crítica de la razón pura (son sintéticos o extensivos), pero por otra son absolutamente necesarios, y por lo tanto, no pueden provenir de la experiencia (pues el conocimiento que proviene de ella es siempre contingente): así que han de ser sintéticos y a la vez a priori. Este ya es un planteamiento kantiano original; original y problemático, podríamos añadir, porque muy pocos filósofos admitirán estos puntos de vista. Kant nos lo pretende demostrar mediante el siguiente ejemplo: “todo lo que sucede tiene una causa”. No es un proposición analítica, como podría ser (no la menciona explícitamente) “todo lo que sucede, sucede en el tiempo”, dado que la “temporalidad” sí que se obtiene, analíticamente, del “suceder”. La causalidad es algo muy distinto, aumenta nuestro conocimiento sobre lo que supone el “suceder algo”, pero además, le impone a lo que sucede una estricta necesidad (ya veremos en la pregunta 3 cómo y por qué; se tratará de un concepto puro del entendimiento): así que se tratará de un juicio sintético a priori. Podemos insistir: se trata de una afirmación muy cuestionable. [Últimas cuatro líneas del tercer párrafo: se trataría de la conclusión: el conocimiento a priori más valioso es el de los juicios sintéticos, no el de los analíticos] ¿Qué conclusión habrá de sacar nuestro autor de todo ello? Nos lo afirma con toda claridad en las últimas líneas. El conocimiento humano ha de buscar sus principios (“especulativos”) y su fundamento, en este tipo de juicios. O lo que es lo mismo, el conocimiento que ha de buscar la filosofía y la metafísica, habrá de ser de este tipo. A continuación, en la pregunta 3, veremos también como esto va a resultar imposible en lo que respecta a la metafísica, aunque no en lo que respecta a las matemáticas y la física. 3. Relaciona el contenido del texto con la filosofía kantiana señalando el papel que, en opinión del autor, juega lo a priori y los juicios sintéticos a priori en el conocimiento científico y en la filosofía. (3 puntos) Esta pregunta habría que explicar la epistemología kantiana, (0) comentando brevemente que intenta solucionar los problemas que deja pendiente el empirismo, así como los planteamientos de Hume; a continuación, se explica (1) brevemente el funcionamiento de la sensibilidad, y (2) con más detalle, el funcionamiento del entendimiento, (3) situando en él el problema de la causalidad así como su solución, como condición de la percepción de los fenómenos. En este momento (4) se explica por qué la física es una ciencia (y si se quiere, las matemáticas; esto último es menos importante) y se pasa a explicar (5) la dialéctica trascendental, y (6) por qué, de acuerdo con ello, la metafísica no puede ser una ciencia. Se podría (7) recapitular e insistir en que el verdadero conocimiento, ha de ser sintético y a priori, como se da en las matemáticas y en la física, pero no en la metafísica. 4. Haz un esquema, mapa conceptual o cuadro sinóptico en que quede reflejada la estructura del texto, destacando las relaciones entre los distintos tipos de juicios que se mencionan. (2 puntos) o son o son en los que en los que incluido no incluido ej. ej. ej. por tanto son por tanto son por tanto son como como juicios analíticos sintéticos predicado sujeto a priori predicado “todo cuerpo es pesado” sujeto “todo lo que sucede tiene una causa” a priori a posteriori fundamentos conocimiento especulativo “todos los cuerpos son extensos” juicios de experiencia
  7. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2004

    Immanuel Kant El giro copernicano Crítica de la razón pura 1. Explique brevemente el significado de las siguientes expresiones: “conocimiento a priori”, “metafísica”, “experiencia” y “conceptos a priori”. (2 puntos) El “conocimiento a priori ” resultaba un tema enormemente controvertido en la filosofía, y caballo de batalla entre el pensamiento racionalista y el empirista. En general, hace referencia a un conocimiento que no precisa de contenidos empíricos, o de los datos procedentes de la sensibilidad; un conocimiento previo a la experiencia o que se establece al margen de ella. Kant, como veremos más adelante, admitirá su existencia, pero de una manera muy especial, en cuanto que “trascendental”. Lo detallaremos en las dos siguientes preguntas. “Metafísica” es el viejo nombre que había dado Andrónico de Rodas, editor de la obras aristotélicas, a sus libros de “filosofía primera”; o lo que es lo mismo, los libros en los que estudiaba la naturaleza de la realidad trans-física, trans- empírica, o situada más allá de la experiencia sensible. Este término y esta disciplina se consolidaron históricamente; y en tiempos de Kant la polémica estaba servida entre quienes defendían la metafísica racionalista y los empiristas, que negaban su posibilidad. La “experiencia” es, estrictamente “lo exterior al sujeto” (aunque Locke pudiera hablar de “experiencia interna”). Está constituida por los datos sensibles, por los datos empíricos que captan nuestros sentidos y posteriormente elaborará nuestro entendimiento (“intuiciones sensibles”, las llama Kant). En principio, parece que, al menos, el contenido, la materia del conocimiento ha de provenir de la experiencia (aunque los racionalistas no estarán del todo de acuerdo con ello). Los “conceptos” serían los contenidos del entendimiento en los que se expresaría el conocimiento, ideas generales, o términos universales (“nombres comunes”). Un concepto a priori sería un concepto obtenido, elaborado o construido al margen de la experiencia. Un ejemplo de concepto a priori sería la idea de yo o de substancia en el pensamiento cartesiano (en realidad, Kant distingue entre conceptos empíricos y a priori; lo desarrollaremos en su momento). Más adelante veremos que Kant no negará su posibilidad, aunque afirmará que dichos conceptos a priori carecerán de contenido, y sólo determinarán la forma de relacionar los conceptos empíricos, por lo que serán igualmente, “trascendentales”. Desarrollaremos esta cuestión en la pregunta 2, y, más detalladamente, en la 3. 2. Desarrolla el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual o argumentativa. (3 puntos) [Primer párrafo, planteamiento general de la cuestión: crítica de la visión epistemológica clásica y propuesta de una nueva: son los objetos del conocimiento los que se adaptan a las condiciones del sujeto, y no al revés] Nos encontramos ante un clásico texto kantiano de la que probablemente sea la más importante de sus obras, la Crítica de la razón pura. Publicada en 1781, supuso un punto de inflexión en su filosofía. Brevemente: Kant, hasta entonces, se había manifestado, en términos generales, de acuerdo con los puntos de vista del racionalismo, y creía por tanto, en la posibilidad de obtener conocimientos metafísicos apriorísticos; más adelante, la lectura de Hume le despertó de su “sueño dogmático”. Con ello dio comienzo a lo que se llama su “etapa crítica”, en la que desarrolla las líneas fundamentales de su filosofía. Y aquí tenemos una de ellas, el eje sobre el que pivotará su pensamiento: hasta ahora, la filosofía (la epistemología, pero también la metafísica) había considerado que, en el conocer, el sujeto se adaptaba pasivamente a las condiciones determinadas por el objeto. Sin embargo, la experiencia histórica demostraba que ese planteamiento hacía imposible conocer algo que ampliara nuestro conocimiento (obtener juicios sintéticos, “extensivos”; lo explicaremos en la pregunta 3) y a la vez fuera a priori (y por lo tanto estrictamente universal y necesario; verdadero conocimiento indudable –también se explicará en la pregunta 3). Así que tanto la lógica como el sentido común indican que hay que dar la vuelta al planteamiento, e intentar demostrar que es el sujeto el que determinará las condiciones bajo las que el conocimiento es posible (especialmente el conocimiento sintético y a priori). Con ello, podremos, piensa Kant, dar una solución definitiva al viejo problema de la metafísica. Este punto de vista epistemológico kantiano se conoce con el nombre de “idealismo trascendental”; también se desarrollará, en su momento, en la pregunta 3. [Segundo párrafo, primera subdivisión: comparación de su punto de vista con el de Copérnico] Con una enorme confianza por su parte, Kant afirma a continuación que el idealismo trascendental, en filosofía, ha de colocarse al mismo nivel que el heliocentrismo en astronomía. El “giro copernicano” permitió, con suma facilidad, comprender unos movimientos astronómicos que hasta entonces se escapaban a toda norma. Lo único que hacía falta era tirar por tierra un prejuicio dogmático, en buena medida inconsciente. En el caso de Copérnico, el prejuicio heliocentrista: la Tierra está quieta, y es el punto central perceptivo, desde donde se toman en consideración todos los movimientos. En el caso de Kant, el prejuicio “objetivista”: el objeto, estática y pasivamente, determina por sí mismo las condiciones de su conocimiento. [Segundo párrafo, segunda subdivisión: aplicación de su idea a las intuiciones sensibles, o a la sensibilidad en general] Y a continuación, nos pasa a explicar lo que supone su punto de vista aplicándolo directamente a los mecanismos cognoscitivos de la razón humana. Se desarrollarán con más detalle en la pregunta 3, pero de mano, ya podemos especificar que son, por una parte, la sensibilidad (la obtención de datos de experiencia a partir de la intuición sensible) y el entendimiento (quien agrupa esos datos en conceptos y formula, con ellos, juicios o proposiciones). En primer lugar, nos habla de la sensibilidad: si nuestras intuiciones sensibles son capaces de determinar al objeto que
  8. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2004

    Immanuel Kant El giro copernicano Crítica de la razón pura aparece ante nuestros sentidos, podremos encontrar en ellas conocimientos (contenidos, más bien) a priori; pues en este caso los obtendríamos directamente en la forma de la intuición, y no en su contenido sensible (en su materia). En caso contrario (si el objeto determinara la intuición), sería imposible. Por cierto Kant todavía no habla del espacio y el tiempo como intuiciones puras a priori; lo haremos nosotros en la pregunta 3. [Segundo párrafo, tercera subdivisión: aplicación de su punto de vista a la formación de los conceptos, o al entendimiento en general] A continuación, Kant aplica su idea a la formación de conceptos por el entendimiento a partir de los datos de la intuición sensible (porque con las meras intuiciones, sin juicios, no hay verdadero conocimiento). Y ahí nos vuelve a repetir el razonamiento: a la hora de agrupar los datos sensibles, los fenómenos, en conceptos, esta agrupación puede venir determinada por la naturaleza de los objetos percibidos, o por el propio sujeto. En el primer caso, sería de nuevo imposible obtener conocimiento de dichos conceptos a priori. ¿Por qué? Muy sencillo: porque todos ellos dependen, a posteriori, de objetos de experiencia exteriores al sujeto. Pero si es la estructura (la forma) de nuestro entendimiento la que determina la manera en que dichos conceptos se forman, y cómo se han de encadenar en según qué tipo de juicios, ese conocimiento (trascendental) al menos, si lo podremos conocer a priori. Con esto terminan las explicaciones que nos proporciona Kant en este párrafo. Evidentemente, aquí también se da por supuesta mucha teoría de la Analítica trascendental, que explicaremos, al igual que el resto de lo que tenemos pendiente, en la pregunta 3. 3. Enmarque el contenido del texto en contexto de la teoría del conocimiento kantiana o señale sus conexiones con el pensamiento racionalista y empirista. (3 puntos) Pregunta muy sencilla: se cuenta la Estética Trascendental, la Analítica Trascendental y la Dialéctica trascendental. Si queremos, mientras lo vamos explicando, podemos indicar el punto intermedio que supone el idealismo trascendental entre empirismo (los contenidos los pone la experiencia) y el racionalismo (la forma la pone el sujeto). 4. Haga un esquema, mapa conceptual o cuadro sinóptico en el que quede reflejada la estructura conceptual y argumentativa del texto. (2 puntos) o bien o bien ajusta ajusta imposible posible supone en porque porque dependen dependen podemos conocer podemos conocer conocimiento sujeto objeto conceptos filosofía forma de juzgar del sujeto intuiciones sensibles giro copernicano forma de intuir del sujeto objeto sujeto conocimiento a priori conocimiento a priori esas formas a priori
  9. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2008

    Sobre Kant y Hume Causalidad y sucesión temporal Anthony Kenny, The rise of modern philosophy 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “nociones causales”, “experiencias” y “regularidad causal necesaria”, así como del par de expresiones contrastadas “sucesión de fenómenos meramente subjetiva”/“observación objetiva de un cambio”. (2 puntos) [La clave para definir con facilidad estos conceptos es hacerlo siempre contraponiendo Hume y Kant; la que por otra parte es la idea fundamental del texto] La expresión de “nociones causales ” en el contexto en el que aparece en este texto, hace referencia a la conexión entre fenómenos diferentes. La conexión entre dichos fenómenos puede ser exterior a ellos, tal y como defiende Hume, y en ese caso se trataría de una “relación filosófica” que los une en el entendimiento (por suceder uno de ellos temporalmente, con inmediatez al otro), contingente y empírica (a posteriori), y no una relación esencial, interna a ellos, u “ontológica”. En cambio Kant piensa que la propia existencia necesaria y a priori de “nociones causales” (la existencia de la causalidad) es la que posibilita la relación temporal entre dos fenómenos sucesivos en el tiempo. La causalidad, pues, posee existencia real y necesaria. “Experiencias” hace referencia a las distintas percepciones sensibles que aparecen en nuestra conciencia. Hume las denomina “impresiones”, y Kant, “intuiciones sensibles”. El problema de la causalidad, como acabamos de decir, se plantea en la relación entre esas distintas experiencias sucesivas; ahí se encontrarían los puntos de vista contrapuestos de Hume y Kant. Por eso, una “regularidad causal necesaria ” sería aquella en la que un fenómeno siempre aparecería en conexión directa a otro. Y ese “siempre” no se referiría a las veces que haya sido observada en el pasado dicha regularidad, porque entonces equivaldría a “siempre hasta ahora” (la posición de Hume), y por lo tanto sería una regularidad contingente. Ese “siempre” sería universal y necesario (la posición de Kant). Por eso, donde Hume vería una “sucesión de fenómenos meramente subjetiva ”, Kant, por el contrario, “observaría objetivamente un cambio ”, pues la percepción de los dos fenómenos no es independiente, al llevar el uno, necesariamente al otro (por ser la causalidad condición trascendental y a priori de que tal sucesión temporal pueda ser siquiera observada; esto se explicará con más detalle en la pregunta 3). 2. Desarrolle el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumentativa. (3 puntos) [Presentación del texto] Nos encontramos ante un texto contemporáneo en el que se analiza el pensamiento de Hume, y más concretamente sus ideas acerca de la causalidad, con la visión que de estos mismos asuntos tiene Kant. Como iremos viendo, el texto parece indicar que la noción humeana de la causalidad no es capaz de explicar ciertas cuestiones que la noción kantiana sí hace, y por lo tanto, parece insatisfactoria. (Ambas teorías serán explicadas con detalle y de forma sistemática en la pregunta 3). [Primer párrafo: tema general del texto; punto de vista del autor] El punto de partida, tal y como aparece en el texto, es que la explicación que da Hume de la causalidad se basa en la sucesión temporal de fenómenos diferentes (como ya ha sido explicado en la pregunta 1). Sin embargo, Kenny, el autor del texto, es un tanto parcial, pues la causalidad en el autor escocés involucra también la contigüidad espacio temporal y la conjunción constante, como más adelante veremos. Prosigamos, no obstante, con el texto: Kant está totalmente en contra de ese punto de vista, puesto que considera que la condición necesaria, a priori y trascendental (vid. pregunta 3) para poder percibir los distintos fenómenos temporalmente, es la propia causalidad. Dos puntos de vista, como vemos, totalmente opuestos: uno de ellos estrictamente empirista, y el otro idealista trascendental. [Segundo párrafo: se defiende el punto de vista de Kant tomando dos ejemplo, uno temporal y causal, y otro no temporal por no ser causal. Al final del párrafo, Kenny admite explícitamente el punto de vista kantiano] En el segundo párrafo nos explica que el motivo por el que Kant defiende este aparentemente curioso punto de vista (en una parte de su obra magna, la Crítica de la razón pura, llamada Analogías de la experiencia, que a su vez se encuentra dentro de la Analítica trascendental) es el siguiente: si uno realiza una serie de percepciones sobre algo que no mantenga relación causal, su orden nos es indiferente, y por tanto es perfectamente reversible. Pongamos el ejemplo de haber visto una casa: su tejado, su jardín, sus ventanas…; si nos pusiéramos a recordar nuestras percepciones (por no decir ni “impresiones” ni “intuiciones sensibles”), nos daría lo mismo el orden. Es muy probable, además, que no reproduzcan la secuencia estricta en que las hicimos (a lo mejor, percibimos a lo lejos antes el tejado, y en nuestro recuerdo empezamos por el jardín, o por su pórtico de entrada). Sin embargo, si hubiéramos visto un barco empujado por la corriente del río, las percepciones, y su recuerdo, habrían de ser estrictamente temporales; no podríamos recordarlas en otro orden. Si la causa de ese movimiento es la corriente (y lo es), entonces no es posible una percepción temporal de los fenómenos sin la causalidad. Parece evidente que nos sería imposible rebobinar, como en las famosas “moviolas”, el movimiento del barco hacia atrás. Así que parece que la secuencia temporal está vinculada necesariamente a la temporalidad, tal y como dice Kant. [Nuevos ejemplos con los que Kenny refuerza el punto de vista de Kant: los de causas que son simultáneas a sus efectos] Kenny comienza el tercer párrafo dándole la razón a Kant, y añadiendo otro argumento que también parece tirar por tierra los argumentos de Hume. Se refieren a aquellos casos en los que la causa y el efecto son simultáneos; y
  10. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2008

    Sobre Kant y Hume Causalidad y sucesión temporal Anthony Kenny, The rise of modern philosophy nos pone como ejemplos el de una pisada y su huella (la pisada es causa de la huella, pero ambas suceden a la vez) o la huella que deja una bola pesada sobre un cojín (igual que en el caso anterior: la bola causa la depresión). Con el criterio de Hume, nos sería imposible establecer cuál es la causa, y cuál el efecto, dada esa misma simultaneidad. [Breve comentario y valoración final] Personalmente, opino que este argumento tiene mayor fuerza que el anterior. No obstante, sigue estando en pie la objeción que realizamos al principio: se analiza el concepto de causalidad del pensador escocés de forma un tanto parcial. No obstante, desarrollaremos esta cuestión de la causalidad, con todo su fundamento teórico, en la pregunta siguiente. 3. Enmarque el contenido del pasaje en el contexto del análisis de la causalidad de Hume, de su crítica en Kant y de la noción kantiana de causa/efecto como categoría (concepto puro del entendimiento). (3 puntos) En primer lugar (1) se cuenta la teoría humeana de la causalidad, (2) relacionándola con sus leyes de asociación de ideas y (3) con su ontología estrictamente nominalista. A continuación (4) se explica de forma genérica en lo que consiste el idealismo trascendental, aplicándolo a la sensibilidad, y luego (5) al entendimiento, explicando en qué consisten las categorías. En ese momento (6) se explica en qué consiste para él la causalidad, como concepto puro del entendimiento, o categoría trascendental y a priori, y por tanto necesaria. Si hubiera tiempo, se podría incluso (7) comentar que la interpretación de la ciencia moderna y el problema de la inducción siguen la orientación de Hume más bien que la de Kant. 4. Mediante un esquema, diagrama, mapa conceptual, u otra fórmula alternativa, ponga de manifiesto la estructura conceptual y argumentativa del texto. (2 puntos) afirma pero afirma basada basada ej. son en cambio es porque porque sin no hay no explica ej. ej. Hume causalidad sucesión temporal Kant causalidad la huella y el pie distinción temporal percepción objetiva de un barco bajando un río sucesión temporal percepciones subjetivas de una casa irreversible en el tiempo causalidad la temporalidad reversibles en el tiempo causas y efectos simultáneos el hueco del cojín y la bola