Karl Popper El falibilismo y la duda socrática frente a la duda metódica cartesiana Conjeturas y refutaciones Este examen parece difícil porque se menciona a muchos nombres que apenas conocemos; precisamente por eso conviene hacerlo. Además, las preguntas son relativamente sencilla, y se pueden desarrollar con cierta facilidad, dado el contexto y/o dado cierto conocimiento general de los conceptos filosóficos. 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “verdad objetiva”, “duda cartesiana” “ideas claras y distintas” y “mayéutico”. (2 puntos) “Verdad objetiva ” es el concepto habitual de verdad. La verdad es, en principio, una propiedad del lenguaje, así que el lenguaje alcanza la verdad objetiva cuando es capaz de referir el objeto, el suceso o la cosa a la que designa con exactitud. Con otras palabras, cuando es capaz de decir “de lo que es, que es”, estableciendo una referencia objetiva entre lenguaje y realidad. Frente a ella, una “verdad subjetiva” (y relativa: no una auténtica verdad) sería lo que cualquier sujeto considerara verdadero porque así se lo pareciera a él, sin referirlo a ningún elemento o criterio objetivo. La “duda cartesiana ” es un ejemplo de búsqueda de esa verdad objetiva. En las dos siguientes preguntas se explicará con más detalle, pero de momento aclaremos que Descartes pretendió dudar de forma metódica y sistemática de todo enunciado que pudiera albergar la más mínima posibilidad de no ser verdadero, hasta llegar a una afirmación absolutamente indudable, y que por tanto tuviera garantizado su carácter de verdad objetiva. Las “ideas claras y distintas ” son precisamente las que le proporcionan a Descartes el criterio de verdad. Aquello que se presenta a mi mente, de forma directa e intuitiva, e iluminado por la luz de la razón natural como algo claro (evidente) y distinto (diferenciado, aislado de otra posible intuición), ha de ser verdadero. Por ejemplo, que “si pienso, entonces existo”. También las considera innatas, pero esto se explicará más adelante. La “mayéutica” es el proceso por el que el filósofo griego Sócrates (y Platón más adelante) ayudaba a sus interlocutores a sacar a la luz sus conocimientos del interior de ellos mismos, mediante las adecuadas preguntas y planteando críticas a las posturas planteadas. Por cierto: el primer conocimiento que debía surgir del interior de uno era la constatación de la propia ignorancia (la “ironía”). En realidad, la “mayéutica” era el arte de la comadrona; pero en este caso lo que debe nacer no es un bebé, sino el conocimiento. Se puede aplicar, y así se hace en el texto, a toda técnica filosófica que pretenda fundamentar de modo crítico el saber. 2. Explique el contenido del texto, destacando el contraste que Popper traza entre los dos tipos de duda: la socrática y la cartesiana. (3 puntos) [Presentación del texto; presentación del autor y de su pensamiento] Nos encontramos ante un texto de uno de los filósofos más importantes del siglo XX, recientemente fallecido. Se trata de un fragmento de su más importante libro sobre cuestiones epistemológicas, Conjeturas y refutaciones (otro de ellos, La sociedad abierta y sus enemigos tiene un carácter político). En este libro la idea fundamental es de carácter “falsacionista”: el conocimiento humano es tentativo, progresa mediante el ensayo y la asunción crítica del error; el ejemplo más puro de esta racionalidad humana nos la da el método científico. Sin embargo, el hecho de que nuestro conocimiento sea falible y continuamente sometido a revisión no implica el escepticismo radical, pues hay una verdad objetiva como referencia hacia la que nuestro conocimiento tiende. Veremos a continuación como Popper inserta sus ideas en toda la tradición filosófica anterior. [Primer párrafo –plantea la pregunta; segundo párrafo –la responde] En el primer párrafo, Popper nos plantea la cuestión clave que tratará el texto, así como la que va a ser su respuesta. ¿Cómo podemos salir de esta aparente contradicción: “nuestro conocimiento es falible –al fin y al cabo somos humanos-, pero no por ello es caprichoso ni arbitrario”? La respuesta es muy sencilla: porque frente a nuestro conocimiento, como un límite que queremos alcanzar, se encuentra la idea de la verdad objetiva. Podemos equivocarnos, pero si revisamos, analizamos y hacemos autocrítica de nuestro pensamiento, nos iremos acercando cada vez más a ella. Revisar los fundamentos del propio conocimiento humano es, pues, una exigencia de la razón. [Tercer y cuarto párrafos –de éste solo hasta que empieza a explicar el tipo de duda cartesiana. En este párrafo se habla de varios autores que deben sonar –Erasmo, Lutero, Bacon, Sócrates- y otro que algo menos – Montaigne, otro escéptico del Renacimiento, del tipo de Erasmo-. No importa, se habla de los que se conoce; de los otros, por el contexto, deducimos sus opiniones: que hay dos corrientes de pensamiento, una escéptica, y otra que cree que se puede alcanzar la verdad . Además, la pregunta, en realidad, sólo nos pide comparar a Descartes y Sócrates.] A continuación, Popper nos cuenta que existen, por así decirlo, dos tradiciones filosóficas. Una de ellas, representada por personajes como el propio Sócrates entre los griegos, o Erasmo de Rotterdam y Michel de Montaigne en el Renacimiento, que son fundamentalmente críticos y escépticos y que consideran un deber de tipo antropológico establecer la más absoluta desconfianza ante las pretensiones de saber humano. La verdadera humanidad es falible, y por lo tanto eso debe servir para amparar la tolerancia (en Erasmo y Montaigne). Frente a ellos, Francis Bacon (a través de los métodos inductivos de la ciencia), Lutero (por la iluminación que procede de la gracia divina) o Descartes (a través de la certeza conseguida a partir de la duda metódica), adquieren una nueva confianza en la capacidad humana para alcanzar la verdad, una verdad que se manifieste ante ellos con total seguridad y confianza. Representan, por tanto un espíritu filosófico diferente [Segunda mitad del cuarto párrafo; quinto párrafo. A continuación compara los dos puntos de vista tomando como arquetipos de cada uno de ellos a Sócrates –escepticismo- y Descartes –confianza en la razón-.]