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¿Qué significa creer en el Espíritu Santo?

¿Qué significa creer en el Espíritu Santo?

Marco Salas

May 09, 2020
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  1. ¿Qué significa creer en el Espíritu Santo? Confiamos en el

    espíritu «de Dios». Ya dijimos que la santidad es el mejor atributo que encontró la Biblia para designar la grandeza de Dios: la grandeza del amor y de la bondad. SANTO. si nos falta el Espíritu, no hay vida con Dios: no podemos creer. Y sin embargo, cuando creemos, la discreción divina del Espíritu nos impide percibir que es gracias a él como creemos. Como cuando respiramos. DADOR DE VIDA.
  2. La presencia de Dios-con-nosotros es tan discreta como respirar aire.

    ¿Estamos dispuestos a repensar la presencia de Dios? ¿Estamos dispuestos a repensar el silencio como presencia? ¿Estamos dispuestos a repensar la evangelización desde esta presencia silenciosa y nada invasiva?
  3. El estilo de Jesús Jesús les dice: —Mi sustento es

    hacer la voluntad del que me envió y concluir su obra. (Jn 4, 34-34) JESÚS SE ALIMENTA Y SUSTENTA SU VIDA EN LA VOLUNTAD DEL PADRE: Jesús tomó la palabra y les dijo: —Os lo aseguro: El Hijo no hace nada por su cuenta si no se lo ve hacer al Padre. Lo que aquél hace lo hace igualmente el Hijo. (Jn 5, 19) JESÚS HACE LO QUE VE HACER AL PADRE:
  4. Y esto nos permitirá hablar del Espíritu como del «estilo

    de Jesús», o la huella de Dios que se refleja en ese estilo de Jesús. Proclamamos entonces que ese estilo de Jesús es, para nosotros
  5. Por eso Jesús le dice a sus discípulos: El Valedor,

    el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que [yo] os dije. (Jn 14, 26)
  6. El Espíritu nos recuerda la verdad de Jesús y nos

    completa esa verdad. Ello convierte nuestro seguimiento y nuestra fidelidad a Jesús en unas formas de vida que no son literales ni miméticas, porque, aunque estén referidas a un pasado, no buscan simplemente qué es lo que Jesús hizo entonces, sino qué es lo que Jesús haría hoy. Así pudo decir Pablo que la letra mata y el espíritu vivifica. SEGÚN EL CUARTO EVANGELIO
  7. el Espíritu hace presente a Dios a través de la

    vida y el estilo de Jesús. Si aún queremos concretar más esa vida y ese estilo, podríamos hablar de libertad y comunidad: Pablo escribe que «donde está el Espíritu de Dios, allí está la libertad» (2 Cor 3,17) PRIMERA CONCLUSIÓN:
  8. Al terminar la súplica, tembló el lugar donde estaban congregados,

    se llenaron de Espíritu Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza. (V. 31) Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. ¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios. ¡No nos dejemos robar el Evangelio! (97)
  9. Al terminar la súplica, tembló el lugar donde estaban congregados,

    se llenaron de Espíritu Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza. (V. 31) El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo[93]. Él es quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía que atrae. (117)
  10. Al terminar la súplica, tembló el lugar donde estaban congregados,

    se llenaron de Espíritu Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza. (V. 31) El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia. No son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie; más bien son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador. (130)
  11. Al terminar la súplica, tembló el lugar donde estaban congregados,

    se llenaron de Espíritu Santo y anunciaban el mensaje de Dios con franqueza. (V. 31) Las distintas líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia, ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio. (40)
  12. compara al Espíritu con el alma que da perfecta unidad

    a las mil diversidades de un cuerpo, las cuales, sin esa alma, se desintegran cadavéricamente. Lo personal y lo comunitario potenciados hasta el máximo. Por el Espíritu Santo estas dos dimensiones no son contrapuestas, sino que crecen en proporción directa y no inversa: máxima vida personal implica máximo estilo comunitario. POR ESO PABLO
  13. Por eso podemos añadir que, cuanto más ungida por el

    Espíritu esté la comunidad creyente, tanta menos autoridad será necesaria. Y cuanto más poseída por el Espíritu esté la autoridad eclesiástica (en lugar de creerse poseedora del Espíritu), tanto más dialogante, más integradora y menos impositiva será. Porque, como escribió Josep Vives a este respecto, «solo se crea a partir de la tensión; pero no la tensión que acaba en ruptura o en la anulación de uno de los polos, sino en la que acaba asumiendo todo lo que hay de bueno y verdadero en cada uno de los polos de esta tensión» SEGUNDA CONCLUSIÓN:
  14. Y tampoco sabemos nada acerca de la confirmación como sacramento

    distinto del bautismo, puesto que los textos que se suelen aducir en ese sentido (Hech 8, 4-20; 19,1-7; Heb 6,1-6) no demuestran nada seguro al respecto: en el nuevo testamento, lo que especifica al bautismo cristiano es la donación del Espíritu (Hech 1, 5; M t 3, 11; Me 1, 8; Le 3, 16) y, por otra parte, en el libro de los Hechos, tal donación no está necesariamente vinculada al gesto de la imposición de manos, ya que hay casos en los que el Espíritu desciende incluso antes del mismo bautismo, como ocurre en casa de Cornelio (Hech 10, 44 s; 11, 15-16); además, hay autores que piensan que la intención de Lucas en el libro de los Hechos no es dem ostrar que el Espíritu es otorgado mediante un rito sacramental, sino que concretamente en 8, 4-20 se refiere al problema de la unidad de la iglesia, es decir los apóstoles van integrando en la comunión con la iglesia m adre de Jerusalén a los grupos nuevos de creyentes que van surgiendo. José María Castillo. ¿QUE MÁS NOS QUIERE EXPRESAR LUCAS EN SU OBRA?
  15. el culto de las comunidades primitivas no estaba configurado o

    determinado por unos rituales concretos, por unas ceremonias fijas y por una legislación exacta en ese sentido. Lo que esencialmente configura el culto de la iglesia antigua es la presencia y la acción del Espíritu. A eso aluden expresamente los textos del nuevo testamento que establecen una relación directa entre el bautismo cristiano y la donación del Espíritu al creyente y a la comunidad cristiana (M t 3,11; M e 1,8; Le 3,16; Jn 1, 33; Hech 1,5; 1 Cor 12,13). Es el culto que se celebra por la virtud de los dones y carismas que el Espíritu distribuye en la comunidad (1 Cor 12,4-6). Y es el Espíritu el que capacita a sus ministros «para el servicio de una alianza nueva, no de código, sino de Espíritu; porque el código da muerte, mientras el Espíritu da vida» (2 Cor 3, 6). A hora bien, donde hay Espíritu del Señor, hay libertad (2 Cor 3,17). Y es a partir de este Espíritu y de esta libertad, que no se deja encadenar a ritos ni fórmulas, desde donde se debe entender la manera concreta de celebrar cristianamente los sacramentos de la iglesia. José María Castillo ¿QUE MÁS NOS QUIERE EXPRESAR LUCAS EN SU OBRA?
  16. Siento a mi alrededor que todo se apaga,que ya nada

    brilla con su luz natural,que la vida no despierta el interés de antaño,que el amor ya no vale, no dura, no enamora,que los deseos sublimes sucumben a la publicidad.Siento que de lo importante ya no saltan chispas,que la ternura se nos marcha de las manos,que el ayudar y servir ya no nos hacen soñar,que las promesas son cenizas esparcidas al viento,que los amaneceres se encuentran deshabitados.¿Podrá encenderse este mundo de nuevoen la pasión por la vida, en un amor infinito?¿Podrán las palabras, los gestos, los acuerdosrecuperar la determinación y el peso perdido?¿Dónde encontrar el fuego que todo lo aviva?Todo lo gastado solo renace en el corazón.Allí puso Dios su Espíritu creador, su fragua. ¡Fuego naciente que a todo das vida e impulso,recrea nuestra esperanza, ábrenos a la proximidad,que todo lo apagado encuentre en ti su luz perdida! (Seve Lázaro, SJ) OREMOS: