Cuadernos de la Asociación Española de Fundaciones MARZO 2007
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COLABORACIONES
ta por las personas, confianza y sinceridad.
Cada vez más estamos viendo ofertas de
trabajo en prensa que demandan profesio-
nales con ganas de aprender, coherentes,
comprometidos, autónomos. Algunas
ofertas van más allá y se limitan a anunciar
la empresa y sus valores para que sea el
candidato el que haga la elección. Selec-
ción por valores.
Pero, ¿qué son los valores? El valor
es el resultado de un proceso preferencial,
de elección o como dice González-Anleo
“los valores nacen del conflicto y del
compromiso". Para Rokeach, los valores
consisten en “metas que orientan nuestras
voluntades y motivaciones”. Muy cerca-
no a este concepto se encuentra el de
competencias profesionales, entendidas
como actitudes que sumadas a nuestras
capacidades y habilidades tienen como
resultado un desempeño excelente del
trabajo. La gestión por competencias na-
ce en el mundo empresarial a partir de los
años 60 y algunos estudios señalan que
hoy la utilizan al menos dos terceras par-
tes de las empresas, ya sea implantada o
en proceso. Es una herramienta potente y
comúnmente aceptada como positiva e
incluso diferenciadora, competitiva. Pero
es cierto también que avanzando hacia
los valores estamos dando un paso más,
un nivel más alto en la implicación y mo-
tivación de las personas.
Profundizando en el tema de compe-
tencias y valores, para Rokeach, los valo-
res son creencias de las personas sobre có-
mo se deben o no se deben comportar, y
por tanto, son ideales o abstractos, inde-
pendientes de cualquier situación concre-
ta de actitud. En otras palabras, para este
autor el valor es algo más básico que la
actitud, en la mayoría de los casos aquello
que la sustenta, lo que sirve de apoyo. Da-
do este carácter al valor, para autores co-
mo Hollander son los valores los que han
de ser considerados como el núcleo mis-
mo de un sistema de actitudes. Por ello
manifiesta que “cabe afirmar que los va-
lores constituyen el componente nuclear
de una constelación actitudinal que orien-
ta la conducta, a largo plazo, hacia ciertas
metas con preferencia a otras. Puede de-
cirse, pues, que desde un punto de vista
motivacional los valores son más centra-
les”. Muchas organizaciones han incorpo-
rado a sus modelos de competencias los
valores que se espera fortalecer en el des-
empeño laboral y que en cierta forma, son
un sello distintivo de dicha organización.
Vemos pues que la línea que separa
las competencias de los valores es –no
tanto teóricamente como en la realidad de
cada individuo– muy fina. Si hablamos de
flexibilidad frente al cambio, coherencia,
austeridad, capacidad autocrítica, com-
promiso, responsabilidad, capacidad de
aprendizaje, transparencia, honestidad,
respeto por el equipo de trabajo… ¿Son
competencias o valores? En cualquier ca-
so, sí parecen atractivas o tentadoras acti-
tudes u opciones que pueden llevar a una
organización que pretenda y atraiga este
tipo de personas a obtener un liderazgo
determinante, un liderazgo de valores.
Esto nos lleva de vuelta al tema prin-
cipal. Parece que hemos encontrado una
especificidad de nuestro sector. Y no es
porque el sector privado o el público se
vean ajenos a la existencia de valores;
también en estos sectores existen y están
en aplicación. La propuesta es que seamos
pioneros en el desarrollo de nuevos mo-
delos de gestión de personas que pueden
responder mejor en un ámbito no lucrati-
vo y que desde esta práctica asumamos la
responsabilidad del ejemplo para otras or-
ganizaciones que, en el fondo, se asientan
sobre la misma base que las nuestras, las
personas. ■
Carlos Cortés. Director de recursos humanos
Fundación Ayuda en Acción.
La propuesta es que
seamos pioneros en el
desarrollo de nuevos
modelos de gestión de
personas que puedan
responder mejor en un
ámbito no lucrativo y
que desde esta práctica
asumamos la
responsabilidad del
ejemplo para otras
organizaciones que, en
el fondo, se asientan
sobre la misma base
que las nuestras, las
personas.