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CORRECCIONES PAU DAVID HUME

CORRECCIONES PAU DAVID HUME

Correcciones de algunos exámenes PAU correspondientes al filósofo DAVID HUME en el distrito universitario de Asturias

Juan Ramón Tuñil

March 04, 2012
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  1. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 1998

    David Hume Principios de asociación de ideas Tratado de la naturaleza humana [Este examen es más difícil que aquellos a los que nos enfrentamos habitualmente. De hecho, es un examen del antiguo COU. No obstante, es interesante hacerlo, porque permite repasar muy bien buena parte de las ideas empiristas y algunas de las racionalistas, y nos enseña a relacionarlas entre sí]. 1. Haz un resumen del texto de Hume, identifica el problema central al que se refiere y la posición filosófica que sostiene. (2´5 puntos) Este texto, que proviene de la obra más importante del filósofo del siglo XVIII David Hume, el Tratado de la naturaleza humana, trata uno de los temas fundamentales de su pensamiento. En concreto, el problema central al que hace referencia es el siguiente: las ideas (que son copia de las impresiones) son agrupadas por la mente de acuerdo con tres leyes psicológicas generales, a saber: la contigüidad (en el tiempo y en el espacio), la semejanza o parecido entre ellas, y su conexión constante (que, hasta el momento, una haya aparecido constantemente al lado de la otra; no diremos “unidas”, y ya se verá por qué). Hume admite que esos principios o leyes de asociación no sean especialmente precisos y constantes, pero sí son reales y efectivos. En el segundo párrafo obtiene la que es su conclusión filosófica más importante: la causalidad, que aparentemente nos lleva con necesidad absoluta de una idea a otra ideas (idea de fuego-causa, por ejemplo, lleva “necesariamente” a la idea de humo-efecto), no es un propiedad de las cosas mismas. De los sucesos, recibimos impresiones por separado, y de acuerdo con las leyes de asociación de ideas, agrupamos “causalmente” en nuestra mente, aquellos sucesos que tienen lugar pegados el uno al otro, seguidos en el tiempo, y habitualmente conjuntados. Así pues, la causalidad es una relación “filosófica”, que nos permite comparar, o poner en relación ciertas ideas. Pero esta relación no es en manera alguna necesaria ni está en la naturaleza de las cosas. Pongamos un ejemplo, tomado de una metáfora de un cantante pop: “quiero mirar tus ojos del color de la coca-cola”. No hay ninguna conexión necesaria entre los ojos humanos y la bebida. La relación que se establece entre esos dos elementos es fruto de una operación del entendimiento; es una relación filosófica, no natural (al igual que la causalidad). Las únicas relaciones naturales (son naturales porque son el comportamiento psicológico natural del entendimiento humano), son las leyes de asociación de ideas. Sólo podemos entender la causalidad como una relación natural si la fundamentamos en esas tres leyes. En pocas palabras: la “naturalidad” de la causalidad descansa en el entendimiento o razón humana, pero no en las relaciones internas de las cosas mismas. (Una aclaración: siempre que nos referimos a la causalidad, en el contexto de este comentario, nos referimos a la causalidad “eficiente”, tal y como se entendió en la filosofía y la ciencia de la Edad Moderna). 2. Hume distingue entre “impresiones” e “ideas” y establece “tres principios generales de asociación”. Explica estos tres términos en el contexto de la polémica entre el racionalismo y el empirismo. (2´5 puntos) Como dijimos anteriormente, el ser humano sólo recibe impresiones sensibles del exterior, que se convierten en copias cuando su presencia es más débil y el entendimiento ha de trabajar con su recuerdo. Como también dijimos, esas ideas son conectadas de forma natural por el entendimiento (y vamos a precisar ahora que en aquel siglo “entendimiento” era un término sinónimo de lo que nosotros denominaríamos “razón”), y al reflexionar sobre ellas, la razón puede establecer una serie más compleja de relaciones filosóficas (Hume habla de siete tipos generales, pero no merece la pena extenderse aquí sobre ellos). Mediante esas relaciones elaboramos juicios (que son, efectivamente, siempre conexiones de ideas: “algunos mamíferos son ovíparos”), juicios que constituyen el conocimiento. Pero desde el punto de vista ontológico, y esto es muy importante, lo único que existe son impresiones aisladas, sin conexiones esenciales ni substanciales internas. En otras palabras: Hume defiende un nominalismo estricto y consecuente con su teoría epistemológica. Toda esta teoría tira por tierra las pretensiones del racionalismo; a continuación explicaremos por qué. El racionalismo defiende una tesis fundamental opuesta al empirismo: las ideas (la parte más importante de ellas), no provienen de la experiencia, sino que se poseen de forma innata. Esas verdades innatas no son contingentes, sino necesarias, y por lo tanto, no cabe dudar de su verdad (como si cabía dudar, y así se hizo durante mucho tiempo de que hubiera mamíferos ovíparos, como el ornitorrinco). Una de estas verdades necesarias innatas es el principio de razón suficiente, que establece que “nada sucede sin causa”, y que a cada suceso “le corresponde una causa”. Este punto de vista también tiene su fundamento ontológico. Para Descarte, el racionalista más importante, todo el mundo objetivo es una serie de substancias del mismo tipo (“res extensa”), porque poseen el mismo atributo esencial de la extensión; y los distintos sucesos del mundo sensible, son “modos” (es decir, modificaciones o afecciones concretas de esa substancia). Por lo tanto, todos los fenómenos están internamente encadenados por relaciones substanciales y esenciales. De ahí que la causalidad, para los racionalistas, esté en las cosas mismas, y no en nuestro entendimiento. Como podemos apreciar, dos puntos de vista totalmente opuestos. 3. Hume se refiere al principio de causalidad como relación a un tiempo “filosófica” y “natural”. ¿En qué consiste su famosa crítica a este principio, qué importancia tiene dentro de las doctrinas del autor, y qué papel ha jugado en el pasado y juega hoy en el papel de fundamentar la ciencia empírica? [Fijémonos en que no se pregunta por la diferencia entre una relación “filosófica” y otra “natural”, aunque aparezca al principio de la pregunta; nosotros, de hecho, ya la hemos explicado en la pregunta anterior].
  2. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 1998

    David Hume Principios de asociación de ideas Tratado de la naturaleza humana A continuación, vamos a desarrollar con un poco más de detalle, la famosa crítica de Hume a la noción clásica de la causalidad, la de que existe una conexión necesaria entre la causa y el efecto, o que el efecto de alguna manera está configurado en la causa (dentro de la que se puede situar el racionalismo). [Aquí se cuenta toda la teoría, aunque quedaría mejor explicarlo usando el clásico ejemplo de las bolas de billar] El principio de causalidad siempre fue la base de la ciencia empírica por un motivo muy sencillo: si la causa se deduce necesariamente del efecto, entonces podemos encontrar leyes universales que expresen esa relación, y mediante ellas realizar predicciones para el futuro (y con ellas desarrollar tecnologías). Este punto de vista supone considerar que la naturaleza es (y por lo tanto habrá de ser) regular en su comportamiento. Este sería el punto de vista, por ejemplo, de Galileo. Desde el empirismo en adelante, sabemos que las cosas no son tan sencillas, y que el último fundamento lógico (y no epistemológico) del problema de la causalidad es el siguiente: que el conocimiento que se expresa en leyes causales, generales y sin excepción, tiene un origen inductivo y no deductivo (el famoso “problema de la inducción”). Por eso, la ciencia moderna, siguiendo a Hume, considera en la práctica el conocimiento inductivo lo bastante fiable como para justificar nuestra confianza en el (se trata, en realidad, de la “belief” humeana), siempre y cuando esos apoyos inductivos sean sólidos y se encuentren bien contrastados, o se sustituyan por criterios falsacionistas. Pero todo esto sería muy largo de explicar aquí. 4. ¿Te parece convincente la posición de Hume en este texto? Haz un esquema de su argumento y trata de descubrir los supuestos en los que se apoya. (2 puntos) [Esta pregunta es de pura opinión; si eres empirista y nominalista, se dará más peso a los argumentos de Hume, y si no, a los de los racionalistas, apelando por ejemplo, a la necesidad de que el conocimiento humano tenga bases sólidas, y que el efecto de alguna manera está incluido en la causa como parte de su esencia…; razonamientos de ese estilo] El esquema del argumento humeano, representado con sencillez, es el siguiente. Fijémonos que respeta el orden lógico, para facilitar su comprensión, y no el orden en el que él nos lo va contando en el texto: semejanza contigüidad son los relación filosófica siguientes conexión es la noción siendo los constante habitual de la relación a la y relación natural principios entre objetos de causa a efecto vez basada en el funcio- de diferentes namiento de nuestra asociación mente de ideas y sus no son causas infalibles pues el pensamiento no es constante en características atención sobre las ideas son éstas no son causas únicas pues el pensamiento es irregular en su comportamiento [Los supuestos en que se apoya ya se han explicado hasta la saciedad; se puede apreciar que el examen no sólo es extraordinariamente difícil, sino que además es reiterativo y está bastante mal formulado. Probaremos, no obstante a introducir algún concepto nuevo] Como ya se comentó en las preguntas anteriores, la base sobre la que descansa la crítica humeana a la causalidad es una concepción ontológica de la realidad absolutamente nominalista: cada impresión es única, autónoma, independiente y diferenciada en sí misma. Por lo tanto, yo no puedo percibir bajo ningún concepto una relación causal, sino dos sucesos diferentes. Eso es todo lo que aparece en mi mente. Pero mi entendimiento tiende a agruparlas según las leyes ya comentadas, y de ahí surge el mal entendido causal, al creer que esa unión entre la causa y el efecto está en las cosas y no en el funcionamiento psicológico de mi entendimiento. Este estricto fenomenismo humeano es el complemente a su nominalismo.
  3. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2002/Septiembre

    de 2005 David Hume La causalidad: contigüidad, prioridad y conjunción constante Compendio del Tratado 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “causa/efecto”, “contigüidad”, “prioridad en el tiempo” y “conjunción constante”. (2 puntos) La noción de “causa/efecto” es una noción clásica de la filosofía y del pensamiento humano en general. Implica un vínculo interno y casi podríamos decir necesario, entre dos sucesos diferentes, de tal modo que un suceso provoca siempre la aparición del otro; el primero sería propiamente la causa y el segundo el efecto. (Para aclararnos: esta noción concreta de la causalidad, propia del pensamiento y de la ciencia modernos, es la de la causalidad entendida como “causalidad eficiente”). Entender la causalidad como un vínculo interno entre diferentes sucesos será criticado por Hume, como veremos a continuación. “Contigüidad” significa proximidad, tanto en el tiempo como en el espacio. Lógicamente, la causa y el efecto han de presentarse de algún modo tan próximas, que entre una y otra no haya ni tiempo ni lugar para intercalar ningún otro suceso; si pudiéramos, ese suceso se convertiría automáticamente en efecto (y causa, a su vez, del efecto del que habíamos hablado en primer lugar). Esa contigüidad exige una “prioridad”, es decir, que la actuación de la causa sea anterior a la aparición del efecto; y casi podríamos decir, relacionando esta cuestión con la que comentamos antes, que esta prioridad debe ser inmediatamente anterior, y no debe dejar margen para que actúe ningún otro suceso. La “conjunción constante ” supone, obviamente, que la causa y el efecto deben aparecer conjuntamente; esto quiere decir que siempre que aparezca la causa, ha de aparecer el efecto y viceversa; y que la causa o el efecto no pueden aparecer por separado de forma independiente. Lo característico de la crítica humeana, como veremos con más detalle, es que reduce la causalidad a estos tres criterios y no considera la existencia de ningún vínculo interno y necesario entre causa y efecto, como parece indicar el sentido común. 2. Desarrolle el contenido del texto enmarcándolo dentro del contexto del empirismo filosófico de Hume. (3 puntos) El empirismo es una corriente filosófica que, frente al racionalismo, considera que todo conocimiento proviene de la experiencia. En su análisis de la experiencia, los empiristas, y especialmente Hume, son estrictamente nominalistas, o lo que es lo mismo: consideran que sólo experimentamos sucesos separados, diferenciados o discontinuos, es decir, sin vínculos internos entre sí (sólo recibimos impresiones, para ser estrictos). Esos vínculos los establece el entendimiento humano mediante sus relaciones internas. Expliquemos el procedimiento con más detalle. [Aquí tendríamos que explicar la teoría del conocimiento de Hume: la distinción entre impresiones e ideas, el principio de copia y sobre todo, las leyes de asociación de ideas; y tendríamos que hacerlo porque en la pregunta 3 no se nos va a pedir toda la teoría de Hume, sino otra cosa]. Apliquemos estos supuestos filosóficos anteriores al análisis de este texto, y su estructura será muy fácil de comprender. El texto comienza afirmando que cuando tratamos sobre cuestiones de hecho, es decir, sobre afirmaciones acerca del mundo empírico (“el fuego produce humo” o “la falta de vitamina B produce pelagra en los humanos”), habitualmente damos por descontada la noción de causa, en el sentido originario del que se habló en la pregunta uno: consideramos, de forma explícita o implícita, que existe algún tipo de vínculo interno entre los dos sucesos que relacionan nuestras afirmaciones (fuego-causa, humo-efecto; falta de vitamina B-causa, pelagra-efecto). Y a continuación, en el segundo párrafo, analiza más en detalle este tipo de relación filosófica establecida en nuestro entendimiento, que es la causalidad. Aplicando su estricto nominalismo, es cuando nos dice que la causalidad es la suma de tres aspectos: contigüidad, prioridad y conjunción constante (que ya han sido explicados en la pregunta anterior; pero ahora sabemos que descansan en el mecanismo psicológico de funcionamiento de nuestro entendimiento). A continuación los ilustra con el característico ejemplo de la bola de billar que golpea a otra que sale despedida: una típica relación de causa (eficiente) a efecto. Pero que quede bien claro: la relación causal, en este caso de las bolas de billar, como en cualquier otro, es la suma de estos tres aspectos y nada más que esta suma; no hay entre los dos fenómenos, ni vínculo interno, ni relación necesaria, esencial o substancial, como si el efecto estuviera ya prefigurado en la causa. (Para ver un esquema ordenado de su razonamiento, véase la pregunta 4). Esta es la gran aportación del empirismo a la interpretación de la causalidad. Esta interpretación abrirá paso a las concepciones de la filosofía de la ciencia moderna, y a la interpretación adecuada del problema de la inducción y de las garantías que la “verificación” puede proporcionar a las “leyes” de la naturaleza. Entrecomillamos estos dos conceptos, porque ahora sabemos que involucran nociones causales, y por lo tanto su verdad no se puede establecer de forma necesaria. 3. Enmarque el contenido de este texto dentro del contexto del debate entre racionalistas y empiristas en la Edad Moderna. (3 puntos) [La dificultad de este examen no es muy grande, porque no nos pide, como en otros casos, emplear la misma información en las preguntas 1 y 2 que en la 3, porque en este caso, lo que se requiere es acordarse bien de las ideas epistemológicas fundamentales del racionalismo]
  4. Corrección de la PAU de Filosofía de Junio de 2002/Septiembre

    de 2005 David Hume La causalidad: contigüidad, prioridad y conjunción constante Compendio del Tratado [En segundo lugar, fijémonos bien en lo que se nos pide: situar el problema de la causalidad en la contraposición empirismo-racionalismo. Así que hay que explicar en qué consiste la causalidad para los racionalistas, y explicar también que eso depende de sus ideas acerca del conocimiento humano, y de la metafísica que defienden] El principal caballo de batalla entre el empirismo y el racionalismo es, como ya mencionamos, la pregunta por el origen del conocimiento. Para los empiristas, al nacer, la mente es una tabula rasa que debe adquirir todos sus conocimiento y herramientas de pensamiento a partir de la experiencia; para los racionalistas, en cambio, ya nacemos bien equipados con una serie de conocimientos innatos. Los conocimiento innatos se corresponden con la racionalidad humana, y como no provienen de la experiencia, no son contingentes, sino necesarios. Se trata de relaciones lógicas, principios filosóficos, verdades matemáticas…; verdades que Leibniz denominó “verdades de razón”, frente a las “verdades de hecho”, contingentes y que no dependen de la razón humana, sino del mundo empírico exterior a ella. Pues bien: uno de estos principios básicos, una de estas verdades de razón, es el “principio de razón suficiente”: todo lo que es o existe, tiene una razón, motivo o causa, para suceder. O de esta otra forma: toda causa supone un efecto, y todo efecto es resultado de una causa. Lo que esto quiere decir, es que la causalidad es una relación necesaria entre los sucesos, y no una mera conjunción constante (percibida hasta este momento) entre dos sucesos diferentes, y por lo tanto, contingente. (Lo que constituiría el punto de vista de Hume, suficientemente explicado en las preguntas 1 y 2). Estos puntos de vista opuestos del racionalismo y del empirismo tienen, igualmente, unas consecuencias metafísicas. Ya comentamos en preguntas anteriores que, desde el punto de vista ontológico, los empiristas, y particularmente Hume, son radicalmente nominalistas: cada suceso depende de una impresión, distinta y diferenciada de otra impresión y otro suceso diferente. La substancia, propiamente, no existe (aunque sobre este punto hay diferencias entre Locke y Hume), y por lo tanto, no hay vínculos internos (“substanciales” o esenciales) entre las cosas, y que sean el fundamento metafísico último de la causalidad. E incluso, la creencia metafísica de que la causalidad se puede mantener porque la naturaleza es regular en su comportamiento, es una creencia obtenida por los mismos mecanismos que la misma creencia en la causalidad, así que tampoco sirve. Los racionalistas, en cambio, son sustancialistas. Para Descartes todo lo que existe empírica y físicamente son distintas sustancias del mismo tipo (“res extensa”), y los distintos sucesos, son en realidad, distintos modos, distintas manifestaciones, de esa sustancia [si diera tiempo, se podrían comentar los puntos de vista de Spinoza y Leibniz]. Así que no es extraño que todos los fenómenos físicos estén internamente conectados de forma necesaria, de forma deductiva (porque el efecto se deduce necesariamente de la causa) y, en suma, de forma causal. Como vemos, dos planteamientos diferentes: el racionalismo, que busca la seguridad del conocimiento indudable, y utiliza la causalidad, entre otras herramientas filosóficas, para intentar conseguirlo; frente al empirismo, para el cual una creencia psicológica reforzada inductivamente, es más que suficiente para desenvolverse con buen criterio por el mundo real, sin necesidad de apelar a dudosísimas instancias metafísicas. 4. Mediante un esquema, mapa conceptual, cuadro sinóptico, u otra fórmula alternativa, ponga de manifiesto la estructura conceptual y argumentativa del texto. (2 puntos) [Fijémonos en que en este texto hemos prescindido de hacer un mapa conceptual, en el que sería muy difícil sintetizar las explicaciones de Hume; así que en este caso, hemos optado por un sencillo esquema, fácil de realizar además. Hay que tener el suficiente criterio para saber qué tipo de herramienta de las que se nos pide en la pregunta, debemos, podemos o sabemos utilizar; pero siempre será mejor un buen esquema que un mal mapa conceptual. De lo que se trata es de dejar bien clara la estructura de la argumentación del texto]. Contigüidad en el tiempo no hay intervalo entre el choque y en el espacio de causa y el movimiento de la 2ª bola y efecto la ejemplifiquémoslo causalidad Prioridad en el tiempo con el choque el choque es inmediatamente consiste de la causa de dos bolas de anterior al movimiento de la únicamente billar 2º bola en Conjunción constante siempre que hemos repetido en el pasado de la el experimento ha sucedido causa y el efecto lo mismo
  5. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2006

    David Hume Impresiones, ideas y el “principio de la copia” Compendio del Tratado 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “ideas innatas”, “substancia” y “esencia”. (2 puntos) “Ideas innatas ” son ideas que la mente posee por sí misma al nacer, sin haber recibido datos empíricos del exterior. Se trata de un punto de vista racionalista que el autor de texto no compartirá. En cualquier caso, el concepto moderno de “idea” supone asumir el realismo indirecto, en el sentido de que los seres humanos no conocemos las cosas, sino ideas de las cosas. “Substancia” es otro concepto característico del pensamiento racionalista, aunque tenga un origen y una larga historia aristotélica. La substancia vendría a ser “la cosa en sí misma”, o la “realidad en sí misma”, al margen de cómo es pensada o percibida; o también: lo que permanece en las cosas, al margen de sus modificaciones aparente, porque les hace ser lo que realmente son. En este último sentido, sería algo así como la “esencia” de las cosas. Lo característico de la “sustancia” o la “esencia”, de todos modos, es que se trata de entidades metafísicas, no accesibles directamente al conocimiento empírico. Veremos a continuación que todos estos conceptos serán criticados y desmontados por los puntos de vista empiristas que defenderá nuestro autor, David Hume, en este texto. 2. Desarrolle el contenido del texto siguiendo su estructura conceptual y argumentativa. (3 puntos) [Presentación del texto] Nos encontramos ante un texto de la obra más importante de Hume, pese a ser escrita muy tempranamente, como es el Tratado de la naturaleza humana. El propósito de esta obra es (entre otras cosas) el de descomponer el entendimiento (término, por aquel entonces, sinónimo de razón) humano en todos sus elementos (una especie de atomismo del pensamiento, siguiendo a Newton, pero de carácter psicologista), y descubrir las leyes que los relaciona entre sí. Una vez realizado este propósito, será fácil diseccionar el conocimiento humano y ver cuáles son sus límites y hasta dónde llegan sus posibilidades. [Primera parte] El texto comienza, en el primer párrafo, clasificando los elementos que se encuentran presentes en el entendimiento humano (las “percepciones”; recordemos que desde la filosofía moderna, como dijimos antes, se sabe que no se accede directamente a las cosas sino a los contenidos de la conciencia). Pues bien, son de dos tipos: “impresiones” e “ideas”. Las impresiones son las percepciones directamente recibidas de el exterior, y las ideas es la reflexión, el recuerdo o el análisis que realiza la mente sobre esas impresiones. Por eso, dice Hume, las impresiones son mucho más vívidas, más claras y fuertes, mientras que las ideas son más débiles e imprecisas. [Segunda parte] En el segundo párrafo, se expresa la tesis fundamental del empirismo: todo conocimiento procede de la experiencia, sean impresiones, o sean ideas, puesto que las ideas provienen de las impresiones. La mente es una “tabula rasa”, antes de haber recibido datos empíricos del exterior. O con otra expresión latina, “nihil est in intelectu quod prius non fuerit in sensu”.Por lo tanto, no pueden existir las pretendidas ideas innatas racionalistas de las que hablamos en la pregunta 1. Y cita a Locke, porque este autor, el primero de los empiristas y anterior a Hume, en su obra Ensayo sobre el entendimiento humano, ya había sostenido que si hubiera ideas innatas, todo el mundo sin excepción, niños y disminuidos incluidos, deberían poseerlas. (Dicho sea de paso, el empirismo de Locke no es del todo consecuente, porque admite la posibilidad de obtener ideas por sensación interna o reflexión). [Tercera parte, donde podríamos realizar una primera subdivisión, hasta el sexto renglón del tercer párrafo, donde dice “su naturaleza y composición”] Una vez realizada esta clasificación, Hume continúa con su análisis, e intenta extraer consecuencias filosóficas directas (estamos ya en el tercer párrafo), que permitan ordenar un conocimiento, el filosófico, a menudo tan oscuro e impreciso. Veamos: las impresiones son claras y evidentes y no admiten dudas (¡qué ironía; es, casi, el criterio que Descartes establecía para las ideas innatas e indudables!); pero el problema se plantea en las ideas. Algunas son razonablemente claras y simples, y se puede rastrear la relación que mantienen con la impresión o impresiones de las que son copias. Pero algunas son enormemente oscuras, y difícilmente podríamos afirmar que provienen de alguna impresión concreta. Se trata, aunque no lo cite explícitamente, del llamado “principio de copia”. [Tercera parte, segunda subdivisión, el resto del fragmento, desde “de acuerdo con ello”] En este momento nos plantea su famoso criterio filosófico (la segunda mitad del tercer párrafo): ante la duda sobre el carácter de cualquier idea, hay que preguntarse necesariamente por la impresión de la que se deriva. Y este criterio se convierte en un criterio de significación: si no podemos encontrar la impresión, la idea carece de significado, y en última instancia, de realidad. Y eso es lo que sucede con buena parte de las ideas filosóficas clásicas, especialmente con las que defiende el racionalismo (sustancia, esencia) y que ya han sido explicadas en la pregunta 1. [Breve comentario; se basa en buena medida en el último apartado de los apuntes, donde explicábamos la influencia histórica que había tenido la filosofía de Hume] Como podemos apreciar, el pensamiento empirista, y el pensamiento de Hume en particular, es un punto de inflexión ante lo que se consideraba el fundamento del pensamiento filosófico, como era la metafísica. Introduce una visión crítica, escéptica y analítica, que habría de proporcionar frutos muy variados en el futuro, desde el pensamiento de Kant, hasta la filosofía analítica del lenguaje y la filosofía de la ciencia. Es por eso que el empirismo es una corriente filosófica que hoy en día sigue siendo fundamental.
  6. Corrección de la PAU de Filosofía de Septiembre de 2006

    David Hume Impresiones, ideas y el “principio de la copia” Compendio del Tratado 3. Enmarque el contenido de este texto en el contexto de las doctrinas epistemológicas de Hume, poniéndolo en conexión con su análisis de la causalidad. (3 puntos) Sencilla pregunta de teoría, en la que hay que desarrollar a fondo lo que ya comentamos. En realidad, parte de ella ya ha sido explicada (lo de las impresiones y las ideas). ¿Qué faltaría? Muy sencillo: (1) introducir y explicar las leyes de asociación de ideas, y (2) situar en ellas el problema de la causalidad. Ahí estaría la conexión: (3) la idea de causalidad no se desprende de ninguna impresión o idea concreta, sino de unirlas en nuestra mente, por una operación del entendimiento. (Podríamos, si nos diera tiempo, destacar su importancia, su relación con el problema de la inducción, etc.) En cualquier caso, si no se vuelve a explicar lo de las impresiones y las ideas y el principio de copia, hay que citar la pregunta en la que ya ha sido explicado. 4. Presente la estructura conceptual y argumentativa del texto mediante un esquema, mapa conceptual u otra fórmula alternativa. (2 puntos) son todo pueden ser origen de las esto niega las que surgen por reflexión a partir de las son son que pueden carecer de al no ser COPIA como por de una muchos ejemplo las percepciones ideas percepciones débiles ideas innatas significado “substancia” o “esencia” términos filosóficos impresión percepciones fuertes impresiones lo que aparece en la mente
  7. Corrección de un modelo de examen PAU de Filosofía Sobre

    David Hume La ética naturalista frente a la emotivista Martin Gardner, Los porqués de un escriba 1. Explique brevemente el significado de las expresiones “ética naturalista”, “ética emotivista”, “ética no cognoscitiva” y “ética descriptiva/ética normativa”. (2 puntos) Por “ética naturalista ” se entienden las visiones de la ética (y recordemos que la ética, lo que pretende, es fundamentar la moral, es decir, la validez de los valores –matar es un mal-, los imperativos –no matarás- y los juicios – Caín, el asesino, es malvado-) que consideran que en la naturaleza de las cosas, en el mundo objetivo, se pueden descubrir racionalmente el bien y el mal. Los hechos, en sí mismos, poseen, de forma natural, bondad o maldad; las cualidades morales son, por tanto, entidades objetivas. A este tipo de ética la podríamos considerar “cognoscitiva”, porque implica que la moral (su fundamento) es accesible al conocimiento humano, y por tanto, racional. Los que consideran que la moral no es accesible a la razón (y en sentido estricto, el primero fue el filósofo David Hume), comenzaron por afirmar que los enunciados morales (la afirmación de los valores, los imperativos y los juicios) no son enunciados de hechos; es decir, que no describen cosas. Lo que hacen es expresar emociones, sentimientos, actitudes (emplean la función expresiva del lenguaje y no la representativa, por utilizar términos técnicos de la lingüística). Por eso, a este tipo de ética, se le denomina “emotivista”; y también “no cognoscitiva ”, porque implica entonces que el fundamento de la moral no puede ser conocido, sino únicamente sentido (sentido, al igual que una emoción; o al igual que podemos sentir un placer o una emoción estética). O “no naturalista”, porque la naturaleza de las cosas no tiene carácter moral. “Ética descriptiva ” es aquella que se limita a describir los usos morales de una determinada sociedad o sujeto. En éste sentido, no le afecta la distinción anterior, porque los valores, normas o juicios morales pueden ser descritos racionalmente (por ejemplo: los musulmanes deben practicar la yihad; esta es una descripción objetiva de un hecho moral). El problema se plantea en la “ética normativa ”, es decir, la ética que intenta fundamentar y justificar esos valores, normas y juicios (justificar si la yihad es buena). Y las éticas normativas sí que pueden ser cognitivistas o no cognitivistas. 2. Desarrolle el contenido del texto situándolo en el marco general de la polémica entre la ética naturalista y la ética no naturalista. (3 puntos) Este es un texto que trata cuestiones éticas y que, aparentemente, no guarda mucha relación con Hume, cuyo nombre sólo aparece citado en el penúltimo renglón. No obstante, aunque indirecta, la relación es clarísima, pues el tema fundamental del texto es la distinción entre dos tipos de éticas (ya explicadas anteriormente) las naturalistas y las emotivistas. Y como también se comentó anteriormente, esta distinción es producto de las reflexiones y de las ideas de Hume, que le llevaron a defender puntos de vista éticos (relativamente) novedosos para su época, el siglo XVIII. El texto tiene una estructura muy sencilla. La única dificulta reside en comenzar por algo que el autor da por descontado al final de su exposición. Esa cuestión es la siguiente: la ética puede ser descriptiva o normativa (conceptos desarrollados en la pregunta anterior). Sobre la ética descriptiva no hay ningún tipo de debate: todos los filósofos creen que es perfectamente accesible a la razón. Pero sobre la ética normativa hay dos puntos de vista diferentes. Por una parte, están los que defienden una ética naturalista, y los que defienden una ética emotivista (también estos dos conceptos han sido adecuadamente explicados). Entre ellos, por supuesto, Hume. A continuación, el autor del texto nos explica que es mejor sustituir el término de ética “emotivista”, por el de “no cognoscitiva”, porque el hecho de que el fundamento de las reglas morales no sea accesible a la razón, sino a los sentimientos, causa malentendidos. Dichos sentimientos, son en realidad, la expresión o la manifestación de los deseos de los distintos individuos. Esa manifestación de deseos es indemostrable o injustificable, por lo tanto las bases (entendidas como axiomas) sobre las que descansa el sistema de ética no se pueden conocer, de ahí que prefiramos este segundo nombre de “ética no cognoscitiva”. [En realidad, hasta aquí, apenas hemos ofrecido información que no estuviera en la pregunta 1, o que no se derive del esquema de la pregunta 4. Pero ahora vamos a situar la polémica entre éticas naturalistas y emotivistas en su contexto histórico y con ejemplos concretos] Desarrollemos estas cuestiones con un poco más de detalle. Dijimos que David Hume fue uno de los primeros en desarrollar la teoría ética emotivista. Se inspiró en buena medida en dos pensadores británicos levemente anteriores a él: el conde de Shaftesbury y Francis Hutcheson; lo que ocurre es que Hume fue quien la sistematizó filosóficamente, y la justificó mediante la llamada “falacia naturalista”, que se desarrollará en la pregunta 4. En aquella época, todas las éticas eran de tipo naturalista (que va más allá del mero “intelectualismo moral” típicamente griego). Fijémonos en un simple ejemplo, como el de Aristóteles: una vez conocida la esencia humana racional, que descansa en su logos, su felicidad, su vida buena y su bien moral, descansan en desarrollar ese logos. O los estoicos: una vez que conocemos que el cosmos se encuentra absolutamente determinado, el bien moral del sabio es el de aceptar serenamente dicho determinismo. Entre sus contemporáneos también era la norma; Descartes pretendía construir una ética sobre bases racionales, una vez que hubiera comprendido con absoluta seguridad como era el mundo; Spinoza derivaba su ética directamente de su teoría metafísica ya conocida del “deus sive natura”. Desde Hume en adelante, nada será igual, y el emotivismo jugará un importante papel en todas las discusiones éticas, en los que las emociones y los sentimientos no podrán dejarse de lado o ser sometidas alegremente a los mandatos de la razón. Incluso en la filosofía del lenguaje contemporánea hay un importante representante del emotivismo moral, llamado Charles Stevenson.
  8. Corrección de un modelo de examen PAU de Filosofía Sobre

    David Hume La ética naturalista frente a la emotivista Martin Gardner, Los porqués de un escriba 3. Enmarque el contenido del texto en el seno de la teoría ética y el pensamiento global de Hume. (3 puntos) Hechas todas las consideraciones anteriores, llega el momento de explicar con detalle toda la teoría ética de David Hume, situándola además en el contexto del pensamiento empirista. [Esta es ya una simple pregunta de teoría, en la que únicamente habrá que tener la precaución de (1) hacer referencia previamente a su teoría epistemológica, pues es en la que se basa para decir que los juicios morales no son cuestiones de hecho, (2) explicar su teoría fundamentándola en la “falacia naturalista”; y (3) añadir el criterio del utilitarismo. Tres cosas imprescindibles, para dejar la respuesta perfectamente rematada] 4. Presente la estructura conceptual y argumentativa del texto mediante un esquema, mapa conceptual u otra fórmula alternativa. (2 puntos) dice lo que dice lo que se divide en dice que las dice que las sino a los no son accesibles a la son y accesibles a la también llamada porque su no justificables por la descansa en sino manifestación de [Nota: toda la parte entre corchetes podría sobrar; es bastante redundante y apenas añade más información a lo dicho en el primer párrafo, salvo denominar “ética no cognitivista” a la “ética emotivista”]. Hume distingue ética normativa ética descriptiva moralmente debe ser moralmente es ética emotivista ética naturalista razón postulados sistema ético sentimientos razón razón universales reglas morales reglas morales deseos humanos ética no cognitiva