David Hume Impresiones, ideas y el “principio de la copia” Compendio del Tratado 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “ideas innatas”, “substancia” y “esencia”. (2 puntos) “Ideas innatas ” son ideas que la mente posee por sí misma al nacer, sin haber recibido datos empíricos del exterior. Se trata de un punto de vista racionalista que el autor de texto no compartirá. En cualquier caso, el concepto moderno de “idea” supone asumir el realismo indirecto, en el sentido de que los seres humanos no conocemos las cosas, sino ideas de las cosas. “Substancia” es otro concepto característico del pensamiento racionalista, aunque tenga un origen y una larga historia aristotélica. La substancia vendría a ser “la cosa en sí misma”, o la “realidad en sí misma”, al margen de cómo es pensada o percibida; o también: lo que permanece en las cosas, al margen de sus modificaciones aparente, porque les hace ser lo que realmente son. En este último sentido, sería algo así como la “esencia” de las cosas. Lo característico de la “sustancia” o la “esencia”, de todos modos, es que se trata de entidades metafísicas, no accesibles directamente al conocimiento empírico. Veremos a continuación que todos estos conceptos serán criticados y desmontados por los puntos de vista empiristas que defenderá nuestro autor, David Hume, en este texto. 2. Desarrolle el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumentativa. (3 puntos) [Presentación del texto] Nos encontramos ante un texto de la obra más importante de Hume, pese a ser escrita muy tempranamente, como es el Tratado de la naturaleza humana. El propósito de esta obra es (entre otras cosas) el de descomponer el entendimiento (término, por aquel entonces, sinónimo de razón) humano en todos sus elementos (una especie de atomismo del pensamiento, siguiendo a Newton, pero de carácter psicologista), y descubrir las leyes que los relaciona entre sí. Una vez realizado este propósito, será fácil diseccionar el conocimiento humano y ver cuáles son sus límites y hasta dónde llegan sus posibilidades. [Primera parte] El texto comienza, en el primer párrafo, clasificando los elementos que se encuentran presentes en el entendimiento humano (las “percepciones”; recordemos que desde la filosofía moderna, como dijimos antes, se sabe que no se accede directamente a las cosas sino a los contenidos de la conciencia). Pues bien, son de dos tipos: “impresiones” e “ideas”. Las impresiones son las percepciones directamente recibidas de el exterior, y las ideas es la reflexión, el recuerdo o el análisis que realiza la mente sobre esas impresiones. Por eso, dice Hume, las impresiones son mucho más vívidas, más claras y fuertes, mientras que las ideas son más débiles e imprecisas. [Segunda parte] En el segundo párrafo, se expresa la tesis fundamental del empirismo: todo conocimiento procede de la experiencia, sean impresiones, o sean ideas, puesto que las ideas provienen de las impresiones. La mente es una “tabula rasa”, antes de haber recibido datos empíricos del exterior. O con otra expresión latina, “nihil est in intelectu quod prius non fuerit in sensu”.Por lo tanto, no pueden existir las pretendidas ideas innatas racionalistas de las que hablamos en la pregunta 1. Y cita a Locke, porque este autor, el primero de los empiristas y anterior a Hume, en su obra Ensayo sobre el entendimiento humano, ya había sostenido que si hubiera ideas innatas, todo el mundo sin excepción, niños y disminuidos incluidos, deberían poseerlas. (Dicho sea de paso, el empirismo de Locke no es del todo consecuente, porque admite la posibilidad de obtener ideas por sensación interna o reflexión). [Tercera parte, donde podríamos realizar una primera subdivisión, hasta el sexto renglón del tercer párrafo, donde dice “su naturaleza y composición”] Una vez realizada esta clasificación, Hume continúa con su análisis, e intenta extraer consecuencias filosóficas directas (estamos ya en el tercer párrafo), que permitan ordenar un conocimiento, el filosófico, a menudo tan oscuro e impreciso. Veamos: las impresiones son claras y evidentes y no admiten dudas (¡qué ironía; es, casi, el criterio que Descartes establecía para las ideas innatas e indudables!); pero el problema se plantea en las ideas. Algunas son razonablemente claras y simples, y se puede rastrear la relación que mantienen con la impresión o impresiones de las que son copias. Pero algunas son enormemente oscuras, y difícilmente podríamos afirmar que provienen de alguna impresión concreta. Se trata, aunque no lo cite explícitamente, del llamado “principio de copia”. [Tercera parte, segunda subdivisión, el resto del fragmento, desde “de acuerdo con ello”] En este momento nos plantea su famoso criterio filosófico (la segunda mitad del tercer párrafo): ante la duda sobre el carácter de cualquier idea, hay que preguntarse necesariamente por la impresión de la que se deriva. Y este criterio se convierte en un criterio de significación: si no podemos encontrar la impresión, la idea carece de significado, y en última instancia, de realidad. Y eso es lo que sucede con buena parte de las ideas filosóficas clásicas, especialmente con las que defiende el racionalismo (sustancia, esencia) y que ya han sido explicadas en la pregunta 1. [Breve comentario; se basa en buena medida en el último apartado de los apuntes, donde explicábamos la influencia histórica que había tenido la filosofía de Hume] Como podemos apreciar, el pensamiento empirista, y el pensamiento de Hume en particular, es un punto de inflexión ante lo que se consideraba el fundamento del pensamiento filosófico, como era la metafísica. Introduce una visión crítica, escéptica y analítica, que habría de proporcionar frutos muy variados en el futuro, desde el pensamiento de Kant, hasta la filosofía analítica del lenguaje y la filosofía de la ciencia. Es por eso que el empirismo es una corriente filosófica que hoy en día sigue siendo fundamental.